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3. Cambiando las reglas

Alexa lo miró como si estuviera loco, en un principio pensó que estaba bromeando pero era claro que no.

  — No puede estar hablando en serio.

 — Nos odiamos, eso ocurre cuando las parejas tienen años de casados así que nos saldrá de manera natural —afirmó convencido de que se trataba de una verdad absoluta.

 — Mi respuesta sigue siendo no.

"¿Éste quién se cree que soy un títere?"

 — Es un negocio solamente, no me atraes ni deseo tener algo contigo, ¿no me digas que eres una romántica empedernida señorita Weber? —dijo en tono de burla

 — Creo que no está pensando bien —de manera automática comenzó a recoger sus cosas pues se sentía incómoda

 — ¿A dónde va?, No me diga que me tiene miedo.

 — No, acabo de recordar que tengo un compromiso y no puedo faltar.

"¿Miedo a que?, ya ella tenía una opinión clara de él eso era todo.

 — Está bien, pero piense en mi propuesta con seriedad, no se trata de una broma además usted que es una empleada eficiente y que va en ascenso, no querrá perder todo el esfuerzo.

 — ¿Me está amenazando?, porque si es así déjeme decirle un par de cosas, yo no…

 — Pare el carro, antes que diga algo que se pueda arrepentir, solo piénselo, consultelo con la almohada.

 — Hasta mañana señor Mcallen, Gabriel, ah y usted también debería pensarlo pues no conoce nada de mí, quizá soy una asesina en serie, bipolar o psicópata que odia a los hombres.

 — No importa, no es como si vamos a ser un matrimonio real, solo me acompañara a algún evento de la empresa si es el caso.

 — Adiós —dijo sin dejar que Patrick terminara, caminando con rapidez hacia la puerta y cerrandola tras ella.

Una vez a solas los amigos hablaron en confianza —¿Realmente estás hablando en serio cuando le propones matrimonio a Alexa?

 — Si, necesito salir de este apuro, ¿Por qué preguntas acaso eres cercano a ella?

 — No, la verdad es que lo único que me enteré por casualidad es que realiza una maestría en la Universidad de Chicago.

 — Necesito que con urgencia me averigües todo lo que puedas, necesito tener un motivo con que incentivarla a tomar una decisión.

 — Eso se llama extorsión.

 — Qué moralista me estás resultando, pero la verdad no me importa siempre se ha dicho que el conocimiento es poder y lo voy a usar.

Gabriel no estaba de acuerdo con la manera de proceder de su amigo a veces pero con todo lo ocurrido en los recientes días estaba dispuesto a tolerar mucho más.

Aquella noche mientras Alexa compartía una noche de pizza con su hermano y amiga tranquilamente, Gabriel le entregaba toda la información a Patrick.

—Te envié el expediente pero adicionalmente investigué un poco la situación de su hermano y el médico comentó que requiere una operación costosa.

 — ¿Cómo supiste algo así?

 — Le dije que se trataba de la fundación benéfica Mcallen y que quería apoyar al chico en su operación.

 — Buena jugada, ya me has dado la solución.

A la mañana siguiente a petición de Patrick Alexa fue sola al hospital sola a trabajar, tocó a la puerta y espero respuesta antes de entrar.

  — Buenos días, señor Mcallen.

En ese momento él la miraba como si fuera una presa, sus ojos parecían haber cambiado de color.

 —Hola, Alexa, te estaba esperando, tenemos que hablar.

Ella se estremeció al escuchar que la tratara con tal cercanía y con ese tono de voz profundo como si implica algo más.

 —Ayer quedaron un par de clientes pendientes por analizar y…

 — No me refiero a eso.

La respiración de Alexa se vuelve superficial, está alterada aunque intenta disimularlo.

 — Entonces vaya directamente al tema, hay mucho trabajo por hacer.

 — Sobre mi propuesta de matrimonio…

 — Y dale con eso, señor, ni me quiero ni necesito casar con nadie, soy una mujer independiente y que cada día trabaja duro para tener éxito.

 — Ya sé tu secreto, lo sé todo sobre ti, a tiempos desesperados medidas desesperadas, entonces con eso presente, ¿vas a aceptar mi propuesta?

  — ¿Tú me investigas?

Patrick ve en sus ojos la sorpresa.

Sabe que la ha perturbado pero es el momento de ser despiadado.

Las mujeres siempre se acercaron a él por dinero y a quién amaba lo abandonó en su peor momento, así que en resumen todas eran despreciables.

De pronto los ojos llenos de odio de Alexa se clavaron en los suyos, sabía que no cedería tan fácil a sus exigencias.

— ¿Qué cree saber de mí? 

— Por favor escucha primero, se que necesitas dinero para cubrir la operación de tu hermano, me comprometo en pagar todos los gastos y lo que sea necesario para que aceptes.

Alexa se sintió aliviada.

— No sé cómo lo supo pero no se preocupe yo lo resolveré sin caer tan bajo como venderme, además ¿por qué de pronto está encaprichado conmigo?, en la oficina con gusto aceptaría cualquiera.

 — Por qué cómo lo dije no busco ni quiero amor, ambos sabríamos a lo que nos atenemos sin errores o confusiones.

 — Nos traerá más problemas.

 — Es mi última oferta, yo la necesito para obtener mi cargo, tenga en cuenta que estoy dispuesto a ir más lejos y saber ¿qué escondes al cambiar tu apellido?, cómo entenderás no podemos tener personas trabajando en la firma con pasados oscuros.

Alexa apretó los puños, odiaba a los hombres así, pero ahora tenía que morderse la lengua, necesitaba aguantar para vengarse.

 — Está bien aceptaré, una de las condiciones será que no investigará mi pasado ni podrá despedirme por el lapso de nuestro acuerdo y no viviremos juntos.

No podía arriesgarse a que los acreedores y los culpables de lo ocurrido a su padre supieran dónde se encontraba antes de que ella encontrara la información para limpiar su nombre y no poner en riesgo a su hermano.

 — Me parece bien.

Alexa se levantó visiblemente perturbada y Patrick sintió cierta satisfacción de vengarse a través de ella de las mujeres que se habían aprovechado de él.

Al salir de la habitación alterada fue observada por Elaine la madre de Patrick quién de inmediato fue a ver lo que ocurría pues no confíaba en esa mujer.

  — ¿Qué pasa mamá?, pensaste que me había escapado?, puedes estar tranquila, como ves no puedo ir a ningún lado.

Su madre lo observó llena de dolor e intentó no tomarse a pecho sus ironías, pues desde pequeño era su mecanismo de defensa.

 — ¿Esa mujer te está molestando?, ¿Tiene algún problema contigo?

 — Sí madre, lo que pasa es que va a ser mi esposa y eso le molestó pero ya se acostumbrará.

 — ¿Qué dices?, no juegues con algo así por favor — dijo Eliane intentando sonreír.

 — Lo digo muy en serio, es tu futura nuera, así que te toca aceptarla y antes que lo preguntes es solo para cumplir con el requisito y tradición del contrato.

 — No estoy de acuerdo de que metas a la amante de tu padre dentro de nuestra familia seguramente si aceptó es para estar cerca de él, la muy rastrera.

 — En primer lugar no me importa si es su amante o no, es una esposa falsa y como tal no hay lazos sentimentales entre nosotros y segundo ya está decidido soy un adulto para asumir las consecuencias si esto sale mal, además deberías estar contenta así podré vigilar de cerca y alejarla de mi padre.

 — Seguramente te manipulará y te sacará dinero.

 — Igual que cualquier mujer y más en estás circunstancias, me quedé sin tiempo para escoger esposa así que entre las mujeres que solo estarían conmigo por dinero, la prefiero a ella, soy un inútil, ¿no pensarás que encontraré el amor de pronto?

 — No digas eso, estoy segura que podrás caminar de nuevo y…

 — No pienso hacerme falsas esperanzas sobre eso, tengo una poca probabilidad de recuperarme por completo y solo quiero concentrarme en otras cosas.

Para el sábado siguiente Alexa se encontraba frente al espejo observando su vestido.

— No puedo creer que me vaya a casar.

Una lágrima se escapa de sus ojos y la limpia con el dorso de su mano con rapidez para disimular frente a su amiga.

"Soy la novia más infeliz del mundo y se nota aunque intento sonreír solo sale una mueca".

Melanie tomó unos pendientes del joyero y se los entregó.

  — Estás bellísima, pareces un ángel solo colócate éstos zarcillos para que te den suerte como a tu madre, sé que fue el único objeto que pudiste conservar de ella.

 — ¿Realmente crees que mi madre tuvo suerte? —preguntó conmovida con los ojos llenos de lágrimas.

 — Por supuesto, tu padre la amó muchísimo, eran una hermosa familia feliz, Daniel y tú son buenos chicos, en fin, se que se siente orgullosa desde donde está de la mujer en que te has convertido, además es una bonita manera de que sientas que está allí contigo.

Los aretes eran una reliquia familiar que pasó de una generación a otra y se salvó del embargo sólo porque su madre se lo había prestado a Melanie unos días antes de que ocurriera la tragedia.

 — Creo que tienes razón, fuimos felices por muchos años y nunca nos faltó el amor y la complicidad.

"Como quisiera casarme por amor y que mi padre me entregue en el altar, pero desde hace tiempo aprendí que los cuentos de hadas no existen y la vida no se parece en nada a las películas de amor con las que crecemos"

 — Quisiera poder acompañarte en un momento tan importante.

 — No quiero inmiscuirlos a Daniel y a ti en este disparate.

 — Vale, está bien, sé fuerte, esto pasará pronto —dijo mientras le daba un abrazo para despedirla.

Era excepcional casarse en el hospital, las enfermeras y los pacientes sentían curiosidad y aquellas que sabían a la habitación que se dirigía lanzaban miradas de envidia a Alexa porque estaba a punto de casarse con un millonario, sin embargo, ella era la única que sabía que esto era solo un contrato sin amor.

Una vez en la habitación al abrir la puerta Patrick sintió que se le secaba la boca, era simplemente la mujer más hermosa que había visto.

Ahora sin lentes, con un vestido sencillo pero elegante, cabello suelto y maquillada parecía otra persona, pero no debía mostrar ninguna emoción, así que mantuvo tu papel.

 — Sería justicia que llegaras, ya el juez estaba por retirarse.

 — Vale salgamos de esto.

Los padres de Patrick también estaban presentes para ser testigos de la unión, así como algunas enfermeras y pacientes.

La ceremonia transcurrió con rapidez.

"—¡Vivan los novios!"

Oliver caminó hacia los recién casados.

—Después de que Patric sea dado de alta del hospital, podrán mudarse juntos.

—¿Qué?

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