Antara:La tranquilidad que sentía mi ser al escuchar a Marko, jamás la había sentido, el aire al fin entraba en mi sin esfuerzo, el latir de mi corazón era calmo, acelerado únicamente por sus besos, besos suaves que cada vez aumentaban el ritmo y la temperatura, mis manos aferrando su chaqueta, las de él recorriendo mis muslos con suaves movimientos, y de pronto eso no era suficiente, necesitaba más, mucho más.— Te necesito. — susurre al sentir la energía mágica recorrer mi cuerpo, una vez más mi cuerpo estaba repleto de ella y sentía que podria explotar de un momento a otro.— No más de lo que yo te necesito, siempre seré yo quien te necesite, amor, sin ti estaría perdido, en todo sentido.Podria discutir aquello, pero no en este momento, ahora lo único que queria era su boca en todo mi ser, necesitaba de él más que del aire que me ayudaba a seguir viviendo, mi magia clamaba por mi compañero para estabilizarme.Mis manos jamás fueron tan diestras como en este momento, y a pesar de
La mente de Máximo era un torbellino de ideas y pensamientos, que provocaban vértigo, por un lado se felicitaba por haber tranquilizado a Marko, pero eso no le concedía la paz que él necesitaba, fue por ello que la noche la paso en vela, los recuerdos de su amada gimiendo su nombre entre sus fuertes brazos, fue lo único que lo mantuvo en calma, al menos en la superficie, pero sabia que esto recién comenzaba, pudiera ser que tuviera la aprobación de Marko y el consentimiento entre dientes de el duque Elías White, pero al ser un falso príncipe no todo se limitaba a ellos.—Un impostor.Murmuro como cada vez que veía su reflejo en el espejo, ¿era eso lo que seria toda su vida? ¿y cuando su hijo naciera? Si fuese humano no habría problemas, pero si nacía como él ¿obligaría a su hijo a ocultar lo que era ante todos?Sus largas zancadas hacían eco por el pasillo, su madre había pedido por él y Máximo se preguntaba que planeaba ahora la loba, y por un segundo sintió celos de su compañera y d
Marko veía a su compañera, tan diferente e igual, en sí, nada había cambiado y todo a la vez. Su esencia continuaba siendo la misma esa que había descubierto la noche que la marco, su sangre le resultaba dulce con fragancia a mandarina, canela y pequeñas notas de agua marina, como aquel néctar que una vez degusto y estaba ansioso por probar una vez más, ese que salía de su delgada figura y escurría entre sus piernas cuando Antara se excitaba; su blanquecino rostro ya no tenía notas mortuorias, en su lugar un saludable sonrojo cubría sus delicadas mejillas, pero la luz que irradiaba de ella, eso sí era diferente, una energía azulada la rodeaba, como una segunda piel, como si la misma luna estuviera en la tierra y junto con esa señal, su cabello siempre negro, ahora ondeaba blanco ante la leve ventisca, si, ella era su reina luna, la más bella que el reino Joako alguna vez pudo tener.— Eres cautivante, hermosa… — a Marko las palabras le escaseaban para dejarle en claro a su reina cuan
El palacio de Joako ahora era custodiado por el duque White y su gente, ellos eran el primer anillo de seguridad, además que la familia Otto seria nombrada médicos reales, pero ese era solo el comienzo.— Duque, creo que es tiempo que estos nobles sepan de una vez por todas, que no es bueno conspirar contra su rey. — incluso, aunque Elías quisiera arrancar la cabeza de Marko, no lo haría, desde ese día solo viviría por y para sus hijos.— Como diga su alteza. — fue su respuesta y Rogué tembló por solo ver el brillo sádico que Elías tenía en sus ojos.— ¿Qué haremos con la reina viuda? — Emir era la mano derecha de su padre, el heredero por edad, por fuerza, y dado que Iris estaba a un lado de Antara, ayudándola como siempre, el joven no queria perder la oportunidad de que su compañera lo vea en acción, que notara el poder que él tenía y que el rechazarlo no era una opción.— Me gustaría tener una razón para perdonar tu falta Elsa. — la voz de Marko dejaba en claro que no mentía.— Edu
La boca de Emir era la cosa más suave y cálida que alguna vez han tocado mis labios, mi interior se retorcía ante su aliento, mi corazón palpitaba frenético y mi mente me mostraba cada una de las veces que lo adore a la distancia, porque era consiente que una omega como yo, jamás podria tener su amor, o así sea su atención, porque la diosa sabía que incluso si me hubiese propuesto ser su amante, más que feliz habría aceptado, pero entonces un milagro sucedió, él me queria, aun siendo lo que soy.— ¿En qué piensas? Dime Iris ¿Qué ocupa tu mente en este momento? — su pregunta me hizo abrir los ojos, que en algún momento los había cerrado por el placer que sentía, sus ojos eran cautivantes, jamás me imagine poder verlo así de cerca.— Yo… recordaba el anhelo que siempre tuve… por usted joven… — su gran mano obstruye mi boca, pero, aun así, no tengo miedo, es como si mi ser supiera que Emir jamás me lastimaría.— Di mi nombre, por lo que más quieras, solo di mi nombre, no soporto escuchar
La cabeza de Antara no dejaba de trabajar, su noche, aunque fue placentera, no fue tranquila, unos ojos rojos y una piel escamosa la asechaban, no terminaba de comprender que significaba, suponía que era el poder de la adivinación heredado de su madre, ya había comprobado que en el exreino Red las lluvias habían comenzado al mismo tiempo que en el viejo reino Kael se habían detenido, eso queria decir que si ponía su atención y empeño, podria manejar las lluvias en lo largo de lo que sería conocido como el imperio lunar, pues si, Marko había propuesto que en el día de su boda se comunicara que serían un imperio, uno donde ya no habría problemas en lo que a razas se refería, parecía fácil, dar una orden real que todos los habitantes tuvieran que cumplir, pero apenas Antara abrió los ojos, descubrió que nada sería fácil.Marko había regresado a su cuarto, aun cuando el sol todavía no asomaba, luego de atender, lo que según él, eran las necesidades de Antara y aunque la bruja siempre esta
La semana paso vertiginosa, más para Antara, el descubrimiento de sus conjeturas no lo había discutido con nadie, no porque no lo quisiera, sentía que para Marko sería demasiado con lo que cargar, cualquiera diría que el rey tiene un lugar privilegiado, pero no era el caso, tantas responsabilidades que recaían en su persona y si antes eran muchas, ahora que se declararían imperio y él el primer emperador, serian muchas más, ya no solo debía velar por el bienestar de los lobos, claro que no, ahora su deber seria con cada habitante, indistinto de su raza.— No todo puede ser por decreto imperial.Murmuro con voz quedada, a sabiendas que había veinte nobles encerrados en las torres, a la espera del castigo que Marko les dará por conspirar en su contra, no solo podía dar una sentencia de muerte, porque eso sería revelar que la antigua reina también había conspirado contra ellos, y solo había sido desterrada, aunque para Elsa eso era un premio más que un castigo.— Padre enloquecerá.Se q
El sacerdote que llevaría a cabo la unión formal, se aclaró la garganta para comenzar con su trabajo, pero Marko lo detuvo con un leve movimiento de mano.— Sí, me disculpa, debo dar un anuncio. — claro que el sacerdote no se opondría, menos viendo el rostro de Elías a un lado y de Máximo al otro.— Claro rey.—Pueblo de Joako, hoy no solo serán testigos de mi enlace, también darán fe, de que a partir de este momento ya no seremos el reino Joako. — los murmullos se elevaron por unos segundos, los mismos que Marko permitió para que el asombro disminuyera. — A partir de este momento seremos el Imperio Lunar, donde todos tendrán los mismos derechos y obligaciones, ahora sí, puede continuar. — altivo, como solo Marko podía ser, no permitiría que las preguntas comenzaran, mucho menos algún tipo de desafío solo dijo lo que necesitaba para que en el libro del reino, ahora imperio, constara que ellos serían los primeros emperadores.— Pueblo del imperio Lunar. — dijo a medida que corregía lo