Mi cuerpo no parece mío, porque además de sentirme débil al punto que no puedo mantener por mucho tiempo mis ojos abiertos, tampoco quiere dejar que me dé por vencida. Es como si me dijera que luchara y por mi bebé debo hacerlo.
Alguien, empuja a Anne y sin dudarlo un solo momento, entierra un cuchillo en su pecho. aturdida, miro quien está causando la herida y me doy cuenta que es una mujer igual que Anne.‘¿Qué rayo está sucediendo?’ me pregunto mentalmente.— ¡Marcela! ¡No te des por vencida, por favor! — grita Anne teniendo a la mujer igual a ella sostenida del cuello.— ¿Qué…?— ¿Quién eres?— Tu pesadilla. La pesadilla de todos. — dice la mujer que me ha dañado.— Entonces, bienvenida a tu infierno, porque hasta que no me digas que pasa con Marcela, mataré a cada persMi corazón duele, porque no quería llegar a este punto. Los alejé de mí para no llegar a este momento, pero, como una polilla siguiendo la luz del fuego, me siguieron sin importarles que terminarían quemándose.Nuestro destino no era juntos y ahora lo comprendo, porque solo estando los tres en un mismo lugar es que hemos sufrido tanto como ahora.Quisiera decirle que no beba eso, que podemos encontrar otra solución, pero, las contracciones aparecen con más fuerza y dudo que pueda llegar hasta el final de mi parto si no me ayudan con el malestar que me siento.— ¡Te mataré, maldita! ¡Hoy vas a ver como mueren todos los tuyos y después, te dejo casi muerta! ¡Porque con lo que has hecho hoy, matarte será un favor que no pienso concederte! — grita Anne.— Anne… duele mucho. — susurro.Aunque quiero mirar hasta donde ella se encuentra, no
Apenas logro abrir bien los ojos y procesar que nos encontramos en una trinchera de muebles, para evitar que salgamos heridos, cuando una contracción me corta la respiración, causando que llore del dolor.— Duele… — susurro y ellos abren sus ojoso sorprendidos.— ¡Amor, has despertado! — dicen los dos al unísono.— ¿Qué sucede? — pregunto preocupada.— ¡Casi mueres! — dice Anne sintiendo como mi corazón se acelera.— ¡Dios, no sabes cuanto te amo y agradezco que estés aquí! — dicen los dos abrazándome con tanta fuerza que Anne los golpea para que me suelten.— ¡¿Se les ha olvidado que es lo que está pasando, chicos?! ¡Estamos en medio de un enfrentamiento, lo que menos necesitamos ahora son sus confesiones de amor, cuando puede morir en cualquier momento! — grita Anne.
Los disparos continúan, la fortaleza que hicieron con los muebles, se mueve muchas veces, pero, Óscar está pendiente para que no se derrumbe. Todos están desesperados, pero, dudo que no lo estén más que yo, porque me siento muy mal.‘¿Qué debo hacer?’ me pregunto mentalmente.Una contracción vuelve a mí, causando que yo sienta como estoy por morir. Mi bebé, se mueve mucho y yo hiperventilo al sentir tantas cosas a la vez, sintiendo como esto me supera en dolor.— Respira profundo, querida. Pronto estaremos bien.— Saca al bebé. No puedo soportar esto por mucho tiempo. — digo angustiada.— Marcela, quiero ayudarte, pero, no puedo. — dice Anne.Sufriendo mucho me retuerzo del dolor, sin saber qué es lo que debería hacer. Porque realmente deseo que este dolor deje mi cuerpo, pero, no quiero que mi bebé nazca a&u
De todos los escenarios en los que me imaginé mi parto, en ningún momento se me pasó por la mente que mis verdugos desaparecerían mientras estamos en medio de un enfrentamiento liderado por Nabil.Justo cuando debía marcharme lejos de todo este caos, lo que estoy haciendo es dilatar porque tendré a mi bebé sin ayuda de doctores, sin los implementos necesarios y precisamente en medio de un intercambio de balas donde sus casquillos caen cerca de mi rostro, porque incluso usan artillería pesada para acabar con el enemigo.‘Definitivamente no puede ser peor mi vida.’ me digo mentalmente.Pero, como buena maestra, la vida me da un golpe al sentir como mi dolor aumenta cortándome la respiración, ralentizando mis movimientos. Mi corazón se acelera, mi cuerpo me dice que ya no puede más y yo aseguro que aquí se termina mi descendencia, porque después de este dolor, no
Dicen que para ir al infierno uno debe hacer el recorrido de las estaciones de la muerte donde uno debe pasar por muchos dolores relacionados a los siete pecados capitales, pero, con todo lo que he sufrido me debe dar una exoneración a todas esas estaciones del dolor, porque aquí ya estoy pagando todo.— No puedo.— Tú pienses, Marcela. Puedes hacerlo. — dicen los gemelos tomando cada uno mi mano.— Debemos subirla, haremos la cirugía en el helicóptero. — dice alguien.‘¿Cuándo vino un helicóptero?’ me pregunto mentalmente.— Ella puede hacerlo. — dice Anne.— Marcela, puja, el bebé morirá si no hacemos algo ahora. Puja, por favor. — dice Anne.Nuevamente vuelvo a pujar al sentir la necesidad de hacerlo. Pero, tal parece que hacer esa fuerza inhibe los efectos de la medicina que colocaron, porque todo vuelve a dole
Inaudito, no hay otra forma de explicar lo que está sucediendo si no se utiliza la palabra inaudito en ella, porque sin duda, es realmente sorprendente ver cómo dos hombres que son tan crueles, se desmayan por el nacimiento de un bebé.‘Esto es más de lo que yo esperaba.’ Me digo mentalmente.Completamente agotada por todo lo que acabo de experimentar, me esfuerzo por ver a la pequeña que el doctor carga mientras Anne corta el cordón umbilical con Óscar. Siendo ella quien cubre a la bebé con una toalla y me la entrega colocándola sobre mi pecho porque ni siquiera tengo fuerzas para poder cargarla.— Hicieron un buen trabajo, mis niñas. Por eso, finalmente están juntas. — dice Annie mientras yo veo como la pequeña se mueve y llora sobre mi pecho.— Bienvenida al mundo, hija. — digo y de inmediato, todos se mueven rápido para poder llevarme
Aunque sé perfectamente que es completamente normal que un hombre vea a una mujer parir porque está teniendo a su hijo, no me resulta del todo cómodo que en mi caso sean dos hombres quienes me hayan visto así.‘Ahora comprendo perfectamente porque se desmayaron.’ Me digo mentalmente.La aclaración que ha hecho Anne recientemente ha callado nuestras bocas a tal punto de que no tenemos tema de conversación. Por lo que, simplemente nos quedamos en un silencio incómodo donde yo desearía no saber el motivo de sus desmayos.— No deberían sentirse avergonzados. Como yo lo veo, deberían estar felices porque ninguno se perdió el parto de la bebé. — dice Anne y de inmediato, los hombres que están completamente rojos sonríen complacidos.— Aunque fue algo impactante, debo reconocer que ha sido lo más maravilloso que he visto en mi vida. &mda
Durante mucho tiempo creí que había sido atrapada por los príncipes de la mafia cuando ellos me secuestraron, pero ahora que he tenido una hija de alguno de los dos, debo decir que ahora sí estoy atrapada por ellos.Porque aunque ahora puedo marcharme lejos de los gemelos si lo deseo, lo que si no podré hacer es que mi hija no tenga un vínculo sanguíneo con ellos.‘Eso te pasa por haber tenido sexo con tus secuestradores, Marcela. Qué buena idea.’ Me regaña mi mente.Aunque quisiera justificarme, no hay manera de que pueda hacerlo al notar que fue una terrible idea. Después de todo, aunque amo mucho a mi bebé, no era la manera de concebirla. No debí tener a mi bebé en un ambiente tan desordenado.‘Finalmente, me liberé de ellos solamente para entrar a una nueva prisión. Una que perdurará durante generaciones.’ Me digo mentalmente