Capítulo 13 —ConocernosNarrador:Franco estaba en su despacho, inmerso en los documentos que Enzo le había enviado. Su brazo herido seguía doliendo, pero no le daba importancia; estaba acostumbrado a ignorar el dolor físico. Lo que no podía ignorar era la sensación constante de estar en un callejón sin salida, atrapado entre lo que debía hacer y lo que realmente quería. El sonido de pasos apresurados fuera de la puerta lo puso en alerta. Levantó la mirada justo cuando Lorena apareció en el marco de la entrada, con el ceño fruncido y los ojos brillando con determinación.—¿Qué haces aquí? —preguntó Franco, dejando los papeles sobre la mesa.Lorena cerró la puerta detrás de ella, apoyándose contra esta como si estuviera reuniendo fuerzas antes de hablar.—Quiero conocerte —soltó de golpe, cruzándose de brazos.Franco arqueó una ceja, claramente desconcertado por sus palabras.—¿Qué?—Lo que oíste —replicó Lorena, dando un paso hacia él —Luigi me dijo que, si iba a casarme contigo, serí
Capítulo 14 —La amenaza inminenteNarrador:Franco conducía hacia la ciudad con el ceño fruncido, sus manos apretando el volante con más fuerza de la necesaria. La llamada de Enzo había sido breve, pero lo suficientemente contundente como para saber que algo grave estaba sucediendo. Sin embargo, por mucho que intentara concentrarse en lo que venía, su mente seguía volviendo a la conversación con Lorena.—¡Esa mal*dita mocosa! —rezongó casi en un grito. Cada palabra que había dicho, cada desafío que había lanzado, se había clavado en él como un aguijón. No era solo las palabras, sino la forma en que lo miraba, como si pudiera atravesar todas sus defensas y ver lo que él no quería que nadie viera. Se pasó una mano por el cabello, frustrado consigo mismo. Lorena lo estaba volviendo loco, y ni siquiera lo sabía. —¿Cómo se supone que voy a protegerla si ella insiste en complicarlo todo? —soltó un largo suspiro, mientras entablaba esta discusión consigo mismo —y peor aún, ¿cómo voy a manten
Capítulo 15 —Libertad robadaNarrador:La finca parecía una fortaleza. Guardias armados patrullaban cada rincón, y las cámaras de seguridad giraban constantemente, vigilando cada movimiento. Lorena se sentía atrapada, como un pájaro enjaulado que no tenía más opción que observar el mundo desde detrás de las rejas. Cada día que pasaba, su frustración crecía, y con ella, el resentimiento hacia Franco. Finalmente, la gota que colmó el vaso fue cuando dos guardias armados comenzaron a seguirla incluso dentro de la finca. Lorena se giró hacia ellos con el ceño fruncido.—¿Qué se supone que están haciendo? —preguntó, su voz gélida.—Ordenes de Franco, señorita Lorena —respondió uno de ellos, sin vacilar.Lorena apretó los puños y se dirigió directamente al despacho de Franco. Cuando abrió la puerta de golpe, lo encontró inclinado sobre unos papeles, con la mirada fija en los documentos. Al verla, se recostó en su silla, cruzando los brazos.—¿Qué sucede ahora? —preguntó con calma, pero su t
Capítulo 16 —El lazo de la obligaciónNarrador:El salón estaba lleno de figuras imponentes, líderes de familias mafiosas, empresarios influyentes, incluso políticos “respetables”. Cada uno representaba una pieza clave en el intrincado tablero de poder que Enzo Barone había construido. La música suave llenaba el ambiente, pero Franco apenas la notaba. De pie junto al altar, con su traje negro impecable, mantenía los ojos fijos en la entrada. Había enfrentado peligros, tomado vidas, sobrevivido a situaciones imposibles, pero nada lo había preparado para esto. Para casarse, para atarse a alguien, incluso si era un compromiso obligado. Intentaba no pensar en ello, mantener la mente fría, pero cuando las puertas dobles se abrieron, todos sus pensamientos se desvanecieron. Lorena apareció al otro lado del salón, vestida de blanco. Su silueta se delineaba con elegancia bajo el vestido de satén y encaje, pero fue el velo que cubría su rostro lo que le dio un aire de misterio que lo dejó sin
Capítulo 17 —La hora de partirNarrador:La recepción continuaba, los invitados disfrutaban de la música, las conversaciones animadas y las bebidas que fluían sin descanso. Lorena, parada junto a un pequeño grupo de familiares lejanos y conocidos de la familia Barone, intentaba mantener una conversación educada. Sonreía y asentía en los momentos correctos, pero su mente estaba en otro lugar. El peso de lo que vendría después de esta noche la tenía en un estado de nervios constante. De pronto, sintió una mano firme posarse en su cintura, y un escalofrío recorrió su espalda. La presión del toque era inconfundible. Antes de girarse para verlo, Franco ya estaba a su lado, su presencia imponente acaparando la atención de los presentes.—Disculpen que interrumpa —dijo con un tono cortés y una sonrisa que parecía casi natural —pero es hora de partir, cariño.Lorena sintió que su respiración se detenía por un momento. Sus ojos se clavaron en los de Franco, buscando algo, cualquier señal de lo
Capítulo 18 —Hasta en la cama (CONTINUACION DEL CAPÍTULO 1)Narrador:Lorena quedó parada frente a la pared, cuando quedó sola, tomó lentamente el vestido y volvió a colocárselo. Franco salió finalmente del baño, con el cabello húmedo y gotas deslizándose por su pecho desnudo. Solo vestía un pantalón de pijama gris que colgaba bajo en su cadera, dejando a la vista su abdomen firme y los tatuajes que decoraban su piel, junto con algunas cicatrices, entre ellas la del disparo que le dieron en el hombro cuando la rescató. Lorena, sentada al borde de la cama, no pudo evitar levantar la mirada al escuchar la puerta abrirse. Al encontrarlo, su cuerpo reaccionó antes que su mente; un escalofrío recorrió su espalda y su respiración se entrecortó al verlo avanzar hacia el centro de la habitación. Franco, como si no notara su incomodidad, dejó caer la toalla que usaba para secarse sobre una silla cercana.—El baño ya está libre, por si quieres ducharte —dijo con una sonrisa que parecía demasiad
Capítulo 19 —Susurros de PielNarrador:Franco sintió el calor del cuerpo de Lorena pegado al suyo, una calidez suave que debería haber sido reconfortante pero que lo estaba volviendo loco. Su respiración, agitada y entrecortada, le golpeaba el pecho como un tambor rítmico, cada suspiro llenando el silencio opresivo de la habitación. Cerró los ojos, intentando ignorar el deseo creciente que se acumulaba en su interior, pero los pequeños gemidos involuntarios de Lorena eran imposibles de ignorar. Apretó ligeramente el brazo que la mantenía contra él, como si así pudiera contenerse a sí mismo.—Lorena… —murmuró, su voz baja y grave resonando entre ellos.Ella levantó la cabeza con un movimiento lento, casi temeroso, y sus ojos se encontraron. Había algo en su mirada, una mezcla de inocencia y desafío, que lo desarmó por completo.—¿Qué? —preguntó, su voz temblorosa y suave.Franco tragó saliva, sus ojos recorriendo su rostro con una intensidad que la hizo estremecerse.—Si sigues respir
Capítulo 20 —Entre el deseo y la sumisiónNarrador: Lorena no había podido pegar un ojo en toda la noche. Aunque Franco parecía dormir profundamente, su presencia a su lado era imposible de ignorar. El silencio del cuarto se veía interrumpido solo por el sonido pausado de su respiración. Ella, en cambio, no dejaba de dar vueltas en su mente, analizando cada palabra, cada mirada, cada gesto que habían compartido desde que cruzaron la puerta de esa habitación.En algún momento de la madrugada, Franco se movió, dejando de abrazarla y girándose boca arriba. El espacio entre ellos pareció abrirse, pero no lo suficiente como para que Lorena pudiera recuperar la calma. Respiró profundo, tratando de normalizar el latido acelerado de su corazón, y casi sin darse cuenta, levantó la sábana con cuidado. Su torso quedó completamente expuesto ante sus ojos, iluminado tenuemente por la luz que se filtraba desde la ventana. Su piel era una mezcla de fuerza y dureza, adornada por tatuajes que parecía