Las siguientes semanas transcurrieron en un torbellino de actividad. Agatha y Samer trabajaron arduamente en su estrategia contra Al-Fayed, y su colaboración se volvió cada vez más fluida. La tensión entre ellos se fue transformando en un vínculo más fuerte, cimentado por sus esfuerzos conjuntos.Sin embargo, a pesar de su progreso, Agatha no podía deshacerse del peso del pasado. A menudo, se encontraba atrapada en sus propios pensamientos, recordando momentos de su vida anterior, especialmente aquellos oscuros días en que había sido secuestrada. Las sombras de esos recuerdos la seguían, aunque trataba de mantener la cabeza en alto.Una tarde, mientras revisaba documentos en su oficina, recibió un mensaje de Samer. “¿Te gustaría salir a cenar esta noche? Creo que merecemos un descanso.”Agatha sintió una oleada de emoción, pero también un ligero recelo. Habían estado tan inmersos en su lucha que no habían tenido tiempo para disfrutar de su relación. Decidió que era el momento perfecto
Agatha y Samer llegaron a la oficina de Aziz con la mente ocupada y el corazón acelerado. La urgencia del mensaje había cortado por completo el ambiente relajado de su cena, dejándoles con un aire de anticipación y ansiedad.Aziz los recibió con una expresión seria. “Gracias por venir tan rápido. La situación con Al-Fayed ha escalado,” dijo, llevándolos a su despacho, donde varios informes estaban esparcidos sobre la mesa.“¿Qué ha pasado?” preguntó Samer, manteniendo un tono controlado, aunque Agatha podía ver la preocupación en sus ojos.“Me enteré de que Al-Fayed ha comenzado a hacer movimientos para socavar nuestra influencia. Está intentando desestabilizar nuestras alianzas y, aparentemente, planea lanzar una campaña de desprestigio,” explicó Aziz, pasando las páginas de uno de los informes.“¿Desprestigio? ¿De qué manera?” preguntó Agatha, sintiendo que su pulso se aceleraba.“Rumores sobre la ética de nuestras operaciones, insinuaciones sobre el uso de métodos ilegales en algun
El día de la reunión de planificación llegó rápidamente. Agatha se despertó temprano, con una mezcla de nervios y determinación. El futuro de su empresa estaba en juego, y sabía que cada detalle contaba. Mientras se preparaba, repasaba mentalmente el plan que habían diseñado la noche anterior.Al llegar a la oficina, Agatha encontró a Samer y Aziz esperando en la sala de conferencias. “Buenos días,” dijo, tratando de infundir confianza en su voz. “¿Están listos para enfrentar a Al-Fayed?”“Listos y preparados,” respondió Samer, esbozando una sonrisa que la animó. “Hoy es el día en que recuperamos el control.”Aziz asintió, sosteniendo un documento con las notas de la estrategia. “He estado trabajando en los detalles de la infiltración. Creemos que Al-Fayed organizará un evento de lanzamiento para una nueva línea de productos en un par de días, y es nuestra oportunidad.”“¿Quién será el infiltrado?” preguntó Agatha, sintiéndose ansiosa por saber cómo se llevaría a cabo el plan.“Me par
Agatha siguió a Malik a través del bullicioso evento, tratando de mantener la compostura mientras su mente registraba cada detalle. El resplandor de las luces y las risas resonantes a su alrededor se sentían como un telón de fondo para la misión que estaba llevando a cabo. Cada persona que conocía, cada conversación que sostenía, era un paso más hacia la verdad que necesitaban.Malik la llevó a un grupo de ejecutivos, presentándola como una “prometedora nueva voz en la industria”. A medida que charlaban, Agatha no pudo evitar notar las miradas furtivas de algunos asistentes, así como el respeto que Al-Fayed había cultivado entre ellos. Sus palabras eran cautelosas, llenas de elogios hacia el anfitrión, pero, al mismo tiempo, susurraban preocupaciones sobre la dirección de su empresa.“Es un gran evento, sin duda,” dijo uno de los ejecutivos, ajustando su corbata. “Pero no puedo evitar sentir que hay más de lo que parece. La manera en que Al-Fayed maneja sus relaciones es… interesante.
La atmósfera en el evento se volvió aún más tensa mientras Agatha y Samer se mantenían al margen, intentando escuchar las conversaciones críticas. Agatha se sintió como una espía en el corazón de un mundo desconocido, donde cada palabra podía ser una pista sobre los oscuros secretos que rodeaban a Al-Fayed.“Si Al-Fayed está en problemas, deberíamos aprovechar esto,” dijo Agatha, volviendo a centrar su atención en la pareja que había estado murmurando. “Si podemos conseguir pruebas de su incompetencia, tal vez podamos desacreditarlo ante el consejo de administración.”Samer suspiró, visiblemente frustrado. “Agatha, este es un evento de alto perfil. No puedes simplemente acercarte y confrontar a la gente. Necesitamos un plan más elaborado.”“Entiendo eso, pero este podría ser nuestro único momento. No sé cuándo tendré otra oportunidad como esta,” respondió ella, sintiendo que la urgencia de la situación la empujaba hacia adelante.“¿Y si te descubren?” preguntó Samer, con la preocupaci
Agatha respiró hondo, tratando de calmar los nervios que se acumulaban en su estómago. Sabía que la conversación que estaba a punto de tener podía ser crucial para su misión, y cada palabra contaría. Se acercó al grupo de ejecutivos, quienes parecían disfrutar de una conversación ligera, pero la tensión en sus ojos indicaba que había más de lo que mostraban.“¡Hola a todos!” exclamó Agatha, sonriendo con confianza. “No podía evitar escuchar lo interesante que es esta charla. ¿Sobre qué están discutiendo?”Los ejecutivos la miraron con curiosidad. Uno de ellos, un hombre robusto con una corbata roja llamativa, fue el primero en responder. “Estábamos hablando sobre la dirección que Al-Fayed ha tomado últimamente. Algunos de nosotros estamos un poco preocupados, por decirlo suavemente.”“Eso es comprensible,” comentó Agatha, usando su mejor expresión de interés. “A veces, las decisiones que parecen buenas a primera vista pueden tener repercusiones inesperadas.”Los hombres intercambiaron
El murmullo de la conversación en el rincón apartado creció en intensidad mientras los ejecutivos intercambiaban ideas y estrategias para presentar sus preocupaciones a Al-Fayed. Agatha se sintió cada vez más motivada al ver el compromiso de los hombres a su alrededor. La tensión era palpable, pero la determinación brillaba en sus ojos.“Si vamos a hacer esto, necesitamos un mensaje claro,” dijo Samer, mirando a cada uno de los hombres. “No podemos permitir que Al-Fayed nos divida. Debemos ser un frente unido.”“Exacto,” añadió Agatha, sintiendo que su corazón latía con fuerza. “No podemos dejar que su miedo a represalias nos silencie. Si no nos hacemos escuchar, los problemas que enfrenta la empresa solo empeorarán.”El robusto asintió. “Tienes razón. Pero tenemos que asegurarnos de que Al-Fayed no sienta que está siendo atacado. Debemos presentarlo como una oportunidad para mejorar la situación de la empresa, no como una crítica directa.”Agatha lo pensó. “Sí, eso es clave. Debemos
La semana que siguió a la confrontación con Al-Fayed fue una montaña rusa de emociones para Agatha. Aunque habían logrado que el CEO accediera a una reunión, la tensión en la empresa era palpable. Los rumores sobre la creciente desconfianza hacia Al-Fayed se esparcían como fuego, y Agatha se encontró en el centro de un torbellino de preocupaciones e incertidumbres.El día de la reunión se acercaba rápidamente, y Agatha sabía que necesitaba prepararse. Se reunió con Samer y los demás ejecutivos en una sala de conferencias que se había convertido en su cuartel general improvisado. Las paredes estaban cubiertas de gráficos y notas adhesivas que representaban ideas y preocupaciones sobre la dirección de la empresa.“Debemos ser estratégicos sobre lo que presentamos,” comenzó Samer, su expresión seria. “No solo se trata de expresar nuestras preocupaciones; debemos ofrecer soluciones concretas.”Agatha asintió, sintiéndose cada vez más entusiasmada por la posibilidad de un cambio positivo.