Capitulo 4
— Pero miren que tenemos aqui, Una hermosa joven merodeando por el bosque, Sola a esta obscura noche, No estas nada mal, Tienes un buen pecho, Creo que me podre divertir contigo esta noche.—Daliana sabia que tenia que escapar de ahí pues sus instintos le decían que tenia que correr, Porque del contrario la iba a matar, Intenta darse la vuelta para correr, Al hacer eso la espada le hace un pequeño corte el cual sintió ardor, Pero aquel soldado no la iba a dejar escapar así como si nada, La tomo del brazo para girarla hacia el, En cuanto Daliana vio su rostro por la iluminación de la luz de la luna su expresión cambio de susto a aterrador, El hombre que intentaba hacerle daño ¿Era su esposo?, No.. algo era diferente, Se sentia como si fuese otro hombre el cual pareciera tener un corazon totalmente lleno de maldad.Daliana le da una bofetada que hace que el rostro del soldado se girara con gran fuerza, Error, Hizo que se enfureciera. — Te voy a enseñar a respetar, Porque al parecer tus miserables padres no te lo enseñaron. — — ¡Qué crees que estas haciendo, Suéltame!, ¡No me toques con tus asquerosas manos, maldito! —No comprendía por qué aquel soldado, Con el rostro inquietantemente parecido al de su marido, Le haría daño. La confusión y el miedo inundaban su mente mientras las imágenes de un pasado aparentemente feliz se desvanecían como ecos. En medio de esa angustiante situación, Sintió que la realidad se tornaba irreal, Una pesadilla de la cual deseaba despertar.El soldado, Con su uniforme rojo que ondeaba al viento, Le dio una vuelta forzada, Obligándola a girar para que ella le diera la espalda. Daliana, Susceptible a la violencia que emanaba de su agresor, Sintió el pánico atravesando su cuerpo. En un instante, Todo se tornó oscuro. Un golpe seco resonó en su nuca; la empuñadura de su espada había hecho su trabajo, Y Daliana cayó al suelo, Perdida en un abismo de inconsciencia, Las palabras del soldado sonaban en su mente como ecos retumbantes. — Esas palabras no van con esa cara tan linda, jaja. Ahora me las vas a pagar, Desgraciada.— La burla y la crueldad se entrelazaban en su voz, Despojando a Daliana de su dignidad, Convirtiéndola en un mero objeto de placer, En el centro de un juego macabro donde era la única perdedora.Cuando el soldado comenzó a bajarse los pantalones para poder dejar su miembro expuesto, El cual se encontraba recto por la excitación de su malvado plan que llevaria a cabo, Daliana estaba aún perdida en su inconsciencia, Atrapada en un mundo paralelo donde los horrores no podían alcanzarla. Pero el destino tenía otros planes. Un fuerte golpe interrumpió la escena tormentosa, Enviando al agresor patas arriba, Cayendo sobre ella. — ¡Que deshonor que un Casaca Roja haga esas atrocidades hacia una bella mujer!. — Resonó la voz de un joven apuesto que apareció como un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Su cabello rizado y rojizo brillaba con el reflejo de la luz de la luna, Contrastando con la sombría escena que se desarrollaba. Llevaba una falda escocesa que ondeaba con su movimiento, simbolizando un espíritu libre, audaz y dispuesto a enfrentarse al soldado.El joven, Cínico ante la injusticia, Agarro al soldado que se encontraba semi inconsciente para poder retirarlo de la bella dama que se encontraba aun desmayada, Sin ninguna intencion de ser amable con dicho soldado lo arroja al piso para despues lanzarse hacia el con determinación. Los colores de su vestimenta danzaban a su alrededor mientras sus movimientos eran rápidos y certeros, Como si supiera que cada segundo contaba.La nobleza resplandecía en su actuar, Y aunque muchos habrían temido enfrentar a un guerrero armado, El parecía estar impulsado por un fuerte sentido del honor. Lo que para uno era un infame acto, Para él representaba una violación de valores fundamentales: el respeto hacia la dignidad de las mujeres.Una vez que el apuesto escocés terminó de golpear al soldado, Se puso de pie y caminó hacia Daliana. La tomó entre sus brazos con cuidado, Observándola con una mezcla de preocupación y ternura. Después de un momento, Comenzó a caminar hacia su campamento, Donde se reuniría con sus hombres.Daliana despertó lentamente. Sus ojos apenas podían aclararse, Aún veía borroso por el golpe que había recibido. Cuando su vista mejoró, Se dio cuenta de que estaba en una habitación desconocida. Asustada, Pensando que el soldado la había secuestrado, Se levantó rápidamente de la cama. Sin embargo, Al momento en que sus pies tocaron el suelo, Cayó al piso.Parecía que su pie estaba más lastimado de lo que había previsto. En ese momento, El apuesto joven de cabellos rizados, Iluminado por el reflejo de la luz de la ventana, Mostraba un hermoso color rojizo. Daliana, Asustada, Intentó levantarse nuevamente, Pero volvió a caer al piso. Entonces, El apuesto escocés se apresuró a acercarse a ella, pero algo lo detuvo. — Quedate donde estas, ¡No quiero que te me acerques!. —Daliana levantó la vista y sus ojos se encontraron con los del escocés. En sus ojos había una mezcla de determinación y gentileza. A pesar del miedo inicial, Algo en su mirada la tranquilizó. Él se arrodilló, Manteniendo una distancia respetuosa, y le habló con voz suave pero firme. — Tranquila no te voy a hacer daño, Soy quien te salvo de ese soldado casaca roja, Si yo no hubiera pasado por ahí, El te hubiera violado o incluso matado, No debes temerme no te hare nada que tu no quieras, Estoy aquí para ayudarte, no para hacerte daño. — Dijo el escocés, Ofreciendo su mano como un gesto de buena voluntad.Todavía desconfiada pero sin otra opción, Asintió lentamente. Tomó la mano del joven escocés, Permitiéndole ayudarla a levantarse. Su toque era firme pero gentil, Y por un momento, La incertidumbre dio paso a una sensación de seguridad. Con demasiada delicadeza, El joven había posado a Daliana en la cómoda cama, Asegurándose de que las sábanas cubrieran su cuerpo de forma protectora. Pero aun así Daliana seguía sintiendo algo en su interior, Una tormenta de confusión y ansiedad se desataba dentro de su ser. —Disculpe, ¿me podría decir en qué año nos encontramos? —Preguntó, Apenas podria simular su voz temblorosa. Aquel lugar extraño le resultaba tan ajeno como la vestimenta que veía a su alrededor, Como si cada objeto hablara un idioma que no podía comprender. —Claro, no hay problema alguno. Estamos en el año 1296 —Respondió el joven, sin perder la calma.Las palabras resonaron en la mente de Daliana, haciéndola vacilar. Sus ojos se abrieron como platos; el impacto de la revelación hizo que su corazón latiera con fuerza. Había viajado ¡729 años atrás! La noción de un tiempo tan remoto la envolvió en un torbellino de emociones y pensamientos. La historia, Los cuentos de antaño, Todo lo que había aprendido en libros, ahora parecía cobrar vida frente a ella. —Oh claro... ya me ubique... —Murmuró, Aunque en realidad seguía sumida en un mar de incertidumbre. Las imágenes de su vida cotidiana, De su mundo moderno, Se desvanecían lentamente, Dejando solo espacio para una nueva realidad.La persona que la acompañaba la observaba con atención, Una mirada que combinaba preocupación y curiosidad. Se acercó un poco más, rompiendo el silencio incomodo que emanaba dentro de la habitación la cual ambos se encontraban solos. —¿Por qué tiene ese aspecto? —Preguntó, Con una expresión que sugería que Daliana parecía haber visto un fantasma. Su atuendo contemporáneo contrastaba deliberadamente con las túnicas y vestimentas de la época.Daliana, Aún procesando la enormidad del momento, Sintió que sus mejillas se sonrojaban. No era solo su ropa o su postura; era la chispa de modernidad en medio de un mundo donde cada detalle, Cada sonido y cada fragmento de conversación, Parecía estar bordado con hilos de historia viviente. — Es una larga historia... —Respondió finalmente, Intentando encontrar las palabras adecuadas mientras su mente luchaba por aceptar la naturaleza surrealista de la situación. ¿Cómo podría explicar lo inexplicable? ¿Cómo compartir su asombro con alguien que estaba anclado en una época en la que ella apenas podía soñar?. — Bueno una vez que descanse podrá contarme esa historia de como usted estaba sola en el bosque con aquel casaca roja, Pero mientras la dejare descansar, Sus prendas están demasiadas sucias así que me tome el tiempo de traerle ropa apropiada para usted, Le compre lo necesario para que se pueda arreglar, Si gusta bañarse de una vez ahí esta la tina y agua tibia que calenté antes que se despertara, Bien sin decir mas me retiro. —Encontrandose en una situación bastante peculiar. Apenas había despertado en una habitación desconocida, Sin idea de como regresar a su epoca, Frustrada de lo que estaba pasando y a la vez triste ya que extrañaba a su esposo. La amable persona que la había atendido se retiró, Dejando instrucciones claras para que se relajara y se aseara.Daliana se sumergió en el agua tibia, dejando que la calidez la envolviera como un abrazo reconfortante. Los aromas de las hierbas que flotaban en el agua lograron calmar su mente al tiempo que trataba de asimilar la surrealista situación en la que se encontraba. Había pasado de ser una simple viajera en el tiempo la cual estaba extraviada en el bosque a encontrarse rodeada de hombres enigmáticos y peligrosos, incluyendo a aquel temido Casaca Roja.Mientras se limpiaba con el trapo que había recogido, Cada movimiento era una danza entre el alivio y la preocupación, Su mente vagando entre la necesidad de salir de allí y el deseo de disfrutar por un instante de la tranquilidad. Afuera, El sonido de pasos apresurados resonaba en el pequeño pasillo, Junto con murmullos y exclamaciones de urgencia. —¿Qué demonios estara pasando? —Se preguntó para sí misma, mirando las burbujas que se formaban en la superficie del agua. Aunque su lesión en el pie la hacía sentir vulnerable, había algo dentro de ella que la empujaba a ser más fuerte y a luchar por su libertad, cerrando los ojos por un momento, intentando relajarse aunque sea por un momento.Mientras disfrutaba de un baño relajante el cual pareciera que llegaria a su fin, La puerta se abrió de golpe, Revelando a un hombre alto que la sorprendió. Daliana, Impresionada, Reaccionó rápidamente, Cubriéndose sus pechos con ayuda de sus brazos y exigiendo al intruso que se fuera. Sin embargo, El joven que la había rescatado apareció, Apresurando a detener al hombre que había irrumpido. —¿¡Quien demonios eres!,? ¡Largo!.— Daliana exclamo con furia. — — No es momento de maldecirme mujer, bañate rápido porque nos tenemos que largar de aquí, Andrew Te dije que le dijeras que se apurara, Los casacas rojas vienen en esta dirección, Y tu cabeza yo que recuerde todavía tiene precio. — —Lo se Duncan, Pero esta herida de su pie, No crei que los Casaca rojas llegarían hoy... — —¿Acaso creen que estoy disfrutando este momento?, Pero muchas gracias por tener esta conversacion en mi plena ducha, ¡¿Qué les parece caballeros si se largan de mis aposentos y me dan privacidad para terminar de bañarme?!—Respondió Daliana, El sarcasmo apoderándose de su voz. A pesar de la tensión, Era algo liberador expresar su frustración.Ambos quedaron asombrados por la tan inesperada reacción de Daliana, El señor Duncan Molesto por la contestación de la dama comienza a dar unos pasos hacia ella pero el apuesto joven lo detiene. —Lo entendemos —Replicó Andrew, Cara a cara con ella, El brillo de sus ojos reflejaba una mezcla de admiración y respeto—. Pero tienes que apurarte. No hay tiempo que perder.—Finalmente, Andrew logró calmar a Duncan y lo sacó de la habitación. Daliana, Todavía sorprendida por la situación, Decidió que lo mejor era terminar su baño y prepararse para lo que pudiera venir. Sabía que debía confiar en Andrew, Al menos por el momento, Para salir de esa situación complicada. Se dio cuenta de que en su mente había comenzado a crear una imagen de escapar, De sobrevivir. Enfrentarse a aquellos soldados y a todo lo que representan podría ser su única salida. Por un instante, Sintió que el agua tibia ya no la resguardaba; en cambio, La impulsaba a actuar. Con manos firmes, Salió de la tina, secándose rápidamente con una toalla que encontró cerca. La fragancia de las hierbas quedó impregnada en su piel, Así como un renovado sentido de determinación. —Vamos, entonces — Dijo, Mientras se ataba el cabello en un moño deshecho—. Que no me atrapen porque la próxima vez que entre alguno ahí, no seré tan amable. —Hola mis bell@ lectores, Espero que sea de su agrado este libro que estoy escribiendo para ustedes. Les agradezco de todo corazón la oportunidad que me dan ustedes al estar aquí, El ver cada vista que tiene mi libro hace que mi corazón se llene de alegría tan grande. Sin mas los dejo con la lectura. ATT: Karen Dayana Hernandez.
Capitulo 5Daliana se encontraba en la habitación, ultimando los detalles de su atuendo. Una vez satisfecha con su apariencia, Decidió dar el primer paso hacia la libertad que le otorgaba su vestido. Con la frente en alto y una mezcla de determinación y nerviosismo, Abrió la puerta y salió al pasillo.Al cruzar el umbral, El aire fresco la envolvió, Pero lo que realmente la impactó fueron las miradas que la aguardaban. Varios hombres, Entre los cuales se encontraba el señor que había entrado sin permiso mientras ella se duchaba, Giraron sus cabezas al unísono, Como si un imán invisible los hubiera atraído hacia la figura que emergía con gracia del interior de su habitación.Daliana llevaba puesto un precioso vestido largo de tela de tartán escocés, Cuyo patrón en tonos verdes y azules oscuros contrastaba elegantemente con su piel. El vestido alcanzaba sus tobillos, Proyectando una imagen de sofisticación y confianza. El corpiño, Ajustado y con un escote cuadrado, Realzaba su figura, m
Capitulo 6En medio de ese ambiente cargado de tensión y esperanza, Andrew permaneció todo el tiempo necesario a su lado, Su presencia fue un faro en la tempestad. Las primeras luces del amanecer se filtraban a través de la ventana, Trayendo consigo momentos de esperanza. Aunque el cuerpo de Daliana se enontraba debilitado por la herida sufrida en la batalla , Su espíritu seguía fuerte, Mostrándose decidido a aferrarse a la vida, ella había hecho lo que debía.Después de una semana postrada en cama, Daliana abrió los ojos. Su visión era borrosa al principio, Como si el mundo estuviera sumido en un sueño nebuloso, Pero conforme pasaba el tiempo, Los contornos se fueron definiendo hasta que pudo visualizar a Andrew, Quien se encontraba sentado a su lado en la cama, Recargándose sobre el colchón y probablemente soñando con tiempos más sencillos y pasificos.La joven, Sorprendida por el hecho de que el apuesto escocés había estado cuidándola mientras permanecía inconsciente, Sintió una pun
Capitulo 7Una vez que Daliana se encontró recuperada de su herida, Emprendieron el viaje hacia el Castillo Leoch. Tras la fuerte batalla en la que estuvo involucrada, Andrew había insistido en que era mejor avanzar de noche, Esquivando así a los temidos casacas rojas. La luna iluminaba tenuemente el camino mientras el grupo se adentraba en el bosque, El susurro de las hojas y el crujir de las ramas eran el único testigo de su travesía.Después de varias horas de marcha, Decidió hacer una parada para descansar. Forbes, El hombre robusto de rostro noble y corazón amable, Se ofreció para hacer una fogata. Su figura imponente aportaba una sensación de seguridad al grupo, Y al poco tiempo el fuego comenzó a crepitar, Iluminando la oscuridad circundante y brindando calor a sus cuerpos cansados. Los demás hombres se agruparon alrededor de las llamas, Compartiendo bromas entre risas y comentarios despreocupados. Sin embargo, Daliana, Sentada recargada contra un gigantesco árbol, No se sentía
Capitulo 8La luz del sol se iba desplazando desde la ventana al piso, Caminando hacia la cama de Daliana y recorriendo suavemente su rostro. La calidez del sol matutino era un despertar brusco para una mente todavía perdida en la confusión del día anterior. Frustrada por la cruda realidad que la rodeaba, Se levantó de la cama con pereza. —No puedo creer que sea hoy —Murmuró, Mientras una sombra de angustia se dibujaba en su frente—. ¿Cómo puedo regresar a mi época?, Tengo que pensar muy bien cómo le hice para venir aquí... Yo que recuerde...Hmmm...Toqué la piedra con mi mano derecha..Y después todo se puso borroso...—Desesperada, Sus manos se enredaron en sus cabellos, Tratando de aclarar los pensamientos que la atormentaban. Luego, Posó las manos sobre sus piernas y miró fijamente su anillo, El símbolo de un amor que había sido verdadero, Pero que ahora parecía un eco distante de lo que alguna vez fue. En aquel anillo, Pequeños diamantes estaban incrustados, Pero al inspeccionarlo
Capitulo 9Daliana se encontraba en su nueva habitación matrimonial, Un espacio que se había transformado en un refugio acogedor tras la celebración de su boda. Sentada frente al tocador, Apenas vestida con su camisón y un corsét que delineaba su figura, Se dedicaba a quitarse el collar que había llevado durante la fiesta. En ese momento, La puerta se abrió de golpe, Dejando entrar a Andrew, Quien quedó paralizado al verla. Con una expresión de sorpresa y pena, Cerró la puerta rápidamente, Mientras sus mejillas ardían, Por lo que intentaba disimular su incomodidad, Pero no pudo evitar quedar paralizado por un instante.Ella, Consciente del efecto que provocaba en él, Sonreía disimuladamente para aliviar la tensión que llenaba la habitación.—Parece que la fiesta de la boda aún sigue. Para ser sincera, No creo que se vayan a la cama muy pronto que digamos.—Comentó Daliana, Tratando de jugar con la situación, Aunque su tono revelaba un ligero nerviosismo.Andrew dejó escapar un suspiro m
Capitulo 10Después de una noche entera llena de placer, Daliana se despertó sintiéndose envuelta en la calidez del perfecto y musculoso cuerpo de Andrew, Quien aún yacía dormido a su lado. A medida que sus ojos se acostumbraban a la luz suave y matutina que se filtraba por las cortinas, Su atención se centró en las cicatrices que adornaban la piel de él. Con delicadeza, Comenzó a acariciar esas marcas, Entendiendo el dolor por el que su ahora esposo había tenido que pasar. Las cicatrices eran un relato silencioso de torturas, Algunas visibles, Otras más recientes, Y cada una contaba una parte de la historia de Andrew, Una historia que a Daliana le dolía imaginar con vase a lo que Andrew le habia contado.Con suma precaución, Decidió retirarse de la cama. No quería interrumpir su sueño plácido, Se levantó con cuidado, Caminando hacia la silla donde había dejado una manta la noche anterior. La tomó y la envolvió alrededor de su cuerpo, Sintiendo el suave tejido contra su piel. La sed la
Capitulo 11Desde que el matrimonio entre Daliana y Andrew se consumió, Habían pasado tres largos meses marcados por la distancia y la incertidumbre. Ella se había convertido en el pilar de apoyo para el Duque Gregorio, Ayudándole con masajes que aliviaban, Aunque solo temporalmente, Ya que el dolor era constante que le causaba la peculiaridad de sus piernas, Los días eran pesados, Y cada hora transcurrida parecía un peso más que cargar en su corazón, Quien extrañaba a su esposo profundamente.Andrew, Por su parte, Había sido enviado en un viaje urgente por encargo del duque mismo. En las tierras del norte, Había estado investigando asuntos que podrían poner en peligro no solo su hogar, Sino también la vida de aquellos que amaba. Tras semanas de arduo trabajo, Finalmente había conseguido cumplir con la misión y así regresar al castillo con el anhelo de reunirse con su amada esposa.Al entrar en la enorme casa de Leoch, El aroma familiar de la comida y la suavidad de las telas lo envol
Capitulo 12Daliana:Con un dolor punzante en su cabeza, Ella abrió los ojos y trató de enfocar su vista. La habitación era sombría y fría, Con paredes de piedra y una única ventana cubierta por gruesas rejas. Se dio cuenta de que estaba atada a una silla y que sus prendas estaban destruidas, Como si hubiera sido arrastrada por un camino tortuoso. A su alrededor, El ambiente era opresivo, Y cada sonido resonaba con eco en su mente aturdida.Mientras intentaba recuperar la compostura, Se percató de que alguien entraba en la habitación. La figura era borrosa, Pero la voz que resonó en el aire le resultó inquietantemente familiar.—Nunca imaginé encontrarla sola vagando por ahí en el bosque otra vez. Suerte la mía. No pude tener una audiencia con usted para aclarar algunas dudas que tengo — Dijo el hombre, Mientras se acercaba y tomaba asiento, Cruzando las manos sobre la mesa que los separaba, Teniendo a Daliana enfrente de el.Ella intentó articular una respuesta, pero su mente aún luch