Capítulo 43

Hiz apareció sobre algo que la rodeaba. Podía sentir que la rodeaban por la cintura y unas manos anchas apretujaban su espalda. Había un jadeo cerca de su oreja derecha y un diminuto temblor.

Entonces logró abrir los ojos y parecía estar volando: se encontraba muy por encima del alto bosque. Sus ojos encontraban diminuta la ciudad de los Infinitos y todo el bosque oscuro se extendía bajo sus pies.

Reparó y vio que todo el panorama lo observaba por una pared de cristal. Dober era quien la abrazaba y jadeaba.

—¿Estás bien? —preguntó.

Hiz se dio cuenta que el temblor lo producía su propio cuerpo. Se aferró con fuerza a Dober y dejó salir el llanto, pero era por puro alivio.

—Hiz, ¿te hicieron daño? —preguntó Dober.

—S-sí… —intentó hablar, trató de calmar su voz—. Es

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