Punto de vista de Lina:
El día parece más largo de lo habitual, y aunque intento concentrarme en mis clases, mis pensamientos siguen volviendo una y otra vez a la misma pregunta: ¿Por qué Dan está tan interesado en mí? Cada vez que me encuentro con él, mis emociones se vuelven un caos. Pero es en los pasillos, cuando veo a sus admiradoras, cuando todo se vuelve mucho más difícil de manejar. Un grupo de chicas se me acerca durante el recreo. Son las mismas que siempre me miran con superioridad, como si estuviera invadiendo un territorio que no me pertenece. Ellas son perfectas en todo: bonitas, populares, y ahora parece que Dan las ha dejado de lado por mi culpa. No puedo evitar sentirme pequeña bajo su mirada crítica. —¿Vas a salir con Dan este fin de semana, Lina? Pregunta una de ellas, una de sus amigas más cercanas. Su tono es casual, pero la forma en que me mira me hace sentir como si me estuviera juzgando por cada palabra.<Punto de vista de Lina - La cita con Dan: El día finalmente llega, y aunque debería estar emocionada por la cita con Dan, una extraña sensación me invade. Laura, mi mejor amiga, me ayuda a prepararme, eligiendo un vestido sencillo pero elegante, algo que me haga sentir bonita, pero sin llamar demasiado la atención. Mientras me mira, la emoción brilla en sus ojos. —¡Te vas a ver increíble! —me dice mientras arregla mi cabello con delicadeza. Agradezco su apoyo, pero mi mente sigue dando vueltas. En lugar de concentrarme en la cita con Dan, mis pensamientos vuelven una y otra vez a Derian. La forma en que se interpuso por mí, cómo se enfrentó a las chicas sin dudarlo, y la pequeña sonrisa que me dio cuando aceptó la paleta de hielo. Todo eso parece estar en mi cabeza, recordándome que lo que me hizo sentir en ese momento fue algo mucho más importante que cualquier cita. Cuando llego al lugar acordado, Dan ya está allí, esperando con una sonrisa en el rostro. Es guapo, seguro de sí m
Punto de vista de Lina - La cita con Dan continúa: El silencio entre Dan y yo se extiende. Las palabras que intercambiamos son cortas y vacías, como si estuviéramos actuando en una obra que ya no sabemos cómo continuar. Cada vez que miro a Dan, me parece ver un esfuerzo sincero por acercarse, pero mi mente sigue vagando. No puedo evitar pensar en lo que sucedió con Derian, cómo se interpuso por mí, cómo me hizo sentir en tan poco tiempo. Dan, aunque encantador y atento, no consigue capturar mi atención como antes. De repente, una explosión de luces ilumina el cielo, los fuegos artificiales estallan con una fuerza vibrante, como si el universo intentara distraerme de mis pensamientos. Pero ni siquiera el espectáculo es suficiente para cambiar lo que siento. Mis ojos se desvían hacia la torre de observación, y por un segundo me olvido de Dan. Allí está Derian, en lo alto, observando el cielo con una expresión que no puedo descifrar, pero que en este momen
Punto de vista de Derian - Observando a Lina y Dan: Desde la altura de la torre de observación, todo parece distinto. Las luces del parque se mezclan con los colores vibrantes de los fuegos artificiales, pero nada de eso captura mi atención. Mis ojos están fijos en ellos. En Lina, luce tan perfecta que a kilómetros puedo verla, las luces de los fuegos artificiales la hacen lucir mucho mejor, pero... Esta con Dan. Mi pecho se siente pesado, como si todo el aire que intento respirar se estuviera escurriendo entre mis pulmones. Ella está allí, tan cerca de él, mirando al cielo como si no existiera nadie más. Dan está a su lado, sonriendo, hablando, intentando de alguna manera alcanzar lo que yo nunca pude. Mis manos, que están apoyadas en la barandilla, se aprietan con fuerza, como si eso pudiera detener el torrente de emociones que me invaden. No sé qué estoy sintiendo. No quiero saberlo. Los veo acercarse, él se inclina hacia ella con esa confianza que siempre ha tenido. Lina no s
Punto de vista de LinaAl día siguiente de los fuegos artificiales, la inquietud seguía latiendo en mi pecho como una corriente eléctrica que no se apaga. Había intentado convencerme de que todo estaba bien, que el beso con Dan había sido solo un momento, algo pasajero, pero la confusión persistía. La imagen de Derian, su mirada intensa desde la torre de observación, me perseguía como una sombra que no podía deshacerme.Mi teléfono vibró en la mesa, interrumpiendo mis pensamientos. Era un mensaje de Laura: "¿Te apetece vernos hoy? Te noto rara, ¿qué pasa?"El solo hecho de leer su mensaje me hizo sentir un alivio extraño. Laura siempre había sabido cómo leerme sin necesidad de que yo dijera una palabra. Tal vez necesitaba un respiro, alejarme de las dudas y la confusión por un rato. Sin pensarlo mucho más, decidí aceptar. Necesitaba hablar con ellos, mis dos mejores amigos de toda la vida, los que siempre estaban ahí para escucharme sin juzgarme.El café donde solíamos encontrarnos er
El sol de la tarde iluminaba el cielo con tonos dorados y naranjas cuando Lina, Laura y Adrian salieron del café. El aire fresco de la ciudad les envolvía, y aunque Lina seguía sumida en sus pensamientos, agradecía la compañía de sus amigos. Sabía que ellos intentaban animarla, así que decidió dejarse llevar y disfrutar del paseo. —Creo que necesitamos algo dulce Dijo Laura con una sonrisa traviesa —. ¿Qué tal un helado? —Buena idea Respondió Adrian, lanzándole una mirada cómplice a Lina —Un poco de azúcar nunca viene mal para mejorar el ánimo. Lina forzó una sonrisa y asintió. No quería arruinar el momento con su melancolía, así que les siguió hasta la heladería más cercana. Laura, siempre entusiasta, pidió un helado de tres bolas con diferentes sabores, mientras Adrian se conformó con un clásico de chocolate. Lina eligió vainilla con almendras, un sabor reconfortante, casi como un abrazo en forma de postre. Se sentaron en un banco de la plaza, observando a la gente pasar
Punto de vista de Derian: El aire de la tarde se siente pesado cuando finalmente termina la clase de francés. Mis pensamientos están hechos un desastre, cada palabra que escuché en la clase se ha desvanecido en el fondo de mi mente, dejando solo una imagen clara y nítida: Lina y Dan juntos. Me apresuro a salir del aula, pero algo me detiene en seco. A pocos metros de distancia, en un rincón más apartado del pasillo, veo a Dan inclinado sobre otra chica. Su sonrisa es encantadora, su postura relajada, su mirada juguetona. Coquetea con ella, deslizando un dedo por su brazo, provocándola con palabras suaves que no alcanzo a escuchar, pero que sin duda están diseñadas para hacerla sonrojar. Y lo logra. La chica ríe tímidamente, desviando la mirada con una mezcla de vergüenza y emoción. La sangre me hierve. No puedo creerlo. No puede ser tan descarado. Hace solo unos días besó a Lina, y ahora está aquí, como si nada, con otra. Aprieto los puños con tanta fuerza que mis uñas se clavan e
Punto de vista de Lina: El murmullo de la ciudad se ve interrumpido por un grito desgarrador. Una mujer en la acera, con los ojos muy abiertos y las manos cubriéndose la boca, señala con desesperación el cuerpo tendido en el pavimento. —¡Dios mío! ¡Alguien llame a una ambulancia! El sonido de las sirenas y el bullicio del tráfico parecen desvanecerse cuando Lina escucha los gritos. Su corazón se detiene por un segundo y, sin saber por qué, un escalofrío la recorre. Se gira lentamente, su mirada recorriendo la calle hasta que finalmente lo ve. Allí, en medio de la carretera mojada por la lluvia, está él. —¡Derian!— Su voz se rompe al gritar su nombre. Su cuerpo reacciona antes que su mente. Las piernas le tiemblan mientras corre hacia él, sintiendo el pánico adueñarse de su pecho. Su respiración se vuelve errática, el aire apenas entra en sus pulmones. El sonido del agua salpicando bajo sus pies, el murmullo de la gente alrededor, todo se siente lejano. Cuando llega a su lado, s
El hospital estaba en silencio, pero para Lina, todo era un torbellino de emociones. Sentada en una de las frías sillas de la sala de espera, sentía sus piernas temblar y el peso del cansancio acumulado. La imagen de Derian, tendido en el suelo, con la sangre manchando el pavimento, seguía repitiéndose en su mente como una pesadilla de la que no podía despertar. Apretó las manos sobre su regazo, intentando calmar su respiración. Sabía que la cirugía había sido un éxito, pero eso no quitaba el miedo que se aferraba a su pecho. ¿Y si no despertaba? ¿Y si su vida no volvía a ser la misma después de esto? Fue entonces cuando sintió una presencia junto a ella. Un perfume elegante, un aura cálida. Lina levantó la vista y vio a una mujer de porte distinguido, con el cabello recogido en un moño impecable. Sus ojos, de un tono familiar, la observaban con una mezcla de compasión y curiosidad. —¿Te encuentras bien? Lina parpadeó varias veces antes de darse cuenta de que la mujer le estab