Lunes, 3 de noviembre
Paso mi mano por el repertorio de musical de Alex, bastante extenso y con sólo dos géneros, Jazz y Blues. Aún me parece una locura estar viviendo aquí; comenzando con dormir en esa cama increíblemente confortable, el frío no afecta este lugar; luego, saber que no tendría que ir a trabajar y podría pasar el día con mis hijos, en todas mis vacaciones durante los últimos nueve años, nunca me había sentido tan relajada. Jake y Louis se han pasado lo que va de la mañana encerrados en una habitación donde Alex tiene una cantidad impresionante de videojuegos y se han burlado de mi padre mientras intentan enseñarle a jugar. Amy y yo hemos estado recorriendo los alrededores de la casa con los perros detrás de nosotras llamando la atención. Conocí la casa donde vive Dan y un par de los chicos de seguridad, además de
Lunes, 3 de noviembre[...]Estrujo mis dedos con mucho nerviosismo y me pregunto por qué. Sé que debería ser fácil luego de este fin de semana que resultó ser menos tenso, gracias a él, pero reconozco que las palabras de Heidy me calmaron mucho a afrontar los nervios que me entraron cuando empezaron a decir lo bien que me tenía que ver para esta cena porque, siendo él, no me llevaría a un lugar sencillo. No había pensado en ello y les agradezco a las dos mujeres que me ayudaran. A falta de mi Pau, está Heidy.Entre mis brazos, abrazo el cuaderno que me ha entregado la nueva rubia. Eso me ha mantenido con una enorme sonrisa. Alexander Collins, es un hombre bastante huraño y seco, al menos, eso es lo que muestra, pero ha hecho mucho por mi familia y es increíble la manera como mis propios hijos lo adoran. Ahora estas palabras escritas, son algo que nu
Martes, 4 de noviembreAún siento que voy a vomitar. Quiero sacar esa imagen de mi cabeza, pero es imposible. Pienso, sin querer, en algunas de mis revistas o fotos que guardo e, inmediatamente, es la cara de mi madre la que veo. Me dará urticaria en los ojos. Algo muy dentro de mí me decía que este año no podría ser el primero en darle a mi dulce, tierna e inocente madre, su regalo de cumpleaños. No como cada año.Como se nota que las cosas han cambiado. Papá nunca era el primero en felicitarla en su día, aun cuando se supone todo estaba bien entre ellos. Quizás era porque mamá siempre ha disfrutado cualquier plato de comida preparado por mí y me llenaba de orgullo verla sonreír de esa manera que siempre hace que te sientas orgulloso hasta de aprender a quebrar un huevo. Este es uno de esos pocos días que lo hago. O lo hacía.Si Alex
Martes, 4 de noviembreNuestro almuerzo al fin llega y Jake no pierde el tiempo en meter la cara en el plato para devorar su plato de espaguetis. Eso lo hace cuando su hambre es voraz. Alex niega al verlo y come distraído su filete mirando su teléfono y bufa un par de veces antes de contestar, también aprieta la quijada otro par. Parece que lo que lo detuviera de estallar con lo que sea que sucede, es que estamos aquí.Él me parece tan extraño, siempre serio o molesto, pero de un momento a otro, suelta chistes sin reír. Me pregunto si se sentirá cómodo con esto de ayudarme, yo no lo estoy, es Jake quien me ha convencido de quedarme con ellos. No quiero ser un estorbo, ellos se ven como una familia real a pesar de todo, Alex los cuida como si fueran sus hijos y ama a la señora Sarah como si su vida dependiera de ello. A pesar de su mal genio, eso es algo que no puede, o no quiere, ocu
Martes, 4 de noviembre Nunca dejamos de crecer, y saben que no me refiero a la estatura, cada decisión que tomamos requiere de tres procesos indispensables para que ese crecimiento interno dé buenos frutos; el primero es la aceptación, no hay nada peor que quedarse estancado en un pasado que nos sume en un oscuro mundo de lamentaciones, aceptar que muchas cosas que suceden a tu alrededor no son tu culpa, que no puedes controlar las opiniones y decisiones de otros, y que lo único que te queda es levantar la cabeza, es lo que nos sacará adelante. Lo segundo que sigue en este duro proceso de vivir es adaptarnos, moldear nuestro diario vivir para no dejarnos arrastrar y seguir con dignidad. Cambiar no es tan malo, después de todo. Lo último que nos queda es avanzar, mostrarle al mundo que nada jamás te vencerá, que eres fuerte y que darías todo por las personas que significan, en tu vida, más que tú mismo. En
Martes, 4 de noviembre—Feliz cumpleaños, rubia oxigenada —dice mi hermano y sonrío.No somos los hermanos más aprehensivos, pero nos queremos.—Gracias, fontanero de medio pelo —contesto y Mario ríe antes de abrazarme con fuerza.A nuestros padres nunca les ha gustado que nos demos sobrenombres, pero eso hace parte del cariño que nos tenemos. La distancia que conservamos durante todo el año es suficiente, fue difícil limar asperezas luego de la enfermedad de papá.Beso la frente de mi pequeño Frankie y levanto a Karina en mis brazos. Es una nena muy dulce y consentida, es lo que causa la falta de alguna de las figuras paternas en casa.Les siguen mis chicas preferidas con sus respectivas parejas, excepto Georgi, pero al ver a Adam detrás de ella y vigilar cada uno de sus movimientos, es algo para preocuparse. Paula me
—Las cosas pasaron como tú querías, abuelo. —Estiro mis piernas sobre el césped sin que me importe mucho ensuciarme. Con dos niños pequeños en casa y uno en camino, ya no me importa mucho eso, sobre todo si he terminado con mis obligaciones. Aflojo mi corbata y miro al cielo deseando estar pronto en casa con mi esposa y mis hijos—. Recuerdo que solías repetirme hasta el cansancio sobre los beneficios de la paciencia. Mi recompensa tardó un poco, pero estoy feliz. Gracias por controlarme y no dejarme desordenar. Aún te extraño.Toco los nombres de Gavin Collins y Julene Fehr-Collins, al final del camino toda su intensa enseñanza valió la pena.Me levanto para irme. Es tiempo de volver con mi familia.—¿A casa? —pregunta Dan y abre la puerta del auto para mí.—Al fin a casa, Dan. No más viajes hasta que Sarah pueda volver a v
Sé que debería sentirme cómodo, pero esto de estar en medio de tantas personas me incomoda demasiado. Rendido, camino hasta al lado de las gradas y me recuesto a la espera de que este circo termine. No es que no me guste el deporte, es mi preferido de hecho, pero ¿mujeres? ¿enserio?Un sujeto grita dándole su apoyo al equipo de casa y arrugo mi cara por el dolor en mis oídos. No tengo nada con qué distraerme. No demora el partido en empezar, reconozco que no es tan aburrido y esas mujeres juegan con mucho compromiso. Un punto a su favor.Alguien golpea con fuerza mi brazo cuando corre a mi lado y grito que tenga cuidado. La rubia me mira con el ceño arrugado y noto sus ojos rojos e hinchados, son unos bonitos y tristes ojos miel, aletea sus pestañas un par de veces antes de rodar los ojos y seguir su camino. El entrenador la recibe con gritos por haber llegado tarde y ella lo ignora, como si lo que d
Ese fue uno de esos días en los que me sentía inquieto, con ganas de correr a un lugar en específico. Ya había hecho ejercicio, había ido a la oficina, había hablado con mis padres, había ido a jugar squash con Adam, y aún deseaba volver, sin que me importara la sencillez o la falta de lujos de su hogar. Bueno, aunque ya no es su hogar. El día anterior lo había pasado junto ellos y deseaba repetirlo.—Estás distraído y eso es muy raro —dijo Heidy.Me miró con los ojos entrecerrados, la ignoré. Aún tenía en mi cabeza la mentira que le había dicho a Sarah, y estaba convenciéndome de que ella no sería capaz de traicionarme. Volví mi mirada a mi computador con la intención de centrarme en los informes. Estiré mi mano para tomar mi café, pero no logré entender mis propios números, porque in