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2. Una esposa de mentira

Oliver vio la sorpresa en el rostro de Elaine, su esposa, cuando entró a la habitación.

—Has vuelto tan pronto.

—Dejé mi auto para hijo porque el suyo está en el taller.

—¿Qué dices?

Justo en ese momento sonó el teléfono, lo cogió y escuchó a la otra parte decir algunas palabras, y de repente se apretó el corazón.

—¿Qué pasa?

—Pa...Pa...trick…

—¿Qué le pasó a Patrick?

—Tuvo un accidente, está en el hospital.

—¡No!, ¡mi hijo! —cayó arrodillada y miró a Oliver con enojo.

—Debemos irnos de inmediato.

—¡Tu eres el culpable!, has causado todo esto —lo acusó Elaine desesperada.

—¿De qué hablas? 

En ese momento se acercaron otras personas a tratar de calmarla, era evidente que los nervios la están llevando a hablar sin pensar.

—Mejor no perdamos más tiempo y vamos al hospital.

Oliver tenía los ojos llenos de lágrimas, una celebración se había convertido en una tragedia solo podía elevar una oración por su hijo en aquel momento.

"Te pido Dios, si alguien debe morir, por favor que sea yo en su lugar, ya he vivido mi hijo no"

Todas las personas presentes se trasladaron al hospital en señal de apoyo, unas horas más tarde el médico salió finalmente a darles información actualizada.

—¿Cómo está nuestro hijo doctor? —preguntó el padre de inmediato.

—Patrick, acaba de salir de una cirugía en su brazo, tiene múltiples lesiones, hematomas, fue afortunado pues no se golpeó la cabeza pero nos preocupa una lesión en las columna.

Elaine se sentía aliviada pues parecía que todo lo que él describía en pocos días podría estar recuperado.

—¿Qué quiere decir doctor?

—Todavía es temprano para sacar conclusiones, hay estudios por hacerle pero el mayor impacto lo recibió en la columna y….

—¿Cuál es el peor escenario doctor?, dígalo abiertamente.

—Es mejor no adelantarnos pero puede ir de parálisis permanente y completa o en la parte inferior del cuerpo, cuando fue ingresado podía mover su brazo pero no sus piernas.

—No, no puede ser… Tiene que hacer todo lo posible, si es necesario trasladarlo o que lo vea un especialista, solo dígalo, tenemos los recursos para que él esté bien, ¿verdad Oliver?—, intervino Eliane angustiada.

—Sí, así es, solo diga ¿que se necesita?

—No es cuestión de dinero sino de la lesión, mantengan la fé, debo entrar de nuevo, se encuentra en recuperación, luego les dejaremos verlo.

Con el transcurrir de las horas se presentaron Alexa y Gabriel en el hospital pues su jefe les había avisado y tanto Brenda como su familia se fueron a descansar.

—Supongo que no cenaron, les traje un poco de caldo y té de la cafetería —ofreció Alexa a la pareja.

—¿Eres tonta o qué?, ¿Cómo crees que puedo comer algo con mi hijo en una situación así?, se nota que no sabes nada de la vida, es más no se que haces aquí, qué descaro.

Alexa callo para no alterarla más, que fácil le resultaba a otros juzgarla, sin embargo, Oliver salió en su defensa.

—Ella solo intenta ser amable y tener una atención, si no quieres no te lo tomes pero se respetuosa —dijo abriendo uno de los recipientes y bebiéndolo con cara de alivio.

—Quiero que se largue ya, creo que ya se acabó el circo, solo debemos estar aquí la familia —dijo unos minutos después pero cuando Oliver se disponía a responder les avisaron que podían pasar a la habitación así que los compañeros de trabajo aprovecharon de despedirse de su ex jefe.

Después de un conmovedor encuentro con sus padres y de que Patrick contara lo sucedido este preguntó, —¿Y mi prometida? ¿está afuera?

—No, se fue a su casa, estaba cansada y afligida.

No lo mostró pero se sintió decepcionado, con la boda tan cerca pensaba que esperaría a verle antes de irse como toda mujer enamorada.

—Me parece bien, es muy tarde, es mejor que venga mañana—, intentó disimular.

Pero eso no sucedió, pasaron días en los que el peor de los diagnósticos se confirmó y ella se había excusado mediante llamadas, Patrick tenía parálisis, cuando los médicos lo confirmaron no lloró, ni gritó, solo se quedó con la mirada perdida sin emitir sonido.

Al tercer día Patrick tuvo un hilo de esperanza cuando tocaron a la puerta y la vió llegar, su corazón se llenó de esperanza, con ella era capaz de superar cualquier cosa, incluso su invalidez, así que esperó que ella tomara la palabra.

—Hola—, dijo con un susurró, —Estaba llenándome de valor para venir a verte.

—Lo entiendo amor, todo esto es una situación difícil, también para ti, incluso antes que llegarás pensaba que en pocos días debiéramos estar celebrando nuestra boda y ahora se deberá aplazar.

—No va a pasar—, dijo Brenda conteniendo el aliento y los ojos llenos de lágrimas, —Patrick, esto me sobrepasa, no puedo hacerlo, no puedo embargar mi vida y juventud para convertirme en tu enfermera.

—Sé que todo esto es demasiado sorpresivo, podemos hacerlo…

Ella no lo dejó terminar.

—No nos engañemos, tu condición requiere sacrificios que no estoy dispuesta ha hacer, terminaré odiandote o engañándote con otro y no lo mereces, tú tampoco tienes la culpa de lo ocurrido.

—Qué comprensiva —tenía ganas de llorar por lo bizarro de la situación, ¿si hubiesen estado casados que haría lo abandonaría?, ahora estaba seguro que si.

—No seas irónico, estoy siendo completamente honesta contigo.

—A veces la gente disfraza tras la honestidad la falta de empatía y crueldad, pero está bien, si venías a buscar tu libertad te la daré, no tienes que cargar conmigo como tú lastre.

—No hables así solo…

—Te deseo felicidad, no te puedo ayudar a arreglar todo, devolver los regalos y esas cosas porque como ves todavía debo estar aquí.

—Lo siento —dijo con voz lastimera.

Luego Brenda le dió una última mirada a Patrick llena de lástima y fue directo a la puerta para escapar.

De inmediato que dejó la habitación Patrick al fin pudo desahogarse apretó los labios para contener un quejido y llorar en silencio, la amaba.

"¿Cómo podía hacerle algo así en su situación sin siquiera esperar a que saliera del hospital?"

Sentía el corazón como si alguien lo apretaba y estrujaba sin compasión, ahora era el rechazado, inservible, un lastre, en ese momento abrieron la puerta y su alma rogó porque fuera ella arrepentida, pero eran su padres quienes entraban preocupados.

—¿Qué ocurre Patrick?, ¿Por qué Brenda se fue así?, ¿Acaso pelearon? 

—Nada de eso papá, por favor les pido que me dejen solo.

Elaine maldijo en su mente por cómo habían salido las cosas pero no sé podía volver el tiempo atrás, —Hijo, no estás solo…

—Sé canceló definitivamente la boda, ahora solo déjenme en paz, quiero empezar a trabajar cuánto antes, así sea aquí, por favor avísale papá a Gabriel y a la señorita Weber que traigan la agenda y casos pendientes.

—Está bien, así lo haré.

Una vez salieron de la habitación lo escucharon llorar como un niño, era la primera vez que lo hacía desde el accidente y a pesar que el primer instinto fue consolarlo prefirieron permitirle la privacidad para que se desahogara.

Pasaron un par de horas y la primera en llegar fue Alexa que fue advertida de la situación y el humor de su jefe.

—Hola, traje lo que pediste, Gabriel llegará en unos minutos.

Ella lo había visto un par de veces tras el accidente pero su expresión cambió, su ojos ahora mostraban decepción y vacío.

—No me veas así —exigió.

—¿De qué manera?

—Con lastima, no necesito tu compasión, prefiero que me observes con ojos de odio y asco como lo sueles hacer.

—No siento asco, antipatía si.

—Pues enfócate en ese sentimiento y trátame como siempre o te despediré.

—Vale, lo haré y deja de darme órdenes, ¿entonces esperaremos a Gabriel o vamos trabajando?

—No me gusta perder el tiempo, empecemos.

Unos minutos más tarde se unió a ellos su amigo y trabajaron en equipo como si no estuviera ocurriendo gran cosa, de pronto Gabriel preguntó algo en lo que no había pensado Patrick antes.

—No es por alterarte en este momento pero ¿Cómo harás con el requisito de casarse para cumplir el contrato?

—Es un caso especial, tiene que haber una excepción, no pueden obligarme a hacerlo y aún menos en ese plazo.

—Como tu abogado, lo analicé y no, no hay excepciones porque ya firmaste el documento.

—¿Y que pretenden que haga estando aquí?

—Deberías llamar a tu ex novias seguro encuentras una interesada si le explicas.

—No, después no podré lidiar con los corazones rotos, tiene que ser una mujer que no se pueda enamorar de mí, que sea un acuerdo de negocios.

—Solo conozco una mujer con esa descripción.

—Ah ¿sí?, ¿Quién?

—La señorita Weber.

Alexa pensó que aquel par se habían vuelto locos, —no hablen como si no estuviera aquí.

—Bien, entonces sin más rodeos —, la miró a los ojos y sin muestra alguna de emoción preguntó, —¿Quiere ser mi esposa de mentira?

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