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Capítulo 7: Momentos de Revelación

Los días continuaron deslizándose suavemente entre las sombras y la luz. Agatha se sentía más cómoda en la mansión y comenzaba a ver la vida desde una nueva perspectiva. La conexión que había empezado a forjar con Samer la hacía cuestionar su realidad; aunque había sido traída a este lugar en circunstancias terribles, la belleza que la rodeaba le ofrecía un refugio inesperado.

Un sábado por la tarde, Samer la invitó a una cena en uno de los comedores más elegantes de la mansión. Las luces parpadeaban suavemente, creando una atmósfera mágica que la hizo sentir como si estuviera en un cuento de hadas. La mesa estaba adornada con velas y flores frescas, y el aroma de la comida deliciosa impregnaba el aire.

“Hoy, estoy cocinando algo especial para ti,” dijo Samer con una sonrisa mientras se acercaba a la mesa. “Espero que te guste la cocina mediterránea.”

“¿Cocinas tú?” preguntó Agatha, sorprendida. “No parece ser una actividad típica de un CEO.”

“Es uno de mis pasatiempos,” respondió él con una leve sonrisa. “Cuando no estoy dirigiendo mi empresa, disfruto de experimentar en la cocina. Me gusta sentir que tengo control sobre algo en mi vida.”

Agatha se sentó a la mesa, observando cada movimiento de Samer mientras servía los platos. Había algo reconfortante en la forma en que se movía con confianza entre los utensilios, como si cada acción estuviera meticulosamente pensada. Mientras cenaban, las conversaciones fluían con naturalidad, y Agatha comenzó a olvidar, por un momento, las circunstancias que los unían.

“¿Te gusta la comida italiana?” preguntó Samer, con un brillo en sus ojos.

“Me encanta,” respondió Agatha, sintiendo una punzada de nostalgia. “Es una parte importante de mi cultura. Mi abuela solía hacer pasta desde cero, y a veces la acompañábamos con historias sobre nuestra familia.”

“Cuéntame más sobre tu familia,” animó Samer, apoyando su codo en la mesa. “Me gustaría conocer tus raíces.”

Agatha dudó por un momento, recordando su vida antes del secuestro, antes de todo el dolor que había enfrentado. Pero algo en la forma en que Samer la miraba, con genuina curiosidad, la alentó a abrirse. “Mi familia es muy unida. Crecimos en un pequeño pueblo en Italia. Mi padre es un agricultor y mi madre se dedica a la venta de flores. Siempre tuvimos una vida sencilla, pero llena de amor.”

“Suena hermoso,” dijo Samer, asintiendo. “La simplicidad puede ser más valiosa de lo que imaginamos.”

“Lo era,” coincidió Agatha, sintiendo una mezcla de melancolía y calidez. “Cada verano, mis primos y yo pasábamos horas en el campo. Jugábamos hasta que el sol se ponía y nos sentábamos a cenar bajo las estrellas. A veces extraño eso más de lo que puedo expresar.”

Samer la observó con atención, como si cada palabra que decía tuviera un peso especial. “Te admiro por la fortaleza que has demostrado,” dijo finalmente. “Pasar por lo que has pasado y aún así hablar de amor y familia es algo admirable.”

“Es difícil,” respondió Agatha, sintiendo que la emoción comenzaba a asomarse. “A veces, la tristeza puede ser aplastante. Pero encontrar momentos de belleza, como este, me da esperanza.”

“Eres más fuerte de lo que piensas,” dijo Samer, su voz profunda y suave. “Y quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte, en cada paso del camino.”

Mientras la cena avanzaba, la conversación se tornó más ligera. Hablaron de trivialidades, compartiendo risas y anécdotas. Agatha se sorprendió a sí misma disfrutando de esos momentos. A medida que la noche se alargaba, comenzó a abrirse más, compartiendo sus sueños y aspiraciones, incluso sus temores más profundos.

“Siempre soñé con viajar por el mundo, conocer diferentes culturas y aprender de ellas,” confesó Agatha, sus ojos brillando de entusiasmo. “Me gustaría explorar lugares que solo he visto en películas.”

“Te prometo que tendrás la oportunidad de hacerlo,” respondió Samer, con una sonrisa decidida. “El mundo es vasto y hermoso, y hay tanto por descubrir. Y yo estaré a tu lado en cada aventura.”

Agatha sintió una mezcla de gratitud y confusión. ¿Cómo podía estar sintiendo esto por el hombre que la había secuestrado y obligado a casarse con él? Pero al mismo tiempo, había algo en Samer que la atraía, algo que la hacía desear conocerlo más allá de su fachada de CEO poderoso.

Al final de la cena, Samer se levantó y le ofreció la mano. “Te gustaría dar un paseo por el jardín? La luna brilla esta noche y creo que sería un momento perfecto para continuar nuestra conversación.”

Agatha asintió, sintiendo que la curiosidad la empujaba a seguir adelante. Salieron al exterior, donde la brisa nocturna era fresca y agradable. El jardín estaba iluminado por luces tenues, y la luna llena reflejaba su luz en el estanque.

“Es un lugar mágico,” murmuró Agatha, mirando a su alrededor. “Me recuerda a un sueño.”

“Espero que en este sueño no haya pesadillas,” dijo Samer, riendo suavemente. “Porque estoy aquí para asegurarme de que cada momento contigo sea especial.”

Mientras caminaban juntos, Agatha comenzó a sentir que las barreras que había construido alrededor de su corazón empezaban a desmoronarse. Aunque todavía había incertidumbre, había algo reconfortante en la compañía de Samer. Su risa era contagiosa y su presencia, una mezcla de seguridad y peligro.

“¿Alguna vez has tenido miedo de lo que el futuro te depara?” preguntó Agatha, mientras se detenía para mirar a Samer.

“Cada día,” admitió él, su voz grave. “Pero aprendí a no dejar que el miedo me paralice. Debemos enfrentarlo, incluso cuando parece abrumador.”

Agatha se sintió inspirada por su valentía. “Quizás tú tengas razón. Tal vez el miedo no deba controlarme.”

“Y no lo hará, mientras decidas dar un paso adelante,” respondió Samer, mirándola intensamente. “Recuerda, siempre estoy aquí para ayudarte a enfrentar lo que venga.”

En ese momento, Agatha comprendió que, aunque había sido llevada a un lugar oscuro, había también una posibilidad de luz. Mientras caminaban bajo las estrellas, sintió que la conexión entre ellos se fortalecía. A pesar de su inicio sombrío, quizás, solo quizás, su historia podría transformarse en algo más.

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