Santiago, al ver lo que sucedía decidió acercarse con calma, a decir verdad lo que me le interesaba era inmiscuirse en problemas tan banales pero le había prometido a su amigo cuidar ese lugar y eso incluía a quienes vivían allí. Su mirada se posa en cada una de las mujeres que estaban frente a él, “Mujeres oportunistas” pensaba mientras observaba al par de desconocidas y después a Alexa, quién no terminaba de agradarle por más que lo intentará. Pero lo que le llamó la atención era la condición en la que se encontraban aunque no lo refleja en su rostro. - ¿Me quieren explicar que es todo este desastre? - Pregunta con fastidio. - - Alexa es la primera en hablar, porque sabe que si no lo hace esas mujeres la culparán de todo. - Yo sólo estaba cortando algunas rosas para llevarlas a la habitación, pero estás señoras se atravesaron en mi camino y terminaron llenas de tierra. - Asegura con confianza. -- Eres una mentirosa, todo lo hiciste adrede. - La joven mujer comienza a llorar c
El señor Bernardo aún estaba procesando la pregunta de Natalia, “¿cómo es posible que se haya dado cuenta? Bueno, su jefe tampoco era muy cuidadoso cuando se trataba de ella” sus pensamientos hicieron que se olvidará de la joven que estaba frente a él, llena de ansiedad en espera de una respuesta. - Señorita Natalia, eso… - Él no sabía qué respuesta darle. - - Sí lo sé, entonces lléveme a dónde está Santiago. De alguna manera, ella estaba dispuesta a confirmar sus sospechas. Aunque estaba completamente segura de su deducción. El señor Bernardo dejó salir un suspiro de resignación, él sabía que ella se daría cuenta en algún momento de lo que sucedía y que no podrían seguir ocultándolo por siempre. - De acuerdo. Al llegar a la puerta del estudio el señor Bernardo toca la puerta y al escuchar el pase, ingresa acompañando a Natalia. - Joven, la señorita Natalia desea hablar con usted. - Tardaste un poco. - Santiago deja lo que está haciendo de inmediato, porque a decir verdad
Cada acción buena o mala, tiene consecuencias, al final siempre terminamos cosechando lo que sembramos, algunos le dicen karma, otros piensan que es el destino que le toca a cada quién el cuál va guiado por la toma de decisiones. Pero para Natalia solo era un asunto que carecía de explicación. Su padre siempre ha sido un hombre lleno de orgullo, con un aura potente, un destacado empresario con gran impacto en el ámbito social. Pero ahora, sólo es un simple mortal postrado en una cama. - No encuentro justificación a lo que está ocurriendo. - Se aproxima gradualmente hasta llegar a su lado con la ayuda de Santiago, hasta poder tocar su mano. - ¿Cómo es posible que esto haya ocurrido? ¿Cómo no lo notaste? A menudo intento entender por qué me odiabas tan profundamente, al inicio nos tratabas de la misma manera, pero después... todo simplemente cambió, empezaste a ignorarme... - El dolor atrapado en su pecho no le daba la oportunidad de manifestar su propio sufrimiento y tristeza. - Dej
El silencio en la habitación era agobiante, Natalia no entendía cómo establecer una comunicación con Elías tras confirmar que realmente era él, especialmente por el último momento que vivió con él a pesar de las circunstancias, el cual conserva en su corazón como su recuerdo más preciado. Ese momento donde él le declaraba su amor, pero que también le generaba incertidumbre al pensar que todo podría haber sido debido al momento de adversidad en el que se hallaban. - ¿Cómo te sientes? - Pregunta él mientras se acerca y acaricia su mejilla. - Debiste esperar a que volviera. - L-Lo siento, pero no podía esperar más, quería ver a mi padre. - Las lágrimas comienzan a fluir por sus mejillas mientras siente su corazón acelerarse. - Y-Yo…- Hey, ¿qué sucede? Tu padre se recuperará y todo saldrá bien. - Elías la atrae hacía él pegandola su pecho al igual que antes. - Todo estará bien.- Y-Yo… creí que te había perdido. - Elías siente cómo se forma un nudo en su garganta al escuchar esas p
La tenue luz de la luna se filtra por la ventana, mientras Natalia descansa sobre la suave cama al cuidado del hombre que le ha robado tantos suspiros, como risas y desamores. Al despertar y abrir sus ojos puede ver una leve silueta sentada junto a la ventana, pero debido a la oscuridad de la habitación no puede diferenciarla muy bien. - ¿Has descansado? - Alexa despliega una leve sonrisa mientras se sienta en la cama. - Puedo sentir tu mirada en mí. - ¿Aunque no te pueda ver? - Pregunta ella mientras sonríe. -- Aunque no me puedas ver, porque sé que puedes sentirme. - Se levanta y se acerca hasta el borde de la cama y sentarse en ella. - ¿Cómo te sientes?- Tengo hambre. - Cambia la conversación a propósito, algo que Elías nota de inmediato. - - Te pediré algo para comer. -- Natalia asiente, mientras Elías sale de la habitación, al instante vuelve y toma de la mano a Natalia y la dirige hasta el balcón donde se encuentra una pequeña mesa con dos sillas. - Bien, ¿quieres
Sentada en su cama sin ánimos de levantarse, Natalia observa todo a su alrededor. La amplia habitación con una gran ventana por la cual se filtra la luz de un hermoso amanecer, y aunque su visión no es clara, aún así puede ver la silueta de todo lo que la rodea, lo cual le ha facilitado el poder moverse fácilmente dentro de la mansión; todo esto gracias a que desde hace unos días ha ido recuperando su vista gradualmente.Mientras espera tranquilamente a que Alexa entre a la habitación para ayudarle a alistarse; esto es porque por el momento no tiene pensado decirle a nadie que su visión está prácticamente recuperada. Su rostro comienza a calentarse de improvisto cuando a su mente llega el recuerdo de lo sucedido la noche anterior, pero aunque se sienta avergonzada por sus acciones, también está molesta por el simple hecho de que Elías le haya ocultado la verdad durante tanto tiempo.- Vaya, te has despertado muy temprano. - Alexa se acerca para ayudarla, pero observa detenidamente su
Natalia pasea tranquilamente por el jardín, no se preocupa por chocar con nada ya que sabe que todo está preparado para que ella pueda avanzar sin temor alguno, todo esto lo realiza bajo la vigilante mirada de Elías, quien observa cada uno de sus gestos y movimientos. - Soy yo… - Natalia se asusta un poco debido a que estaba distraida y no sintio su presencia. - Permíteme llevarte a un lugar.- ¿A dónde? - Pregunta con calma, aunque no puede evitar sentirse nerviosa. - No pretenderás secuestrarme, ¿verdad?- Jajajaja, ganas no me faltan. - Responde con un tono de voz suave. - Pero no, ¿te gustaría ir a comer un helado?- Por supuesto, me encantaría. - Mientras caminan tomados de la mano, el silencio es palpable entre los dos, hasta que Natalia decide hablar. - ¿Por qué siempre apareces de la nada?- Me gusta llegar siempre de sorpresa. Además, me encanta ver los diferentes gestos que haces en tu rostro.- Jajajaja, ¿estás bromeando? - Pregunta mientras sonríe negando con su cabe
Elías está en su habitación reflexionando sobre la forma más adecuada de acercarse nuevamente a ella, sin el temor de ser rechazado. Porque si todo es realmente como dice en la investigación, lo más probable es que después de todo lo sucedido con su familia ella se haya cerrado de cierta manera a las demás personas. Continuó caminando de un lado al otro en su habitación hasta que optó por salir de ahí. Sin embargo, justo antes de llegar a las escaleras decidió acercarse a la habitación de ella y entrar, al hacerlo puede verla junto a la ventana, deja salir un leve suspiro, pero ella al parecer lo ha escuchado por que se queda quieta, sin embargo, antes de que pueda salir una sola palabra de su boca decide alejarse y salir de allí inmediatamente.Elías se encuentra embargado por la frustración, debido a esto no logró conciliar el sueño durante toda la noche. Su mente fluctuaba constantemente frente a los eventos acontecidos ese día, en busca de una explicación de por qué Natalia había