Todos los comentarios realizados eran contrarios a lo que Bianca esperaba, quien no comprendía cómo las cosas habían cambiado de manera tan drástica. Hasta que escuchó la entrevista de Natalia. - ¡Maldita! ¡Mil veces maldita! ¡Te odio, te desprecio! - - Bianca había perdido los estribos y todo esto era visto por los empleados y la madre de Mateo junto a este. - Hay que tener mucho cuidado con esa mujer. - Le dice Susana mientras observa lo que está sucediendo. - - No te preocupes mamá, pronto saldrá de nuestras vidas. - Mateo coloca una mano sobre el hombro de su madre. - ¿Tienes lo que te pedí?- Sí, está en la habitación. Ahora bien, cuéntame sobre tu jefa. Mateo comprendía lo que su madre deseaba, ya que desde que le habló por primera vez de ella, ésta ha anhelado conocerla. A pesar de que él comprende el motivo de su acción, lo que menos desea es que su madre sufra o salga lastimada si Natalia la rechaza, especialmente cuando conozca la verdad, la cual aún le falta por c
Mateo estaba algo pensativo, tenía varias cosas que deseaba preguntar a Natalia, pero tenía dudas debido al miedo de que fuera muy audaz de su parte investigar sobre algo que podría ser un asunto delicado para ella, aunque también tenía la incertidumbre de si ella sabía la verdad. - ¿Te encuentras bien? - Mateo es sorprendido por Natalia debido a que ésta le estaba hablando pero él parecía en otro lugar menos en ese. - - Aah… S-Sí, lo lamento. Me distraje por un momento. - Dice un poco nervioso. - - Si tienes algún problema puedes tomarte el día, mi agenda está despejada por dos días. - Natalia comprendía esa situación, porque sabe que hay días en los que simplemente no podemos concentrarnos por tantos problemas. - Por lo tanto puedo estar sola. - No, no es eso… Es solo que… - A veces siento que quieres decirme algo pero no te atreves. - Natalia observa la expresión de duda en su rostro. - Si se trata de sentimientos, dejame decirte que no pueden ser correspondidos. - ¡No
Elías ingresa a la oficina de Santiago quien al parecer no se encuentra de muy buen ánimo, debido a el tono de su voz y por la manera como habla, lo que indica que realmente está teniendo muchos problemas. - No me importa, si no la sacan de inmediato de mi casa, la dejaré en la calle. - Cuelga la llamada y de inmediato se deja caer sobre la silla de su escritorio. - - Vaya, no tienes buen semblante. - Odio cuando las cosas se me salen de control y esta es una de ellas. - Deja salir un pesado suspiro y luego observa a su amigo. - Por lo menos tus problemas están resueltos. - Creo que no puedo decir lo mismo de ti, porque al parecer están empeorando. - Elías entendía muy bien su situación y realmente deseaba poder ayudarlo. - ¿Necesitas que te ayude en algo?- No es necesario, espero poder solucionar todo este fin de semana, Savanna está un poco inquieta porque quiere encargarse ella, y se que si lo hace Alexa no saldrá bien librada. Aunque realmente no me importa, pero prefier
Mateo caminaba de un lado a otro, los nervios y la inquietud no le permitían enfocarse y actuar frente a lo que estaba sucediendo. Sin embargo, a diferencia de él, su madre se mostraba más serena ya que estas eran circunstancias por las que ya había atravesado anteriormente. - Basta. A este paso terminarás haciendo un hoyo en el piso. - Su madre lo sostiene de los hombros y lo obliga a sentarse. - Si hubiera sucedido algo grave ya nos lo hubieran dicho. - Pero entonces porque no llaman. Necesito saber como está mi padre. - No te preocupes, debemos tener paciencia. Mateo no estaba muy seguro, pero antes de pronunciar más palabras, una de las empleadas ingresó a la sala con un poco de agitación ya que había llegado corriendo. - Señora… El señor ha llegado. Ambos avanzan rápidamente hasta la entrada de la mansión, donde observan a Leandro, quien ha vuelto sano y salvo. Al observar a su esposa e hijo, les brinda una media sonrisa, ya que, a pesar de que salió ileso de las balas,
Natalia estaba en su despacho finalizando la organización de algunos documentos, ya que ese día tendría una reunión crucial en la que firmaría un contrato de gran importancia para su empresa. Y es que este se trataba de una contratación por diez años para ser los proveedores principales de dicha compañía.- Buenos días. - Mateo ingresa a la oficina de Natalia. - Todo está listo para la reunión. ¿Está segura de que no quiere que la acompañe? - No te preocupes. Todo saldrá muy bien, pareces mi hermano tratando de cuidarme. - Mateo sonrió con un poco de tristeza. - Ey, ¿por qué tienes esa expresión? ¿Dije algo malo?- N-No. No es así, al contrario, me haría muy feliz que alguien como usted fuera mi hermana. Pero… Lastimosamente eso no es posible. Mi madre no pudo volver a tener más hijos, porque mi padre no quería exponerse a perderla. - Oh vaya. Tu padre debe amar mucho a tu madre. - Natalia se acerca a Mateo y lo toma de la mano llevándolo hasta el sofá. - ¿Quieres contarme un po
Lo único que Natalia podía percibir en esos instantes era el ruido de los equipos médicos, las enfermeras moviéndose de un lado a otro, y los familiares de los pacientes, ya que su mente estaba totalmente desorientada, todavía no comprendía qué estaba haciendo en ese sitio pendiente de alguien a quien ni siquiera conoce. Hasta que su mirada se dirige a Mateo, que pasa junto a una mujer sin percatarse de que ella estaba presente, y éste se acerca a la recepción. Sin embargo, antes de dirigirse hacia él, percibe la voz de Elías quien va hacía ella, y se puede apreciar en su rostro la preocupación. - ¡Natalia! - Elías se acerca a ella y la abraza sintiendo como su cuerpo se relaja. - Gracias a Dios. ¿Estás bien? - Estoy bien, ¿por qué estás tan preocupado? - Natalia observaba con ternura a su esposo quien mostraba un sentimiento de alivio. - - Cuando me dijeron que estabas en la clínica pensé lo peor. - La vuelve a abrazar. - - Natalia sonríe ante sus palabras. - Lamento haber h
Natalia esperaba en su despacho, su paciencia estaba agotándose, principalmente porque sentía que habían defraudado su confianza y que mostró cariño a la persona incorrecta, y más aún porque lo consideraba como un hermano pequeño. Sin embargo, también lo atribuía al hecho de que últimamente no se había estado sintiendo bien. - ¿Puedo pasar? - Natalia deja salir un suspiro para tratar de calmarse y no explotar con toda ante ese joven presuntuoso. - - Adelante. - Le dice mientras trata de mantener la calma. - - Buenos días. - Mateo estaba nervioso, sobre todo al ver la mirada profunda de Natalia, y es que a pesar de que él tenga una personalidad fuerte no puede evitar sentirse así ante ella. - - Me imagino que traes tu carta de renuncia. - Natalia no estaba dispuesta a dejarse doblegar por esa expresión en su rostro. - - Yo… - Mateo no esperaba esas palabras, porque él tenía toda la intención de brindarle una explicación. - Eso no…- Escucha… No me importa si eres hijo de una
Todos se encontraban desconcertados ante el escenario que estaban presenciando, algunos se mostraban curiosos y vigilantes a lo que estaba sucediendo, principalmente debido a que una de las secretarías de los altos cargos había sido agredida por alguien que había ingresado a la compañía con el objetivo de sustraer datos. Natalia y Mateo llegan entre risas a la empresa, pero al ver la multitud se bajan del auto de inmediato y se acercan. - ¿Qué está sucediendo aquí? - Los empleados al escuchar a Natalia se dispersan de inmediato dejando a los guardias junto a la infiltrada. - ¿Por qué no están en sus lugares? - Jefa. - La joven que había descubierto a la mujer se acerca. - Fue encontrada en su oficina y llevaba esto en sus manos. - Natalia recibe el sobre y saca los documentos, al verlos no se sorprende. - Vaya, yo si decía que se habían tardado en actuar. - Vuelve a guardar los documentos y se los entrega a Mateo. - Levantenla. Los guardias cumplen con lo que Natalia les solici