Capítulo 16 —El lazo de la obligaciónNarrador:El salón estaba lleno de figuras imponentes, líderes de familias mafiosas, empresarios influyentes, incluso políticos “respetables”. Cada uno representaba una pieza clave en el intrincado tablero de poder que Enzo Barone había construido. La música suave llenaba el ambiente, pero Franco apenas la notaba. De pie junto al altar, con su traje negro impecable, mantenía los ojos fijos en la entrada. Había enfrentado peligros, tomado vidas, sobrevivido a situaciones imposibles, pero nada lo había preparado para esto. Para casarse, para atarse a alguien, incluso si era un compromiso obligado. Intentaba no pensar en ello, mantener la mente fría, pero cuando las puertas dobles se abrieron, todos sus pensamientos se desvanecieron. Lorena apareció al otro lado del salón, vestida de blanco. Su silueta se delineaba con elegancia bajo el vestido de satén y encaje, pero fue el velo que cubría su rostro lo que le dio un aire de misterio que lo dejó sin
Capítulo 17 —La hora de partirNarrador:La recepción continuaba, los invitados disfrutaban de la música, las conversaciones animadas y las bebidas que fluían sin descanso. Lorena, parada junto a un pequeño grupo de familiares lejanos y conocidos de la familia Barone, intentaba mantener una conversación educada. Sonreía y asentía en los momentos correctos, pero su mente estaba en otro lugar. El peso de lo que vendría después de esta noche la tenía en un estado de nervios constante. De pronto, sintió una mano firme posarse en su cintura, y un escalofrío recorrió su espalda. La presión del toque era inconfundible. Antes de girarse para verlo, Franco ya estaba a su lado, su presencia imponente acaparando la atención de los presentes.—Disculpen que interrumpa —dijo con un tono cortés y una sonrisa que parecía casi natural —pero es hora de partir, cariño.Lorena sintió que su respiración se detenía por un momento. Sus ojos se clavaron en los de Franco, buscando algo, cualquier señal de lo
Capítulo 18 —Hasta en la cama (CONTINUACION DEL CAPÍTULO 1)Narrador:Lorena quedó parada frente a la pared, cuando quedó sola, tomó lentamente el vestido y volvió a colocárselo. Franco salió finalmente del baño, con el cabello húmedo y gotas deslizándose por su pecho desnudo. Solo vestía un pantalón de pijama gris que colgaba bajo en su cadera, dejando a la vista su abdomen firme y los tatuajes que decoraban su piel, junto con algunas cicatrices, entre ellas la del disparo que le dieron en el hombro cuando la rescató. Lorena, sentada al borde de la cama, no pudo evitar levantar la mirada al escuchar la puerta abrirse. Al encontrarlo, su cuerpo reaccionó antes que su mente; un escalofrío recorrió su espalda y su respiración se entrecortó al verlo avanzar hacia el centro de la habitación. Franco, como si no notara su incomodidad, dejó caer la toalla que usaba para secarse sobre una silla cercana.—El baño ya está libre, por si quieres ducharte —dijo con una sonrisa que parecía demasiad
Capítulo 19 —Susurros de PielNarrador:Franco sintió el calor del cuerpo de Lorena pegado al suyo, una calidez suave que debería haber sido reconfortante pero que lo estaba volviendo loco. Su respiración, agitada y entrecortada, le golpeaba el pecho como un tambor rítmico, cada suspiro llenando el silencio opresivo de la habitación. Cerró los ojos, intentando ignorar el deseo creciente que se acumulaba en su interior, pero los pequeños gemidos involuntarios de Lorena eran imposibles de ignorar. Apretó ligeramente el brazo que la mantenía contra él, como si así pudiera contenerse a sí mismo.—Lorena… —murmuró, su voz baja y grave resonando entre ellos.Ella levantó la cabeza con un movimiento lento, casi temeroso, y sus ojos se encontraron. Había algo en su mirada, una mezcla de inocencia y desafío, que lo desarmó por completo.—¿Qué? —preguntó, su voz temblorosa y suave.Franco tragó saliva, sus ojos recorriendo su rostro con una intensidad que la hizo estremecerse.—Si sigues respir
Capítulo 20 —Entre el deseo y la sumisiónNarrador: Lorena no había podido pegar un ojo en toda la noche. Aunque Franco parecía dormir profundamente, su presencia a su lado era imposible de ignorar. El silencio del cuarto se veía interrumpido solo por el sonido pausado de su respiración. Ella, en cambio, no dejaba de dar vueltas en su mente, analizando cada palabra, cada mirada, cada gesto que habían compartido desde que cruzaron la puerta de esa habitación.En algún momento de la madrugada, Franco se movió, dejando de abrazarla y girándose boca arriba. El espacio entre ellos pareció abrirse, pero no lo suficiente como para que Lorena pudiera recuperar la calma. Respiró profundo, tratando de normalizar el latido acelerado de su corazón, y casi sin darse cuenta, levantó la sábana con cuidado. Su torso quedó completamente expuesto ante sus ojos, iluminado tenuemente por la luz que se filtraba desde la ventana. Su piel era una mezcla de fuerza y dureza, adornada por tatuajes que parecía
Capítulo 21 —Tentando al diabloNarrador:Franco despertó sintiendo una extraña calma que no recordaba haber experimentado antes. Durante la noche, el cuerpo cálido de Lorena había estado pegado al suyo, y aunque no quería admitirlo ni siquiera a sí mismo, había sido uno de los mejores descansos de su vida. Sentir su respiración acompasada contra su pecho lo había envuelto en una tranquilidad que no encajaba con el hombre que era. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que la cama estaba vacía. Lorena había logrado escabullirse en algún momento de la madrugada. Frunció el ceño, extrañado, y se levantó, recorriendo con la mirada la amplia habitación de hotel, hasta que el sonido de unos pasos ligeros lo llevó hacia la terraza. Lorena estaba allí, con una camiseta que apenas llegaba al borde de sus muslos, observando la vista de la ciudad que se extendía frente a ella. Las luces aún titilaban en el amanecer, creando un espectáculo hipnótico. No se dio cuenta de la presencia de Franco h
Capítulo 22 —Nuevos recuerdosNarrador: Por unos instantes, Lorena se sintió ridícula e imprudente. Reclamarle a un mafioso sobre su forma de vida era, en el mejor de los casos, una insensatez. Aunque Franco había estado sorprendentemente paciente con ella desde la boda, no podía olvidar quién era él realmente, ni lo que era capaz de hacer. Y eso la inquietaba.—¿Por qué me miras así, Lorena? —preguntó Franco, interrumpiendo sus pensamientos.—No te miro de ninguna forma. Es la misma de siempre —respondió ella, esquivando su mirada.Franco entrecerró los ojos, acercándose un poco más. Sus dedos rozaron el borde de su rostro con una suavidad que contradecía la firmeza de su tono.—Tu mirada cambió... y el brillo en tus ojos también. —Su voz, baja y grave, la atravesó. Se inclinó lo suficiente como para hacerla sentir su presencia completamente —¿Me tienes miedo? —preguntó, su voz cargada de algo que Lorena no pudo identificar, tal vez pesar, tal vez reproche.—¿Debería? —respondió ell
Capítulo 23 —Las normasNarrador:Franco dejó la taza de café sobre la mesa y se reclinó en su silla, observando a Lorena con una calma que era más inquietante que tranquilizadora.—Aprovechando que estamos en calma, debemos hablar. Hay cosas que tenemos aclarar y reglas que necesitamos establecer para que esto funcione —dijo con su tono firme, sin rastro de dudas.Lorena suspiró, rodando los ojos con exasperación mientras dejaba caer el tenedor sobre su plato.—Por favor, Franco, ahórrate el discurso. Solo dime qué quieres y acabemos con esto.Franco esbozó una sonrisa irónica, tomando un sorbo de su jugo antes de continuar.—Primero que nada, quiero que sepas que esta unión no es algo que yo deseara más que tú. Pero es necesaria, y ambos debemos asumir nuestras responsabilidades —dijo, pausando un momento para estudiar su reacción.Lorena levantó la vista, arqueando una ceja con sarcasmo.—¿Responsabilidades? ¿Es eso lo que soy para ti? Una carga más.Franco respiró profundamente, i