Viernes, 24 de octubre
—¿Ustedes que hacen en mi armario? —les recrimino al trío de mujeres que me miran con «inocencia» mientras se revuelcan sobre mi ropa. La única ropa que se está salvando es la que no quiero utilizar—. Las estoy odiando más a cada segundo. Ya no puedo contar ni con Georgina.
La nombrada sonríe.
—Necesitas esto, reconócelo —dice ella.
—No necesito que me estén mirando el trasero a cada paso que doy.
—Un trasero digno de palmear —interviene Paula y ruedo los ojos—, y me veré obligada a ello si no obedeces.
—Nos más pijamadas para ustedes, engendros del infierno. —Dejo sus risas atrás para volver a la cocina—. Las odio. Las odio. Las odio, más de lo que las amo.
Me van a enloquecer. No fue suficiente con que las tres hallamos desperta
Viernes, 24 de octubreSu música es relajante, se escucha tan suave y apacible que provoca dormir y dormir sólo con ella en mis sueños haciéndolos dulces. Quedarme aquí, a su lado, tan tranquila como me encuentro, sosegada por su perfume electrizante y dominante, sin pensar en este nuevo problema, sintiendo su auto moverse por las calles —a donde sea que me esté llevando—, sólo escuchando la voz ronca del cantante.—¿Quién canta? —le pregunto, hablando por primera vez desde que me sacó de la ciudad, sin mirarle.—Floyd Lee —contesta como si nada. Y nada más—. ¿Se encuentra mejor? Conducir me siempre ayuda relajar, espero le ayude.—Su música ha hecho gran parte del trabajo, además del silencio.—Entonces no sigo hablando.Rio entre dientes y miro su duro perfil, pero que ahor
Sábado, 25 de octubreHe leído todos y cada uno de los mensajes preocupados de Gavin. Toda la tarde y la noche de ayer estuvo tratando de hablarme, pero no deseaba distraerme de disfrutar mi tarde con Alex y mis hijos. Apagué mi teléfono desde que Alexander me dijo que lo acompañara a cierto lugar, nunca esperé que fuera el zoológico, donde me reuniría con mis hijos para que terminara mi tarde. Dentro de poco tengo que irme a desayunar con mis locas amigas y no quiero contestar sus mensajes. No quiero mentir y tampoco deseo decir la verdad. Al llegar a casa encontré un enorme ramo de rosas y tuve que darles excusas a todos diciendo que quizás fue alguna equivocación, una dirección errada. Y Amy salvó mi dignidad asegurando que yo odio las rosas. Quizás odiarlas no sería el término, es más bien que nunca llamaron mi atención de manera e
Domingo, 26 de octubreMe remuevo, siento mis huesos hechos gelatina y me quejo al mismo tiempo por mi cabeza a punto de estallar. Siento como si me hubiera tomado la barra entera. Tapo mis ojos con mis manos, en un vano intento de traer a mi mente alguna imagen que salve mi reputación, pero es inútil y me odio al instante. Lo último que recuerdo es abrazar a las chicas cuando brindábamos por los nuevos bebés de la familia.Eso es todo.¿Por qué tendré que ser así? Es tan frustrante.¿Será que Gavin iría? Aunque no creo que él quisiera que lo vieran. Suspiro y me siento en mi cama, pero me congelo al ver mi cuerpo desnudo. Toco mi entrepierna, el alivio llega al notar que tono allí abajo sigue igual de abandonado, pero... ¿por qué estoy húmeda y sensible allí?No me habré tocado, &
Lunes, 27 de octubreLa primera en recibir a Jacob, es su hermana; ella llora y le dice lo idiota que es por habernos asustado de esa manera. Nunca, ni niña, ha tenido tanta razón como ella ahora, a pesar de mi regaño por sus palabras altisonantes. Sus tías también le dan sus respectivas, peculiares y jocosas «reprimendas» que lo hacen reír, Mark es el único que lo regaña como debe ser y le advierte no sé con qué cosas para la próxima vez que se le ocurra no volver a casa y asustar a su madre de esa manera atroz.Eso es lo que logra hacer una verdadera figura masculina en casa. John se mantiene al margen, muy confundido, desde que Jake esquivó su abrazo dejándolo con la palabra en la boca, sin ningún respeto o importancia hacia todos los presentes. Nadie emitió palabra alguna, pero fue muy incómodo.Mark es el primero en to
Lunes, 27 de octubreUna vez en el auto con Dan y la otra mujer —ya olvidé su nombre—, les digo hacia dónde dirigimos e intento calmarme mientras veo las calles pasar con excesiva rapidez. Es increíble cómo ese hombre logra ponerme nerviosa, como si fuera alguien importante en mi vida. Nunca nadie me había hecho enojar con la velocidad con la que lo ha hecho él.Bueno. A decir verdad, hacía tanto no me emocionaba por nada fuera de mis hijos, ni Gavin me hace desear saltar por verlo, y eso me enoja aún más.Al llegar al precioso hotel de fachada antigua, pero indudablemente lujoso en su interior con sus pisos oscuros y relucientes, paredes blancas y pulcras; quedo deslumbrada a cada paso que doy hacia la recepción, personas elegantes caminando de un lado a otro, nadie parece fuera de lugar, excepto yo a pesar de no estar tan mal presentada con mi sastre gris o
Martes, 28 de octubreGavin: Te he notado distante conmigo, cariño. Sé que tienes cosas en las que debes ocuparte, sólo te pido que me permitas apoyarte y estar a tu lado. Para hoy espera algo que es importante para mí, con eso sabrás cuán importante eres. No tienes idea, mi Sarah.Pero siento que no está bien. Tal y como lo sentí en un principio, cuando creí que todo en mi familia estaba bien. No debí confundir tanto las cosas y escudarme en un juego.—Ya estamos listos, mami —dice Jake. Entra a mi habitación y, al verme, se sienta a mi lado en la cama—. ¿Estás bien?—Si. Ya bajo, cielo.—Ma, si es por lo que te dije anoche por tu amiguito...—No es nada de eso, pero, ya que pones el tema, quiero que sepas que tu hermana y tú son lo más importante que tengo en mi vida y siempr
Martes, 28 de octubre—¿Por qué estás aquí sola y a oscuras, mi amor? —pregunto al encontrarla agazapada detrás de su cama.—Diles que no sigan.Antes de preguntarle a qué se refiere, ella grita cuando otro golpe, más fuerte, se escucha, y sé que proviene de la habitación de Jake seguido de voces altas amortiguadas por la música.—Espera aquí, bebé. Voy a ver qué sucede.Corro a la habitación, pero esta se abre antes de, siquiera, intentar tocar la perilla. Un agitado e iracundo John, sale como toro embravecido.—John.—No me hables. Esto es tu maldita culpa, Sarah —espeta y se va como alma que se lleva el diablo.Totalmente confundida, voy hacia la habitación de mi niño para saber lo que sucede. Sé cómo es John cuando está molesto y, en e
Miércoles, 29 de octubre—¿Ya decidiste tu disfraz, Amy?—Sí, mami. Seré la novia fantasma —dice, emocionada, con su boca llena de cereal.—¿Este año no serás princesa? ¿Creí que tocaba Jazmín?Cada año se disfraza de una princesa diferente. Así es ese amor irracional que, cuando niñas, solemos adquirir por esos personajes ficticios que al final terminan siendo sólo eso, anhelos ilusorios que nos venden vidas falsas. Pero mi pequeña niña ya está creciendo.Rio junto a Jake cuando ella me mira como si estuviera loca, tuviera la cara pintada de payaso y los cuernos de satanás crecieran a cada segundo en mi frente. Los tres reímos como hace tanto tiempo no lo hacíamos. Es tan lindo estar de esta manera. Tranquilos y felices por estar juntos, aunque las cosas ya no sean, ni