Viernes, 31 de octubre
—Creo que no debí venir —digo, pero no logro dejar de sonreír. Ellas ríen. Tomo una botella de agua y la bebo como si fuera el elixir de la vida.
—No hables basura —se queja Pau—. Te llevas a un millonario, disfruta.
Lucy ríe.
Me fascina ese hombre, pero no la atención y los murmullos acompañados de miradas curiosas en mi dirección. Sobre todo, de la niñita zorra del Club Campestre que parece estar deseando tener rayos laser en sus ojos. Más directa no creo que pueda ser.
—Qué fácil es ser mujer —dice alguien a nuestra espalda y las tres giramos. Anderson me mira a mí directamente de pies a cabeza y ruedo los ojos. Gracias, Alex, por cubrirme—. Sólo tienen que abrir sus piernas y todo lo tienen a sus pies, sobre todo unas tan bonitas.
Y estas
Viernes, 31 de octubre—Debo volver con mis hijos —le digo para acabar con las miradas retadoras.Él parece no querer hablar, entonces debo seguir mi camino.—No —dice, interponiéndose en mi camino, sin que le importen las miradas curiosas, y rio sin gracia.—¿Perdón? —digo, con altanería, y él sonríe con humor.Detesto cuando hace eso.—Amy está aquí. —Y eso merece otro «¿perdón?»—. Por eso te había dejado sola, para ocuparme de que estuviera cómoda y tú pudieras disfrutar esta noche... a mi lado.—¿Y te tomas este tipo de atribuciones con mis hijos porque...? —Este tipo de atenciones de su parte son las que me matan y él no ayuda en que quiera odiarlo hasta la muerte por este estúpido juego en el que nos ha metido—.
Sábado, 1 de noviembre—Mis piernas tiemblan —me quejo, y él, a mi lado, ríe.Ya siquiera las siento y ni hablar de mis brazos, incluso creo que he quedado ciega. ¿Es eso posible? Nunca había pasado una noche como esta y ha sido la mejor de mi vida. No exagero. Tengo sueño y en cualquier momento me quedaré dormida, lo sé, pero no quiero. Deseo sentirlo aquí, así sea con su roce sutil. No aparto mi vista del techo, oscuro espacio con pocas sombras fantásticas colándose por la ventada que es sólo cubierta por una cortina casi transparente, como el velo de una novia que espera; lo único que lo adorna son unos bonitos moldes que rodean la lámpara que cuelga, sólo nuestras manos se tocan, como si sólo eso bastara, por ahora.—Eres insaciable —dice con humor y giro mi cara para mirarlo, pero no logro enfo
Sábado, 1 de noviembreEn menos de una hora, estamos bajando para regresar a casa. Georgina y Lucy han llamado y hemos reído, nos ha parecido increíble que Paula se haya casado de esta manera tan intempestiva. Creímos que querría una boda tal y como ella es, suntuosa y elegante, pero no, nuestra pelirroja adorada ya ostenta el apellido Hudson y es feliz por ello.No fue difícil no notar la complicidad entre Alex y mi hija durante el camino de regreso, ella le susurraba cosas y él reía y contestaba de igual manera.Al llegar a casa, Amy corre a casa de Lucy porque quería ver Matty y nosotros, tomados de la mano, caminamos a casa.—¿Qué tanto hablaban? —le pregunto cuando llegamos al porche.—Me decía que uno de sus hermanitos tiene que llamarse Maximilian.Eso me hace reír. No tengo idea de dónde sacó ese
Domingo, 2 de noviembreAmy, un poco compungida, anuncia que ha terminado de recoger su ropa. Ayer, con ayuda de mis padres y de Alex, hemos empacado todos los muebles y demás cosas, habíamos dejado la ropa de último, así cada quien se tomaría su tiempo para estar a solas. Es algo que todos necesitamos, aunque Amy prefirió venir a dormir conmigo. Tuve la oportunidad de hablar con Louis antes de que se fuera con Alex y mis padres, y me entristeció saber que lo que más le duele es ver que personas ajenas a él sean quienes le estén tendiendo una mano y lo apoyen, mientras sus propios padres no lo quieren tener cerca. Espero decida quedarse y permanecer a nuestro lado, no me gusta la idea de que esté solo y desamparado.Salgo de mi habitación con mis maletas y encuentro a mi niña allí, esperándome, acaricio su cabello y ella sonríe antes de tomar
Domingo, 2 de noviembreLogramos pasar una agradable tarde, para mi sorpresa, además de conocer a los perros de la casa, Xander y Perri, curiosos nombres para dos San Bernardo. Louis me dijo que Alex fue algo severo con mis padres, no grosero, pero si contundente con respecto a mí y a los niños, sobre el comportamiento negativo que tienen y lo mucho que nos afecta. Parece que funcionó, eso me gusta. Me agrada poder pasar un rato con mis padres sin una discusión de por medio. Luego de almorzar, Jake me pidió algo que no creí sucediera tan pronto. Quería ver a John para saber cómo estaba y si se estaba recuperando de los golpes. Ellos no lo han visto desde el día antes de que eso sucediera y Amy ya lo extraña. Eso le encantará saberlo, a pesar del cariño que le tienen a Alex, nunca dejarán de amarlo.Ahora, Mikail, nos lleva hacia el aparta
Lunes, 3 de noviembrePaso mi mano por el repertorio de musical de Alex, bastante extenso y con sólo dos géneros, Jazz y Blues. Aún me parece una locura estar viviendo aquí; comenzando con dormir en esa cama increíblemente confortable, el frío no afecta este lugar; luego, saber que no tendría que ir a trabajar y podría pasar el día con mis hijos, en todas mis vacaciones durante los últimos nueve años, nunca me había sentido tan relajada. Jake y Louis se han pasado lo que va de la mañana encerrados en una habitación donde Alex tiene una cantidad impresionante de videojuegos y se han burlado de mi padre mientras intentan enseñarle a jugar. Amy y yo hemos estado recorriendo los alrededores de la casa con los perros detrás de nosotras llamando la atención. Conocí la casa donde vive Dan y un par de los chicos de seguridad, además de
Lunes, 3 de noviembre[...]Estrujo mis dedos con mucho nerviosismo y me pregunto por qué. Sé que debería ser fácil luego de este fin de semana que resultó ser menos tenso, gracias a él, pero reconozco que las palabras de Heidy me calmaron mucho a afrontar los nervios que me entraron cuando empezaron a decir lo bien que me tenía que ver para esta cena porque, siendo él, no me llevaría a un lugar sencillo. No había pensado en ello y les agradezco a las dos mujeres que me ayudaran. A falta de mi Pau, está Heidy.Entre mis brazos, abrazo el cuaderno que me ha entregado la nueva rubia. Eso me ha mantenido con una enorme sonrisa. Alexander Collins, es un hombre bastante huraño y seco, al menos, eso es lo que muestra, pero ha hecho mucho por mi familia y es increíble la manera como mis propios hijos lo adoran. Ahora estas palabras escritas, son algo que nu
Martes, 4 de noviembreAún siento que voy a vomitar. Quiero sacar esa imagen de mi cabeza, pero es imposible. Pienso, sin querer, en algunas de mis revistas o fotos que guardo e, inmediatamente, es la cara de mi madre la que veo. Me dará urticaria en los ojos. Algo muy dentro de mí me decía que este año no podría ser el primero en darle a mi dulce, tierna e inocente madre, su regalo de cumpleaños. No como cada año.Como se nota que las cosas han cambiado. Papá nunca era el primero en felicitarla en su día, aun cuando se supone todo estaba bien entre ellos. Quizás era porque mamá siempre ha disfrutado cualquier plato de comida preparado por mí y me llenaba de orgullo verla sonreír de esa manera que siempre hace que te sientas orgulloso hasta de aprender a quebrar un huevo. Este es uno de esos pocos días que lo hago. O lo hacía.Si Alex