Aysel corrió con desespero, hasta entrar en la cabaña, donde su familia aún estaba retocando ciertas cosas, para hacer su estadía más llevadera.
Aysel.
— ¡¿Que te paso?! ..... ¡Caos! — a mi madre casi se le sale los ojos al verme. La primera en recibirme fue ella y obviamente me ve llorando y toda sucia.
— Que suse——— ¡Aysel! ¿Qué fue lo que te pasó? — papá aparece en el segundo que mi madre grito.
— Tenemos que irnos, no nos quieren aquí, ¡quiero ir a casa! — Me encerré en la que se suponía era mi habitación, y por más que escuchaba gritos por toda la casa no pensaba decir lo que me pasó, solo quería irme, pero claro que ellos no lo dejarían así, la puerta se abrió y mi abuelo entró.
— ¿Quién te golpeo? — podía ver el color negro en sus ojos, Fenrir los tenia de color marrón, pero su lobo los tenía completamente negros.
— ¿Qué? — Recordé la bofetada, y toqué mi mejilla, el labio estaba roto, genial.
— Nadie. — trate de mentir, algo completamente inútil.
Mi abuelo Fenrir no era conocido por su paciencia, explotó en frente mío dejando salir a su lobo, tan negro como sus ojos y comenzó a olfatearme, estaba perdida, él rastrearía a quien hizo esto.
— Abuelo, no es nada, solo quiero ir a casa. Por favor, quiero irme, no me gusta estar aquí. — respondí mientras lo acariciaba y lo veía directo a los ojos.
El gran lobo negro comenzó a gimotear, sentía que cuando él estaba así, nuestra conexión era más grande, lo había convencido, pero claro que mi abuelo Vidar era otra cosa.
— Si no me dices que paso, mataré a todo aquel que se me cruce, después de todo la sangre de hombre lobo es un buen aperitivo. – su voz calma pero fría, irrumpió la pequeña tranquilidad de mi cuarto. Genial ahora pelearían entre ellos como siempre.
— ¡Fenrir! ¡Vidar! El Alpha está aquí.
La voz de Minerva calmó las cosas en la habitación, mientras yo solo rezaba, Por favor, por favor que no sea él, por favor, quiero volver a la ciudad, me quiero ir, tal vez deba llamar a Kasumi... como la estúpida que soy le envié mi ubicación a Kasumi, sin pensar demasiado en las consecuencias.
En unos segundos vi pasar a mis abuelos que volvieron a ser personas o casi, sus ojos delataban lo enfadado que estaban, rojo carmesí el vampiro y negro noche el lobo, así fue como bajaron, mientras yo me quedé en el borde de la escalera, escuchando, y rezando, Diosa luna dime que el Alpha no es mi mate, por favor.
— Fenrir, ¿qué se siente ser un invitado en lo que fue tu tierra?
— Alpha Anuk, a decir verdad, no siento melancolía si es lo que insinúas, tampoco tengo ganas de estar aquí, vinimos por orden del consejo.
— Entonces nos dejaste por vampiros, ninfas y brujas. — El tono de burla que utiliza me deja ver que es ese idiota.
— Ten cuidado con el tono de tu voz, si es que quieres seguir viviendo. — Un gruñido se escuchó y estoy segura de que no es de mi abuelo.
— ¡No te atrevas a amenazarme en mis tierras! – la voz del idiota se oye furiosa.
— Basta, somos invitados del consejo, exijo saber ¿a qué ha venido? — mi padre se oye intimidante.
— Tú debes ser Caos, el hijo híbrido de este viejo lobo.
— ¿Quieres saber que tan viejo estoy Anuk?
— ¿Quieres tú lugar como Alpha Fenrir? Puedo arreglar una pelea a muerte.
¿Qué hago? ¿Bajo, o me quedo aquí? ¿Que podría hacer yo por mi abuelo?, si no soy más que una humana.
— ¿Qué sucede aquí?
— Jacob, has llegado justo a tiempo.
— Estaba por darle la bienvenida a la manada de Fenrir. — dice el hombre que acaba de llegar.
— Sí, manada claro.
— Tus insultos ya me cansaron, di a que vienes, luego nos iremos. — Si abuelo, por favor sácanos de aquí.
— No pueden y lo saben, el consejo te advirtió si te reúsas se considerará traición y sabes lo que pasará.
— ¿Y ustedes creen que un grupo de lobos podrán contra dos lobos, un vampiro, una bruja y el poder de la naturaleza de mis ninfas? — Vidar sí que suena intimidante.
— Vidar, esto no es contigo.
— ¿A no? ¿No nos acabas de llamar la manada de Fenrir? — Dijo mi abuelo con burla. Esto no se podía poner peor, Vidar no soporta a los lobos.
— Terminemos con esto, solo vine por lo que es mío. — ¡MIERDA! ¿Por qué no soy bruja? Así podría desaparecer.
— ¿A qué te refieres Anuk? – escucho a mi abuelo preguntar, pero sé que ya sabe la respuesta.
— Vine por la Luna de la manada, mi mate.
¡Mierda! ¡Lo sabía, m****a!
— ¿Tu... Luna?
— ¡¿Aysel?!— La voz de mi madre reflejaba pánico. Y lo único que provoca es que tenga aún más miedo.
— ¡NO!, mi nieta no puede ser tú Luna.
— Estuve a punto de marcarla, pero tiene temperamento, solo es cuestión de domar a la bestia que lleva dentro.
— ¡Tú la golpeaste, estas muerto! – y ese era mi padre, pude escuchar como explotaba para dejar salir a su lobo.
Lo siguiente que escuché fueron gruñido y golpes, todo está perdido.
Baje a toda prisa, pero la cabaña estaba vacía, al llegar a la puerta los vi, no podía creer la cantidad de hombres que habían, algunos como lobos otros como humanos, Xylon y mamá tenía a un grupo de hombres enredado entre las hierbas que crecían tan rápido como ellos las rompía, Abu Minerva alejaba a cuanto lobo venía hacia la cabaña, supongo que por mí, mis abuelos y papá peleaban cuerpo a cuerpo con otros tres lobos, Vidal con el delta, papá con el beta, y Fenrir con el Alpha, era fácil saber quién era quien por su tamaño.
Esto terminará mal, los mataran y luego a mí.
Tome mi decisión, se los debía, de todas formas, tarde o temprano moriría, mejor yo que ellos, corrí y me interpuse entre ellos, sabía que mi abuelo se detendría, pero no estaba segura del Alpha.
— ¡Aysel! — Mis abuelas y mi madre gritaron al mismo tiempo.
— ¡Basta! — grite a todo pulmón, mientras extendía mis manos a los lados.
Vi como el Alpha que ahora sé que se llama Anuk, avanzó hasta donde estaba, me di cuenta de que no se detendría, y no me importó yo moriría por mi familia mil veces de ser necesario.
No cerré los ojos, pensaba mirar a la muerte cara a cara.
“Eres valiente, o muy estúpida.”
— ¡No soy estúpida maldito perro! — El lobo gris con blanco se detuvo en seco, y cuando él lo hizo todos lo hicieron.
— ¿Lo ves Fenrir? Ella es la mate del Alpha, es la Luna de esta manada. — Dijo un hombre que supongo es Jacob.
Mi madre corrió a mi lado al igual que mis abuelas, me rodearon, estaban a la defensiva, mientras Vidar estaba con la guardia en alto, y los cinco lobos iban en direcciones opuestas, a cambiarse supongo.
— ¡Anuk! ¡¿Qué fue lo que pasó?!— exigió saber Fenrir.
— Pensé que era valiente o estúpida y ella respondió. – dijo mirándome con… ¿asombro?
— Aysel, ¿fue eso lo que hiciste?
— Sí, ¿qué tiene? — no veo la importancia en eso.
— Que solo mi mate puede escuchar mis pensamientos cuando soy lobo. Solo mi compañera puede meterse en mi cabeza sin permiso.
“M****a, m****a. Tendría que a ver cerrado mi boca.”
— Y yo puedo escuchar tus pensamientos si lo deseo, cuando soy humano. — Lo dijo con una sonrisa en ese rostro estúpido, dejándome entender que me estaba escuchando en este momento.
“Bien espero que escuches y que sepas que eres un perro pulgoso…”
— Solo si quiero, no te preocupes, no creo que en tú mente haya algo interesante, humana. — destilaba desprecio en cada palabra.
— No dejaré a mi hija en manos de alguien que la trata así. — se quejó y con razón mi padre.
— No depende de ninguno de ustedes, y lo saben, solo ella y el Alpha pueden tomar esa decisión, después de todo, si alguno rechaza al otro solo morirán de pena, sintiendo como su corazón se rompe día a día un poco más. — Maldito Jacob, como que me dejara mucha opción, aunque sí puedo vivir con el dolor de perder a Kasumi...
— ¿Qué decides Aysel? — si me quedo estoy segura de que mataran a mi familia.
— Me... voy con él. — No voy a llorar, no delante de tanta gente, no soy débil. No llores Aysel, no lo hagas, por la Diosa NO LLORES.
— Aysel, es mi mate y la reclamo como tal, vendrá conmigo ahora, ustedes permanecerán como invitados estos días y luego se marcharán, no podrán entrar en mis tierras sin mi permiso, no importa el motivo.
Todo cuanto temía se estaba cumpliendo, y mi corazón dolía como nunca, miraba a mi familia, la pequeña manada, aquelarre o clan, dependiendo de qué lado se la mirara, los extrañaría y sabía que sufriría, pero ellos por fin tendrían lo que quieren, mi inmortalidad.
Todos se fueron, no pude tomar mis cosas, dijeron que luego iría alguien por ellas, a mi lado caminaban el beta, y el delta de la manada uno era un lobo color café y el otro era blanco con manchas chocolates, mientras el Alpha iba delante nuestro, en su forma humana.
“Quizás con el paso de los años pueda convencer a este perro y volver a verlos”
— Ustedes dos, adelántense. — Los hombres o mejor dicho lobos se fueron sin decir nada, dejándonos solos.
— Sueñas si crees que los volverás a ver.
— ¿Qué dices? ¿Estabas en mi mente?
— Te lo advertí, así que cuida tus pensamientos.
— Tú no puedes separarme de ellos. — dije con toda seguridad.
En dos pasos estaba frente a mí sosteniendo mi brazo con demasiada fuerza, tanta que lastimaba.
— Yo puedo hacer lo que quiera contigo, te lo dije eres mía.
— Soy la Luna de tú manada, no tienes derecho y ———
— ¡TÚ! Jamás serás la Luna de esta manada, no pienso morderte.
— ¡Pero soy tú mate!
— Nuestra conexión no será completa si no te muerdo, jamás te regalaría la inmortalidad, menos sabiendo que es lo que Fenrir desea. — podía ver como disfrutaba saber que sus palabras me dolían.
— En ese caso me iré con mi familia.
— Si lo haces los mataré, están en mi territorio los acusare de querer huir con mi mate.
— ¡Pero tú no me quieres a tú lado! — no comprendo que es lo que quiere.
— Te equivocas, yo deseo que estés a mi lado... quiero ver como mueres a través de los años.
Podía ver como disfrutaba con cada palabra, él gozaba el dolor en mis ojos. ¿Por qué me odia? Nunca lo vi, ¿qué le hice? No importa, yo no soy débil.
“Soy la nieta de Xylon ninfa de los bosques desde su creación, Minerva una de las brujas más antiguas, Vidar el vampiro más despiadado que ha existido y Fenrir el verdadero Alpha de esta manada, Nunca dejes de estar en mi mente, no sabes en qué momento te mataré.”
Lo pensé deseando que me escuchara y funcionó, me tomo del cuello con una mano y me lanzó contra un árbol.
Sentía como mi espalda ardía, estoy segura de que el tronco lastimó mi piel.
— No me provoques, mientras que nuestra conexión esté incompleta puede que sea yo quien te maté, ¿todavía no entiendes cómo funciona verdad? Puede que seas mi mate, pero si no te muerdo, puedo seguir viviendo sin ti, tu muerte no será más que una pequeña pena para mí, pero el mayor dolor para tú familia.
— ¡¿Por qué me odias?! ¡¿Que te hice?!
Él solo dio la vuelta y siguió caminando como si no hubiera dicho nada, esto es frustrante, me levanté y lo seguí, cuando llegamos a la que supongo es su casa, no lo podía creer, era enorme, totalmente de madera, es una cabaña gigantesca, pero aun así se ve demasiada solitaria, como si estuviera vacía, una cabaña eso era, no era un hogar, por eso se sentía tan fría y extraña.
— La última habitación de la derecha, báñate hueles horrible a vampiro, bruja y ninfa.
— Es mi sangre la que huele así idiota. — En menos de un parpadeo lo tenía en frente mío.
— Deja de provocarme o lo lamentaras, no creo que te guste ser azotada enfrente de todos por desafiar al Alpha. — Un escalofrío recorrió mi espalda, estoy segura de que eso era lo que quería hacer.
— No tengo ropa.
— Sí, si la tienes, la bruja Minerva la trasladó a la habitación, es lo único que se le permitió hacer, si vuelve a usar su magia en mis tierras le arrancare la cabeza. – dijo mientras sonreía.
— Jamás podrías. — dije llena de orgullo.
— Y ¿qué piensas que me detendría?
— Somos una manada, jamás dejaríamos que tocaran a Minerva. — Le hablé en su idioma, para los lobos somos nuestra propia manada, y mi abuela es nuestra Luna.
— Tú, perteneces a esta manada desde ahora, no lo olvides. – sus ojos cambiaron a un color ámbar mientras hablo, estoy segura de que son los ojos de su lobo.
Doy por terminada esta estúpida conversación y voy a la habitación que me dijo.
Definitivamente me lastimó la espalda, si Minerva estuviera aquí me haría algún ungüento para que sane, una vez que termino mi baño entro al vestidor y maldigo nuevamente.
“Esto no puede ser ¡¿acaso compartiré habitación con ese idiota?!”
En la mitad esta mi ropa, y en frente la de él.
Me colocó un vestido largo, blanco, toda mi ropa lo es. Me miró al espejo y Sonrió al recordar el motivo.
“Kasumi, mira todo lo que hice para que me mirarás, necesito tanto tus abrazos, te extraño demasiado, mi Kasumi”
— ¿Quién m****a es Kasimi? — La voz a mi espalda suena fría, Diosa ¿este hombre vive enojado?
— ¡Kasumi! ¡Es Kasumi! — Lo corrijo de inmediato.
— Y me importa una m****a como se pronuncia ¡¿quién es?!
— Mi mejor amigo. — Digo levantando los hombros, restándole importancia.
— Si claro, tu mejor amigo y por eso te vistes siempre de blanco, todo porque una vez te dijo que era su color favorito.
— ¡Deja de meterte en mi cabeza! — Este hombre se volvió loco, entró en el vestidor y comenzó a tirar toda mi ropa.
— ¡¿Qué haces?!— por la Diosa está rompiendo toda mi ropa.
— ¡Todo es blanco! ¡Maldita puta!
“¡Como se atreve a llamarme de ese modo, cuando ni siquiera sé lo que es besar!”
Estaba tan furiosa que quería matar a este Lobo.
Y así como es de volátil el temperamento de estos seres, el hombre que en un segundo estaba tirando y rompiendo mi ropa, en el siguiente lo tenía encima de mí sujetando mi cintura con una mano y con la otra mi rostro.
— ¿Así que nunca te han besado? — El brillo en sus ojos me asustó, no lo voy a negar, nada me preparo para lo que pasaría, o solo era yo que me rehusaba a besar otros labios que no fueran los de Kasumi.
Anuk me besaba, con un claro conflicto, sentía como una parte de él, una muy pequeña quería hacerlo, y el resto de él odiaba lo que estaba haciendo, trataba de abrirse paso en mi boca, mientras yo me resistía.
“Kasumi, si solo fueras tú.”
Algo me empujó, haciéndome volar y cayendo sobre la cama, mientras un lobo de pelaje gris, con manchas blancas y negras aparecía frente a mí, a los pies de la cama. Sus ojos rojos me dejaban ver lo furioso que estaba.
“¡Cómo te atreves a pensar en otro hombre! ¡Tú ERES MIA!”
El gritaba dentro de mi mente, mientras el gruñido del animal retumbó en la habitación, de tal manera que mis oídos dolían.
No quería, pero fue así, mis ojos se llenaron de lágrimas, y estas comenzaron a caer, ¿acaso me mataría?
— ¿Qué quieres que haga? ¡No te conozco! solo sé que me odias, rechazas y no entiendo ¡¿por qué?! Desde que te vi, me has golpeado y humillado ¡¿qué pretendes?!
A pesar de la situación no le tenía miedo al enorme lobo que ahora me miraba enojado, sabía que podía matarme de un solo movimiento, pero aun así no aparte mi vista de sus ojos, que cambiaban de color de rojo a marrón y luego a ámbar.
“Pediré que te traigan ropa, a partir de hoy no usarás nada blanco. Ahora sal de aquí.”
No espere a que me lo repitiese, y salí de esa habitación.
KasumiEl hombre de piel amarillenta, cabello negro, sumamente alto y de descendencia asiática se debatía entre lo que quería hacer y lo que debía. Desde su nacimiento Kasumi, fue elegido y entrenado para ocupar un lugar entre los Venatores lunae, o cazadores de la luna, un grupo selecto de humanos que tienen sus orígenes hace más de dos mil años.Si bien en un principio los hijos de la luna, como se conocían a todos los seres sobrenaturales en aquel entonces, vivían en armonía con los humanos, todo cambio el día que a los hombres lobos se les designo una pareja eterna, un mate lo llamaron, pero la Diosa luna y la ninfa que realizo el encantamiento no tuvieron en cuenta que muchos de ellos ya tenían parejas, en su mayoría humanas y al encontrar a sus mates, simplemente las abandonaban, fue entonces que dolidos por su abandono dejaron caer una maldici&
Anuk corría por el bosque, en este momento se maldecía por enviar a la manada de Fenrir tan lejos de la casa central, lo que acababa de escuchar lo había alterado como jamás imagino, desde que Aysel había llegado a su vida, su parte animal se había despertado al completo, ahora si lo escuchaba, pero para su desgracia solo quería a Aysel, su pareja, su mate, le exigía que la marque y la reclame, este Alpha hacía de todo para cortar su conexión, algo que durante años deseo ahora ya no lo quería, fue muy doloroso manejar las trasformaciones, pero lo logro y ahora no le provocaban ni la menor molestia, pero la voz en su cabeza lo dejaba agotado, el constante combate que tenían, cada vez que el lobo quería tomar su cuerpo, era muy agotador y más ahora, en el momento de escuchar que ella estaba sentenciada a morir joven a manos de un simple humano, su lobo enloqueció y lo
AYSEL Tengo que reconocer que la cama del Alpha es sumamente cómoda, en especial cuando la tengo toda para mí, me desperezo y decido abrir los ojos a un nuevo día, con la esperanza que será mejor que ayer, pero casi me muero del susto al ver a Anuk parado a mi lado mirándome fijamente con ojos de asesino, y cuando digo ojos de asesino es así, el rojo carmesí de su mirada lo demuestran. — ¡Ah! ¡DIOSA LUNA! Anuk ¿acaso quieres matarme de un infarto? — le pregunto mientras coloco mi mano en mi pecho tratando de contener mi corazón, que parece que se me va a salir. — No, eso sería demasiado fácil. – responde un con sus ojos fijos en mí. — Entonces si me vas a matar, Mmm bien, solo trata de no arruinar mi cara, no soy vanidosa, pero quiero que me despidan a cajón abierto ya sabes, solo para dejar un último recuerdo. – y dicho eso sus ojos cambien a marrones. — Eres rara. —De pronto una pequeña sonrisa se coloca en sus labios,
ANUKSegún Xylon la muerte de mis padres debía suceder para que Aysel naciera, buena forma de justificarse, pero de no a ver sucedido eso... no tendría una compañera, esa es la verdad, estaría completamente solo por toda la eternidad o casi.Entro en la habitación y su aroma me golpea de llenó, sé que está durmiendo, el latido tranquilo de su corazón y su respiración pausada así me lo hace saber, me reusó a compartir la cama con ella, el Lobo quiere reclama lo que es suyo por derecho, lo que necesita, pero me resisto, es él quien la eligió no yo, no el hombre.Paso directo al vestidor, en busca de un pantalón de algodón para dormir en alguna otra habitación, mientras más alejado este de ella mejor. Pero antes de llegar a mi destino ella habla.— No quiero estar sola. – dice en un susurro la
AYSELCaminaba con papá en dirección al bosque, sabía que quería distraerme, pero también estaba curioso por caminar en aquel lugar que una vez fue la tierra de su padre, mi abuelo.— No estés mal hija. – dijo mientras pasaba su mano por mis hombros, a modo de consuelo.— No lo estoy papá, no me importa nada de lo que él diga.— Yo sé que sí, tus genes están tan bien balanceados que no te permitieron nacer con la longevidad de las brujas o la inmortalidad de nosotros, pero están ahí, si él te reconoció como su mate, tú tarde o temprano también lo harás, debes entender que hay cosas que él sabe y tú no, su dolor es lo que hace que te trate así.— ¿Por qué? ¿Qué es lo que me ocultan? – me pregunto qué es lo que ellos sa
Anuk se encontraba en la sala de su pequeña mansión, rodeado de todos los seres que más detestaba sobre la faz de la tierra, pero no era esto lo que más le molestaba o preocupaba.AnukEsto era demasiado para procesar, mi gente me consideraba una amenaza, me querían ver muerto o acabar con mi manada que es lo mismo. Y si la Luna Blanca llega a aparecer lo más probable es que lo logren.— Anuk, permite que nos quedemos, deja que seamos parte de tú manada, se aproxima una guerra necesitas aliados. —No, esto no es lo que quiero, una cosa es soportarla a ella que es mi maldito mate, pero su familia es otra cosa. Antes que pueda responder al pedido del vampiro un grito me silencia.— ¡Caos! —El grito de Moiras me alerta, ella está con Aysel, y antes que su padre haga algún movimiento yo ya me encontraba en la puerta de l
ANUKNecesito tomar distancia de ella, su aroma es distinto, mucho más fuerte y embriagador, su olor me inspira a querer tocarla, joder, me costó muchísimo saber que ella estaba desnuda a solo centímetros míos, tenía tantas ganas de ... saltar sobre ella y hacerla mía, maldición, ¿por qué la marqué?, esa desesperación a perderla todo por el maldito vínculo, que ahora solo se hará más fuerte, me gustaría saber porque no acepté el ofrecimiento del consejo de renunciar a ella, aunque claro, ellos quieren acabar con mi gente y conmigo, son unos cobardes.Por fin llegó a la cabaña y cada vez me asombró más, lo que las ninfas pueden hacer, este lugar está lleno de flores hermosas.Antes de llegar a la puerta encuentro a Xylon, está haciendo crecer árboles de cerezo.&
AYSEL.Ya recorrí toda la casona y no encuentro en que entretenerme, estoy cansada de ver a esas cuatro mirarme de esa forma, una mezcla de odio y asco, como si tuviera alguna peste, por lo que decido ir a hablar con Kalu y Kio.Pero cuando salgo no los encuentro, por lo que decido pasear por los alrededores de la casona, hace días que estoy aquí y casi no conozco ni el jardín.— Hola Luna. — Me giro y veo a un joven alto, moreno, aún su rostro tiene un deje de niñez. — Hola, soy Aysel. — me presento mostrando una enorme sonrisa, quizás no todos me odien.— Tu marca dice que eres nuestra Luna y tu aroma me ínsita a protegerte. — El joven inspira fuertemente y sus ojos se torna más claros, pasando de un marrón oscuro a un café claro.— Sí, supongo que para ustedes la mordida de Anuk la ven de esa forma. No me has dicho tu nombre. – esto es incómodo.— Abel, para servirle mi Luna. — El joven hace una reverencia que me hace sentir incómoda, ¿por qué Kalu y este joven me tratan as