Viajar con los gemelos no es algo cómodo, sobre todo, después de haber sido interceptada en el baño por Noah y al momento de salir, encontrarme en la pequeña habitación a Nick, esta vez, no tuve que pensar cuál de los gemelos era, porque la molestia era tan evidente que no daba espacio para la duda.—¿Tuviste sexo con mi hermano en el baño?—¿Qué haces aquí? — pregunto seria.—¿Por qué saliste vestida del baño? — pregunta Nick.—Porque estoy viajando con pervertidos de mierda, que no me dejan bañarme o vestirme tranquila.Nick, no le presta atención a lo que le he dicho, si no, que se acerca a mí con una camisa de color negro.—Ponte esto. — dice Nick.—No, gracias, ya tengo la camisa azul y me gusta cómo me queda.—Ponte esta maldita camisa, Marcela. No me hagas romperla para que entiendas que debes quitártela.—No entiendo, ¿Por qué no quieres que la tenga? Dudo que sea valiosa porque estás amenazando con romperla, así que, ¿Por qué la insistencia?—Simple, esa ca
No hablo más con ellos, como tampoco me muevo de mi silla, porque sé que hacerlo va a hacer que alguno de los dos termine complicando mi vida a donde sea que me mueva, por eso, me quedo frente a los dos, porque si alguno quiere causar problemas, el otro lo impedirá porque no está haciendo lo mismo.Esa es la lógica de los gemelos Thompson, porque los dos se colocan limites donde siempre quiere uno sobrepasarlo para sentirse el poderoso, el único problema que quieren involucrarme en eso, causando que me desgaste completamente en su lucha que aun no comprendo que beneficio les proporciona.— Marcela, estamos por llegar a nuestro destino, así que, quiero aclararte algo antes que observes todo directamente.— ¿Qué pasa? ¿Allá tienes a todas tus amantes e hijos, Noah?— No tengo hijos, me encargue de que eso fuera así hasta que me casará. — dice Noah.‘Algo me dice que no habla solo de preservativos o quizás, unos métodos anticonceptivos que no están relacionados con la violencia.’ Me digo
Sin tener una sola ruta de escape, terminó bajando la escalera para ser escoltada por los gemelos del demonio. Por eso, cuando un hombre se acerca a nosotros y los saluda con mucho respeto, también lo hacen conmigo. — Bienvenidos a Nevada, príncipes de la mafia — ¿Qué saben del estado de mi padre? — pregunta Nick. — No ha sido posible contactarnos con sus secuestradores, pero, todos ya están listos para ir por el rey de la mafia. — ¿Cómo pueden llamarlo así si fue secuestrado por algún novato que ya no teme al poder de las jerarquías?Ellos continúan hablando de muertes, cargamentos y otras cosas que no me agarran en lo absoluto, por lo que, me concentró en subir al auto donde para mi fortuna, ninguno de los dos sube conmigo. ‘Esta es mi oportunidad de oro’ digo implorando que alguien me ayude. — Disculpen, chicos. — ¿Necesita algo, princesa?— ¿Por qué me llaman princesa?— Es la novia de uno de los príncipes de la mafia, así que…— Ya no lo soy. — digo sintiendo como mi niña
Miro a los dos hombres idénticos sonreírme como si fuéramos grandes amigos o si tuviéramos una agradable relación, cuando no es así. Pero, ellos trabajan como actores siendo mafiosos, si hay algo en lo que son buenos, es en ser un completo engaño.‘Desgraciados’ les digo mentalmente.— ¿Qué pasa si no quiero saberlo? ¿Acaso me van a dejar ir si digo que no quiero ser la esposa de alguno de ustedes aunque me den oro? — pregunto y ellos sonríen.— Seguiremos haciendo lo que queramos, porque nunca has tenido otra opción diferente a escoger uno de nosotros.— Porque si piensas que vamos a compartirte, la respuesta es no. — dice Nick.— No quiero compartirlos, Nick.— Soy Noah, quien dijo de no compartirnos fui yo, mi nombre es Noah.‘Rayos, sigo confundiéndolos.’ Me quejo mentalmente.Tendré que buscar una manera de diferenciarlos, sin que ellos se den cuenta de que esa es mi intención, porque son capaces de engañarme como ha sucedido anteriormente y debo hacer eso pronto antes de que ter
Por sorprendente que parezca, después de decir eso, Noah o Nick se marchan con evidente enojo, por lo que, logro dormirme implorando que no vuelvan por aquí, pero, parece que mi fe no es tan grande porque solo demoro unos minutos dormida, cuando siento una mano que toca la parte interna de mi muslo.Por lo que, me quejo deseando abrir mis ojos o por lo menos, tener la fuerza de mover mi mano y apartarla del hombre que no parece comprender que no quiero ni siquiera en mis sueños más locos tener sexo con él.— No despiertes, querida. Deja que te de todo el placer que necesitas. Deja que te demuestre lo bien que lo pasarás siendo mi esposa. — dice él besando mis piernas.Debo reconocerlo, su toque casi me hace enloquecer, pero, las alarmas en mi mente me dicen que lo que menos debo hacer, es caer en la locura. Porque entonces, sería mi perdición.— Déjame decirte con mis labios, cuanto deseo estar en lo más profundo de ti y como anhelo que seas solo mía. Comparto muchas cosas con mi herm
Los golpes se escuchan con fuerza, varias cosas son destruidas en la habitación porque los dos se están golpeando como los animales salvajes que son, por lo que, yo miro a mi alrededor y usando la sábana porque Noah ha destruido mi ropa, salgo de la habitación sin importarme que por estar descalza me he cortado.El dolor al caminar es fuerte, pero, las ganas de marcharme lejos de estos malnacidos hace que corra tan rápido como sea posible, siendo abrigada por unas sábanas. Atrás, dejo el ruido causado por los golpes que se propinan, implorando que esta sea la última vez que los vuelva a ver.Porque no sé cómo lo hacen, pero, están aprendiendo a someterme usando el sexo como medio y eso no es algo propio de mí, entiendo que no tengo la experiencia, pero, no debería ser incapaz de moverme, solo porque me tocan como corresponde.— Debo escapar de este infierno o no podré salir de sus garras por más que lo intente. — digo entrando al ascensor donde dejo un rastro de pisadas con sangre.Si
El recorrido es largo, por eso, por más que intento mantenerme despierta, logro dormirme hasta que finalmente alguien me llama confundiéndome completamente, porque a nadie le he dicho mi verdadero nombre.— Marcela, despierta, querida. — dice una voz amable.‘Quizás sea alguien que me conoce por mis actuaciones, porque los gemelos no se atreverían a tratarme así cuando me he escapado.’ Me digo mentalmente.Confundida por lo que puede estar sucediendo, abro los ojos lentamente encontrándome un arma tan cerca de mi rostro, que el frio material hace que aparte bruscamente la mano de él, sintiendo que he corrido tanto para nada.— Me imagino que tuviste un magnífico sueño, ¿no es así, Marcela Leonardi? — pregunta un hombre que no me resulta conocido.— ¿Quién eres? — pregunto confundida.— Somos los dueños de la noche, aprovechamos cualquier oportunidad para hacernos ricos, por eso, asaltamos camiones, secuestramos personas o simplemente robamos a tontos que no tienen el más mínimo nivel
Ellos están locos, conducen como unos desquiciados, beben una botella que el olor es tan fuerte y desagradable que no dudo que sea un alcohol debidamente preparado, pero, es eso lo que menos me importa.Porque la muerte de ellos es algo agradable para el mundo, pero, no ahora, no es buena idea ahora que me encuentro aquí en este auto que parece una bomba de tiempo que en cualquier momento va a estallar.— No saben en lo que se están metiendo. — digo mientras ellos celebran complacidos.— Si sabemos, por eso, estamos celebrando. — dicen ellos llegando a una casa que temo que pueda caerse en cualquier momento.Incluso, la inclinación de esta, me asegura que sucederá en cualquier momento, pero, parece ser que soy a la única que le importa, porque los hombres que vienen en motocicletas y otros autos, abren la puerta, entrando y cerrándola de golpe.— ¿No tienen miedo de que est