Mentalmente me siento lista para correr lejos de aquí, pero por mucho que le ordene a mi cuerpo moverse, este lo hace de una manera tan lenta y pesada que podría asegurar que un caracol se movería más rápido a la salida que yo en estos momentos.
‘¿Por qué no fingir beber mientras esperaba el momento oportuno para poder escapar?’ Me quejo mentalmente.Pero por mucho que me queje por las decisiones erróneas que tomé, no puedo hacer algo ahora. sobre todo, porque si es difícil para mí mantenerme en pie, lo es más pensar demasiado las cosas que no puedo cambiar.— Tú puedes, Marcela, no vas a dejar que el alcohol te gane. — susurro sin saber realmente a donde me dirijo.Aferrándome a la pared, que es lo único firme que puedo utilizar a mi alrededor, camino implorando que mi cuerpo sepa lo que hace cuando mi mente no tiene ni la más rSoy consciente de cuán peligroso es que yo esté encerrada en una habitación como uno de los gemelos. Pero, en estos momentos ni mi cuerpo ni el suyo reaccionan como debe, porque los dos nos tambaleamos aunque nos aferremos a algo como soporte.Incluso el beso es torpe y puedo sentir que al igual que yo, su cuerpo se balancea producto de la ebriedad que nos invade a ambos. Por lo que, creo y espero que no vayamos a avanzar más allá.Sin embargo, mi cuerpo me hace dudar porque se calienta aún más por el beso torpe que me están dando. Es increíble cómo estando tan ebria aún pudo responder, pero, más increíble es para mí que sin ordenarle algo a mis manos, estas están rompiendo la camisa del hombre que me besa.‘¡¿Qué rayos te sucede, Marcela?! ¡¿Acaso has olvidado dónde te encuentras?! ¡¿No eres consciente del
El peligro se concentra en la habitación, los pensamientos racionales se marchan y el deseo sexual aumenta sin preocupaciones por lo que pueda suceder después de esto. Es extraño, pero, eso no me molesta.En vez de sentir que debo detenerme porque él menciona que soy suya, lo que hace es excitarme más por sentirme bien al saber que le pertenezco a alguien que quiere complacerme sexualmente tan bien, que quedaría satisfecha.— ¿Tienes algo que decir?— Muchas cosas, pero, por más que lo intente, mis pensamientos no están organizados y por eso, no soy capaz de decírtelo.— Entonces necesito que me respondas algo: ¿continuo o me detengo? — pregunta él.Me quedo en silencio por varios minutos para esperar que una voz me diga: detenlo. Pero, nadie habla. Mis pensamientos se han desactivado y por eso, no puedo recordar algún argumento que me diga que
Todo el alcohol en mi sistema me hace sentir mareada. Por eso, no soy capaz de cerrar los ojos, porque siento que en cualquier momento podría perder la consciencia. Pero, ni siquiera estando así de mal, soy capaz de detenerme, ya que, las sensaciones que estoy experimentando al tener sexo superan todo malestar que siento en estos momentos.— Creo que podría morir hoy mismo del placer que siento.— No digas tonterías.— ¿Sabes cuantas veces desee esto? Aun no comprendo porque tienes que ser tú. Pero, si hay algo de lo que no tengo dudas: aquí es donde quiero estar.Realmente no puedo comprender cómo puede decir esas palabras mientras gime sin detenerse. Pero, reconozco que me alegra poder escucharlas porque eso hace que mi cuerpo se sienta mucho mejor.Evidentemente no hablo de los malestares que siento por estar ebria, sino de cómo me siento querida y no simplemente usada sexual
Mi cuerpo pesa más que antes, por eso, quedo acostado en la cama mientras el hombre que me hizo sentir inmensamente complacida se levanta y tropezando con todo a su alrededor mientras llega al baño.Aunque intento mantenerme despierta, el agotamiento me supera y por eso, escasamente abro mis ojos cuando algo frio es colocado casi en mi entrepierna. La exposición a algo frio y húmedo, hace que de un pequeño salto, porque es justamente la temperatura contraria que hay en mi cuerpo.Pero, antes de alarmarme, unos labios calientes y húmedos, besan mi cadera, recordándome que no estoy sola y quien lo hace, ya ha hecho algo más íntimo que colocar algo frio y húmedo en mi piel.— He venido a limpiarte porque dudo que tengas energía para ir al baño y ducharte. — dice él.— Estoy agotada, ¿Acaso tú no lo estás? — pregunto aturdida.&
Sus brazos fuertes no son una broma. Por eso, cuando él me abraza con un solo brazo para pegarme a su cuerpo, gimoteo porque siento que es alguien fuerte quien me está agarrando y por ello, no me voy a caer.Su beso es tan salvaje como antes, al punto que me hace pensar que no ha quedado satisfecho con lo que hemos hecho anteriormente.Por eso, abrazo al hombre que está pegado a mí, intentando tocar cada músculo de su espalda mientras desciendo hasta la parte que impide que nuestros cuerpos estén completamente pegados desde la cadera.Sus labios me besan salvajemente tomando el control del beso completamente, mientras yo coloco mis manos en ese grande falo que se siente tan hinchado y firme. La boca se me ha secado al recordar todo el placer que puede proporcionarme esa parte exacta de su cuerpo, por lo que, gimo al igual que él ante el contacto de mi mano con su intimidad.Eso hace que él me haga retroceder
Uno, dos, tres, cuatro penetraciones y yo siento que deliro, porque para mí no es posible que unos pocos movimientos, pueda causar tanto placer en alguien. Pero yo soy la prueba viviente que su invasión lenta o rápida, puede causar en mi cuerpo muchas sensaciones extasiante.Ninguno de los dos se siente menos excitado que el otro porque debido a los gemidos y la fuerza con la que se aferra a mi cuerpo, podría asegurarme que él también se está esforzando para no perder el control.— Es una locura. ¿Acaso bebimos algún afrodisíaco para estar así de activos? ¿Por qué razón no soy capaz de detenerme?— He escuchado que el alcohol es un inhibidor de muchos pensamientos, por eso, cuando estamos ebrios, somos capaces de hacer cosas que solamente pesábamos estando sobrios.>> Por como veo las cosas todo ese esfuerzo que utilizaste reprimiendo tu dese
Narra NickAunque debo reconocer que la primera vez que estuvimos juntos me sentí inmensamente increíble, nada de lo que experimenté en ese momento se puede comparar con lo que estoy experimentando ahora.Cada conducta adictiva de mis hermanos relacionadas con el sexo ahora les encuentro lógica. Porque sentir como algo suave, húmedo y estrecho contrae mi polla, es lo más placentero que he podido sentir en mi vida.Sin embargo, todo placer queda en el olvido cuando siento como ella se desploma en mis brazos. El pánico me invade porque ella no abre sus ojos y yo intento sostener su rostro intentando despertarla.— Marcela, por favor, despierta, no me asustes. Si hice algo mal, dímelo, pero por favor, no me asustes de esta manera. — imploro, intentando que ella reaccione.Pero, por mucho que golpeó ligeramente su mejilla o dejó que el agua fría moje su cabeza, ella no reacc
Tenemos todas las desventajas que alguien podría tener en esta situación. Porque no sólo estamos ebrios, si no que, no hay un respaldo y el enemigo puede aparecer en cualquier parte.‘Lo peor de todo es que Marcela necesita de mí y yo estoy aquí, intentando averiguar si son quince o cinco personas que veo el triple.’ Me digo mentalmente.— ¿Últimas palabras antes de morir?— Lamento mucho informarte que no eres el primero y dudo que seas la última persona que me diga lo mismo sin que termine muriendo él en mi lugar. — digo de inmediato.— Las cosas han cambiado, la avaricia nos ha ayudado a saber qué hacer y con quién hacerlo. — dice él.— Entonces se vendieron.— Necesitábamos más y ustedes no querían darlo, así que, tuvimos que buscar por nuestros propios medios una ayuda que sin duda va