¡Holis! Me tardé en escribir este capítulo y no quise dejarlas esperando hasta el lunes, así que aquí se los dejo. ¡Que tengan un excelente fin de semana! No olviden comentar <3
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Tras la reunión con mis socios, regreso a mi oficina con la sensación de que todo está en orden, o al menos en calma, por ahora. Cierro la puerta y me siento frente al escritorio, pero ni siquiera toco los documentos que se acumulan sobre él, ya que aún tengo en la mente la cena del viernes y sé que no podré concentrarme en nada hasta tomar cartas en el asunto.Marco su número y a los pocos tonos responde su asistente, quien inmediatamente me pasa con él.—Señor Butler, ¿qué puedo hacer por usted? —responde Justin con su tono siempre formal.—Buenos días, Justin. Necesito que nos reunamos con urgencia. Hay algo importante que debemos discutir —le digo, sin rodeos. Tarda unos segundos antes de responder y puedo escuchar papeles moviéndose al otro lado de la línea.—Entiendo. Aunque, lamentablemente, esta tarde tengo compromisos que no puedo postergar. Sin embargo, puedo hacer un espacio a la hora de almuerzo, si eso le parece.—Sí, a la hora de almuerzo me parece perfecto —
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗El sonido del timbre me despierta abruptamente, por lo que tardo un par de segundos en reaccionar y parpadeo mientras intento despejarme. Los golpes insistentes en la puerta me apuran y trato de incorporarme en la cama lo más rápido que puedo, pero el peso de mi vientre, ya en las veintiún semanas de embarazo, me recuerda cuánto ha avanzado el tiempo y lo cerca que estoy de tener a mis cachorros en brazos.Miro el reloj en la mesita de noche y veo que son apenas las ocho y quince de la mañana. Me incorporo con cuidado y salgo de la habitación, dando un vistazo alrededor, ya que no hay señales de mi nonna, lo cual me parece raro, pues siempre es ella quien se levanta primero. «¿Dónde estará?»Masajeo mi espalda mientras camino hacia la puerta y los golpes continúan con la misma urgencia. Al abrir, me encuentro con Paige y su rostro me alerta de inmediato. Está pálida, con los ojos bien abiertos, oscuras ojeras y la mirada llena de un pánico que nunca le había visto.—Paig
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Cuando la puerta se abre y aparece la figura vivaz de mi nonna, siento cómo el ambiente cargado, de minutos atrás, se aligera de inmediato. Su energía, siempre tan chispeante, llena el apartamento mientras se acomoda las bolsas de compras que trae colgando de ambos brazos y nos lanza una mirada traviesa, sin perder de vista que Paige está aquí.—Buongiorno, ragazze! —exclama con una sonrisa radiante y no puedo evitar sonreír al verla.La saludo y noto que Paige también suspira, relajada por primera vez desde que llegó. La tensión de nuestra conversación anterior parece haberse desvanecido con la llegada de mi abuela. Mi suegra se apresura a tomar algunas de las bolsas, y, al saludarla, mi nonna la mira con ternura. Desde que se conocieron en Navidad, he notado el vínculo que ambas han formado.—Paige, cara mia, ¿todo bien? —pregunta mi abuela, como si notara la atmósfera densa que aún flota en el aire y, por un segundo, me pregunto si mi suegra compartirá lo que hemos ha
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗No puedo evitar sentir cómo mi enojo se enciende al pensar en Gavin y su última jugada. No tuvo suficiente con irrumpir en mi vida como el inversionista de ZeroRisk, sino que ahora, incapaz de aceptar mi rechazo, se atrevió a ir a buscar a mi madre para intercediera ante mí. De todas las formas de llamar mi atención, eligió esta, manipulándola para que hablara en su nombre, arrastrándola a una historia que ya la hirió demasiado. «¿Qué tan desesperado tiene que estar para meter a mi madre en medio?»Aprieto los puños y siento el peso de cada año en el que esperé a que se acercara, que al menos intentara ser algo parecido a un padre, pero, cuando por fin lo hace, lo hace manipulando y de forma tardía, justo ahora que he construido una vida sin él, donde tengo a Flavia y una familia en camino. Gavin solo piensa en sí mismo. Esta no es manera de reparar nada; es solo su ego hablando, nada más.Mi mandíbula se tensa y las palabras de Justin se cuelan entre mi rabia, por mucho q
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Flavia aprieta mi mano con fuerza para evitar que reaccione bruscamente y la miro de reojo, tratando de calmar el torbellino de emociones que tengo. Richard, ¿en serio? Un tipo con nombre propio que aparece en la vida de mamá cuando menos lo espero. Mi madre, la mujer que, según yo, siempre ha estado sola.—¿Richard, eh? —murmuro, intentando disimular la sorpresa y el escepticismo. Todo esto me suena tan extraño, tan fuera de lugar, que no puedo evitar un pequeño gruñido al final de la frase, pero entonces noto la forma en que mamá me observa, una mezcla de cariño y nervios, como si esperara una aprobación. Flavia me mira y veo el humor en sus ojos, como si estuviera disfrutando de este lado de mí que yo mismo apenas reconozco—. Está bien, está bien. Es solo que… no me lo esperaba, pero si… Richard —le doy peso al nombre y me aclaro la voz—, es una buena persona y te hace feliz, supongo que está bien. —Las palabras salen con más calma, aunque aún me resulta raro pensar en
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗ Salgo del baño después de una ducha reconfortante, que me ayudó a despejar la mente y a dejar atrás el peso del día. Esta noche ha sido... diferente, por decir lo menos. Ver a mi madre vulnerable y afectada por culpa de Gavin no era algo que esperaba encontrar al llegar a casa. Además, sigo dándole vueltas a lo de Richard, ya que no esperaba conocer al novio de mamá y, mucho menos, que ella tuviera uno. No es que esté mal, al contrario…, simplemente, nunca imaginé verla en una relación después de tantos años. Entro a la habitación y encuentro a Flavia sentada en la cama, concentrada en su ritual nocturno, extendiendo crema premamá sobre su vientre redondeado con movimientos suaves y circulares. La luz suave ilumina sus curvas y cuando levanta la vista, sus ojos grises me atrapan y su boca se curva en una cálida sonrisa. —¿Sabes? —dice esbozando una sonrisa—. Richard me cayó muy bien —comenta y detiene sus movimientos para observarme con atención. Sus dedos quedan quieto
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗ Apoyo los codos sobre el escritorio y me paso las manos por el cabello. La pantalla del computador frente a mí, muestra un informe en el que debería estar cien por ciento concentrado, pero las palabras se mezclan entre sí como si se hubieran comprimido y formaran bloques densos, imposibles de leer. Llevo dos días así. Desde que mamá apareció el lunes con lágrimas en los ojos y palabras que no quería volver a escuchar, el pasado ha revuelto la paz y tranquilidad que desde hace tan poco he podido disfrutar, y se ha instalado en mi cabeza como un huésped no deseado. Los "y si..." se han apoderado de mi cabeza y no me dejan en paz. «¿Y si no nos hubiera abandonado? ¿Y si nunca nos hubiera engañado? ¿Y si no me hubiera rechazado? ¿Y si tuviera la decencia de quedarse en el maldito pasado?» Suelto un suspiro cabreado y de mal humor, ya que, sé que pensar en esto no me sirve de nada, pero no puedo evitarlo. La única razón por la que accedí a hablar con Gavin es por Flavia y mi
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗No hay vacilación en mi voz, aunque por dentro estoy hecha un manojo de nervios, pero mi respuesta tiene el efecto esperado: Gavin aparta la mirada por un segundo, quizás sorprendido por mi firmeza. La tensión en el aire es tan densa, que casi puedo cortarla con un cuchillo, mientras el padre de Owen nos observa y fija sus ojos en mí, con una intensidad que me hace sentir expuesta, sobre todo, cuando se detiene en mi vientre. Honestamente, esperaba ver un gesto de sorpresa o duda, pero lo que percibo es algo muy diferente: emoción. Parece algo conmovido, como si mi embarazo le recordara lo mucho que ha perdido... o, tal vez, lo que aún puede recuperar.Gavin carraspea y retoma el control de la situación, o al menos lo intenta, porque noto cómo sus labios tiemblan levemente antes de hablar, como si esta reunión le costara más de lo que está dispuesto a admitir.—Gracias por aceptar verme —le dice a Owen con la voz ronca, pero su atención vuelve a mí y se detiene, otra vez