Nick me observa extraño y no me sorprende, porque la mayoría de las veces no he mostrado interés en hablar con él y ahora lo alejé de su hermano para poder estar a solas.
‘Seguramente piensa cosas pervertidas cuando la realidad está lejos de ello.’ Me digo mentalmente.— Solo dime donde podemos hablar.— Después que nos saquen sangre podemos ir al estudio, en ese lugar no hay cámaras ni mucho menos, algún micrófono. — dice Nick y yo me limito a asentir deseando que podamos hablar.Como lo ha dicho Nick, nos sacan muestras de sangre y nos hacen preguntas de rutinas, mientras atienden las heridas que tenemos. A Nick, le extraen las balas sin llevarlo a un quirófano, mientras yo observo como cosen sus heridas como lo hicieron con la herida que me causó Ginny.— ¿Es normal ser heridos en este negocio? — pregunto y él asienteEn mi mente me digo muchas cosas, pero, mi cuerpo disfruta explorando su cuerpo como si no estuviera frente al hombre que podría matarme. Por lo que, lo empujo aunque hacerlo hace que lastime mis heridas.— ¡Es suficiente! — digo molesta.— ¿Qué pasa? ¿Necesitas el ambiente de fiesta para dejarte llevar?— Por culpa de tus ataques mis heridas no han sanado como corresponde. — me quejo.— ¿Es eso lo que te preocupa, Marcela? Comprende que con o sin mi intervención, eso no va a sanar tan rápido. — dice Nick.— Aun así…— ¿Por qué te niegas a tener sexo conmigo? Ayer lo disfrutaste mucho. — dice él.‘Entonces si tuve sexo con los dos.’ Digo sintiéndome la mujer más sucia del mundo y es que lo soy, porque muchas tienen sexo con varias personas, pero, dudo que alguna haya tenido s
Apenas los dos salen, una mujer me saluda y me dice que me escoltará hasta mi habitación. Sintiendo que voy camino al matadero, observo como todo aquí es metálico y sin alguna decoración alegre… justo como está mi vida ahora.— Quiero preguntar esto, porque confío en que siendo mujer como yo, me ayudarás un poco.— No le diré dónde estamos, como podría escapar de un lugar que es imposible hacerlo o cualquier cosa que afecte a los príncipes. — dice la mujer.‘Oh, por todos los cielos.’ Me quejo mentalmente.— Entiendo. — susurro entrando a una nueva jaula donde ni siquiera hay ventanas.— Nos tomamos en serio la seguridad, por lo que, incluso los baños tienen cámaras. La única diferencia es que esas grabaciones solo son vistas por los señores de la casa, en este caso, los gemelos Thompson.
El miedo me invade al no saber por qué ha venido hasta aquí para llevarme afuera cuando se han estado escuchando detonaciones recientemente. Por lo que, de inmediato retrocedo. Pero, eso a él no lo detiene. Ya que, camina hacia mí.— No quiero ver. No quiero saber qué es lo que están haciendo, así que por favor, déjame aquí.— Dijiste que no vas a estar con ninguno de nosotros hasta comprobar que realmente podemos protegerte, así que, quiero mostrarte con hechos, porque sería bueno que yo te protegiera.— Otro día me muestras. Estoy cansada.— Tiene que ser ahora, he descubierto ciertas ratas de laboratorio que necesito eliminar. Así que, es el mejor momento para hacerlo. — dice él.Soy consciente de cuando una guerra está destinada para que yo la pierda, por eso, dejo que él agarre mi brazo y me lleve hasta la parte m
La oscuridad me rodea solo por breves segundos, porque al poco tiempo observo a cada uno de los hombres de lo que siento tanto temor. Ellos caminan hacia mí riéndose de una forma que causa mucho miedo.Aunque intentó hablar para decirles que se alejen, mi voz no sale. Ellos tampoco hablan, sino que en sus manos aparece explosivos y unas herramientas que dudo que sea para hacer algo bueno.De inmediato intentó correr, pero por mucho que me esfuerce soy alcanzada rápidamente, por eso, cada uno comienza a torturarme a su manera. Por eso, uno rodea mi cuerpo con explosivos, mientras Nick me arranca la piel.— ¡No! — grito agitada.— Finalmente, despertaste. — dicen los gemelos a cada lado de mí, justo como los vi antes, la única diferencia es que no tienen explosivos u otras herramientas de tortura, pero eso no quiere decir que no pueden conseguirlas.— No me toquen, por favor.<
Sé que debo moverme rápido para poder obtener lo que necesito, pero, no saber dónde se encuentra cada una de las cosas, impide mi búsqueda. Por eso, busco a mi alrededor, intentando no desordenar mucho las cosas para que no sospechen mientras imploro tener un radar para poder encontrar lo que necesito.Pero, nuevamente la suerte vuelve a estar en mi contra y es por ello, que no consigo algo por mucho que lo esté buscando. Desesperada, entro en cada uno de los consultorios de esta pequeña réplica de una clínica, hasta que finalmente encuentro un dispensador de medicamentos.— ¡Te encontré! — exclamo sonriente.— ¡¿Marcela, dónde estás?! — grita uno de los gemelos y yo de inmediato, corro hacia el dispensador de medicamentos implorando encontrar lo que necesito.Pero sin saber cómo se llaman ese tipo de pastillas, lo único que me que
Rápidamente soy llevada de regreso a la camilla donde me desperté, mientras varias personas que tienen uniformes de personal médico comienzan a atenderme bajo la mirada asesina de los gemelos.‘Si supieran que están intentando curar a una persona que ya tiene su sentencia de muerte, no se esforzarían tanto.’ Me digo mentalmente.Todos hablan a la vez, pero parecen entenderse porque ninguno se tropieza o comete algún error que sin duda, les costaría la vida porque los gemelos tienen sus armas en las manos listos para usarla.‘Esto sí es trabajar bajo presión.’ Me digo mentalmente.— Cómo se lo he dicho anteriormente, señores Thompson, la señorita necesita descansar. Está experimentando mucha presión y eso no ayuda a su cuerpo. — dice el doctor y de inmediato los chicos le apuntan a la cabeza.— No sabía que eras ch
Siendo sincera conmigo misma, no quiero morir. Como lo he pensado muchas veces, tengo muchos proyectos y deseos que no he realizado. Pero, no puedo vivir en constante agonía porque no sé qué podrían hacerme los gemelos y cuánto podría traicionarme mi cuerpo mientras eso sucede.‘La única salida es la muerte. Porque ya no puedo jugar con ellos cuando yo misma podría caer en mi propio juego.’ Me digo mentalmente.Sin saber hacia dónde me dirijo, las chicas me ayudan a quitarme todos los aparatos que tengo pegados a mi piel para poder marcharnos a una parte de la casa que no conozco. Ellas pasan una tarjeta por el panel de acceso de la puerta y este nos muestra una habitación llena de mucha ropa con sus etiquetas puestas.— ¿En dónde estamos?— Aquí puede conseguir bikinis y todo lo que desee colocarse para ir a la piscina o al área de ocio. &mda
Sabiendo que esta es una oportunidad de oro para terminar con todo este sufrimiento, comienzo a caminar por el lugar intentando encontrar la mejor manera de poder morir, ya que, se descarta la idea de ahogarme en la piscina, porque no quiero que los niños tengan un trauma de esa magnitud.Sin embargo, parece que los niños se sienten más entusiasmados por seguirme que jugar los juegos. Por lo que, cuando me giro, veo toda una fila que me hacen pensar en unos pollitos siguiendo a mamá gallina.— ¿Qué sucede? ¿por qué no se están bañando?— Queremos saber si usted va a encender las burbujas— ¿Burbujas? — preguntó confundida.— Y las olas de la piscina.Confundida, miro hacia las chicas y ellas corren de inmediato para alejar a los pequeños que se aferran a la fila que no quieren romper.— ¿Qué sucede exactamente