Agatha caminó por los pasillos de la mansión, su mente todavía atrapada en la conversación con Samer. Las palabras resonaban en su mente, cada una pesada con significados y emociones que no sabía cómo manejar. El aire estaba cargado de tensión y la sensación de traición se sentía más fuerte que nunca.Se dirigió al jardín, donde la luz de la luna iluminaba el paisaje con un resplandor plateado. El aire fresco la envolvió, y por un momento, la calma del lugar le permitió respirar más libremente. Sin embargo, la imagen de Samer, su mirada intensa y la profundidad de su amor, la atormentaban.Se sentó en un banco de piedra, su mente divagando entre recuerdos. Pensó en cómo había llegado a la mansión, en la vida que había dejado atrás y en el hombre que había conocido. El amor que sentía por Samer era real, pero la sombra de su pasado la seguía, como un fantasma al acecho.De repente, un sonido interrumpió sus pensamientos. Miró hacia la entrada del jardín y vio a Samer acercarse, su figu
La mañana siguiente llegó con una sensación de urgencia en el aire. Agatha se despertó con la mente aún agitada por la conversación de la noche anterior. Samer había prometido darle espacio, pero su corazón se sentía como un campo de batalla en el que todavía luchaban la confianza y la duda.Después de ducharse, se vistió con un vestido ligero y se dirigió al comedor. La mansión estaba en silencio, y el aroma del café recién hecho la guió hacia la cocina. Allí, encontró a Samer, que ya estaba trabajando en su laptop, su mirada concentrada. Al verlo, una mezcla de sentimientos la invadió, pero se esforzó por mantener la calma.“Buenos días,” saludó ella, tratando de sonar lo más neutral posible.“Buenos días, Agatha,” respondió él, levantando la vista con una sonrisa que se desvaneció al notar la tensión en su rostro. “¿Dormiste bien?”“Más o menos,” admitió ella, acercándose a la mesa. “¿Tienes planes para hoy?”“Quiero que hablemos con Aziz sobre Al-Fayed,” dijo Samer, cerrando la la
Las siguientes semanas transcurrieron en un torbellino de actividad. Agatha y Samer trabajaron arduamente en su estrategia contra Al-Fayed, y su colaboración se volvió cada vez más fluida. La tensión entre ellos se fue transformando en un vínculo más fuerte, cimentado por sus esfuerzos conjuntos.Sin embargo, a pesar de su progreso, Agatha no podía deshacerse del peso del pasado. A menudo, se encontraba atrapada en sus propios pensamientos, recordando momentos de su vida anterior, especialmente aquellos oscuros días en que había sido secuestrada. Las sombras de esos recuerdos la seguían, aunque trataba de mantener la cabeza en alto.Una tarde, mientras revisaba documentos en su oficina, recibió un mensaje de Samer. “¿Te gustaría salir a cenar esta noche? Creo que merecemos un descanso.”Agatha sintió una oleada de emoción, pero también un ligero recelo. Habían estado tan inmersos en su lucha que no habían tenido tiempo para disfrutar de su relación. Decidió que era el momento perfecto
Agatha y Samer llegaron a la oficina de Aziz con la mente ocupada y el corazón acelerado. La urgencia del mensaje había cortado por completo el ambiente relajado de su cena, dejándoles con un aire de anticipación y ansiedad.Aziz los recibió con una expresión seria. “Gracias por venir tan rápido. La situación con Al-Fayed ha escalado,” dijo, llevándolos a su despacho, donde varios informes estaban esparcidos sobre la mesa.“¿Qué ha pasado?” preguntó Samer, manteniendo un tono controlado, aunque Agatha podía ver la preocupación en sus ojos.“Me enteré de que Al-Fayed ha comenzado a hacer movimientos para socavar nuestra influencia. Está intentando desestabilizar nuestras alianzas y, aparentemente, planea lanzar una campaña de desprestigio,” explicó Aziz, pasando las páginas de uno de los informes.“¿Desprestigio? ¿De qué manera?” preguntó Agatha, sintiendo que su pulso se aceleraba.“Rumores sobre la ética de nuestras operaciones, insinuaciones sobre el uso de métodos ilegales en algun
El día de la reunión de planificación llegó rápidamente. Agatha se despertó temprano, con una mezcla de nervios y determinación. El futuro de su empresa estaba en juego, y sabía que cada detalle contaba. Mientras se preparaba, repasaba mentalmente el plan que habían diseñado la noche anterior.Al llegar a la oficina, Agatha encontró a Samer y Aziz esperando en la sala de conferencias. “Buenos días,” dijo, tratando de infundir confianza en su voz. “¿Están listos para enfrentar a Al-Fayed?”“Listos y preparados,” respondió Samer, esbozando una sonrisa que la animó. “Hoy es el día en que recuperamos el control.”Aziz asintió, sosteniendo un documento con las notas de la estrategia. “He estado trabajando en los detalles de la infiltración. Creemos que Al-Fayed organizará un evento de lanzamiento para una nueva línea de productos en un par de días, y es nuestra oportunidad.”“¿Quién será el infiltrado?” preguntó Agatha, sintiéndose ansiosa por saber cómo se llevaría a cabo el plan.“Me par
Agatha siguió a Malik a través del bullicioso evento, tratando de mantener la compostura mientras su mente registraba cada detalle. El resplandor de las luces y las risas resonantes a su alrededor se sentían como un telón de fondo para la misión que estaba llevando a cabo. Cada persona que conocía, cada conversación que sostenía, era un paso más hacia la verdad que necesitaban.Malik la llevó a un grupo de ejecutivos, presentándola como una “prometedora nueva voz en la industria”. A medida que charlaban, Agatha no pudo evitar notar las miradas furtivas de algunos asistentes, así como el respeto que Al-Fayed había cultivado entre ellos. Sus palabras eran cautelosas, llenas de elogios hacia el anfitrión, pero, al mismo tiempo, susurraban preocupaciones sobre la dirección de su empresa.“Es un gran evento, sin duda,” dijo uno de los ejecutivos, ajustando su corbata. “Pero no puedo evitar sentir que hay más de lo que parece. La manera en que Al-Fayed maneja sus relaciones es… interesante.
La atmósfera en el evento se volvió aún más tensa mientras Agatha y Samer se mantenían al margen, intentando escuchar las conversaciones críticas. Agatha se sintió como una espía en el corazón de un mundo desconocido, donde cada palabra podía ser una pista sobre los oscuros secretos que rodeaban a Al-Fayed.“Si Al-Fayed está en problemas, deberíamos aprovechar esto,” dijo Agatha, volviendo a centrar su atención en la pareja que había estado murmurando. “Si podemos conseguir pruebas de su incompetencia, tal vez podamos desacreditarlo ante el consejo de administración.”Samer suspiró, visiblemente frustrado. “Agatha, este es un evento de alto perfil. No puedes simplemente acercarte y confrontar a la gente. Necesitamos un plan más elaborado.”“Entiendo eso, pero este podría ser nuestro único momento. No sé cuándo tendré otra oportunidad como esta,” respondió ella, sintiendo que la urgencia de la situación la empujaba hacia adelante.“¿Y si te descubren?” preguntó Samer, con la preocupaci
Agatha respiró hondo, tratando de calmar los nervios que se acumulaban en su estómago. Sabía que la conversación que estaba a punto de tener podía ser crucial para su misión, y cada palabra contaría. Se acercó al grupo de ejecutivos, quienes parecían disfrutar de una conversación ligera, pero la tensión en sus ojos indicaba que había más de lo que mostraban.“¡Hola a todos!” exclamó Agatha, sonriendo con confianza. “No podía evitar escuchar lo interesante que es esta charla. ¿Sobre qué están discutiendo?”Los ejecutivos la miraron con curiosidad. Uno de ellos, un hombre robusto con una corbata roja llamativa, fue el primero en responder. “Estábamos hablando sobre la dirección que Al-Fayed ha tomado últimamente. Algunos de nosotros estamos un poco preocupados, por decirlo suavemente.”“Eso es comprensible,” comentó Agatha, usando su mejor expresión de interés. “A veces, las decisiones que parecen buenas a primera vista pueden tener repercusiones inesperadas.”Los hombres intercambiaron