La cosa empeoró al llegar a la habitación, donde antes de irse a dormir pudo escuchar una voz conocida cantar del otro lado de la puerta contigua. Era j'apprendrai de mickaël miro.
J'apprendrai à t'aimer mon amour
(Voy a aprender a amarte mi amor)
J'apprendrai à t'aimer mon amour
(Aprenderé a tu lado)
Dans les bons et dans les mauvais jours
(En los buenos días y en los malos días)
Et malgré tous les malgré
(Y a pesar de todo el pesar)
Il y a longtemps
Kader lo pensó por un momento y aunque sabía cómo le quitaría el dolor a una novia no quería hacerlo con ella. Pero dada su insistencia no tuvo otra opción. Sin mucho cuidado tomó su mano y dejó un simple beso en ella. - ¿Solo eso? ¡Eres el peor de los novios! - le reclamó Con molestia Kader volvió a tomar su mano y está vez besó con fuerza cada uno de sus dedos. - ¿Así está mejor su majestad? - ironizó - No, también me duele la muñeca - ante eso Kader beso también su muñeca - y el codo también - Ambos sabían que era mentira, pero aun así no detuvo sus besos y sin percatarse sus labios fueron subiendo de a poco hasta su hombro. - ¿Me vas a decir que también te duele el cuell
Maia veía desde la puerta de la cocina a su vieja nana, quien había cuidado de ella desde que tenía memoria y era la única que le mostraba verdadero cariño después de la muerte de su abuelo paterno. No podía negar que la quería mucho, incluso más que a su propia madre. Podía decirse que ese era el sentimiento más sincero que hasta ese momento había sentido, aun cuando no estuviera consciente de ello. Lastimosamente, conforme fue creciendo dejó de conformarse con el cariño de la servidumbre y empezó a buscar el de quienes debían dárselo sin límites ni condiciones.Fue por eso que su comportamiento poco a poco fue cambiando, en su entonces inocente pensamiento, llegó a creer que si se comportaba igual que sus padres y hermana, ellos se sentirían orgullosos de ella y como consecuencia la querían más. Por desgracia lo único que consiguió fue
Kader no tardó en entrar a la cocina dónde se encontraba la Cobra saboreando su malteada junto con su nana. No se atrevía a aceptarlo, pero a su parecer se veía muy tierna sentada en la barra sorbiendo de un popote su bebida mientras se sonrojaba entre risas por los recuerdos de su infancia que mencionaba Minalou.- Hola amor - para su sorpresa su sonrisa no fue fingida- Hola Caramelo - casi se atraganta al decir el apodo secreto que le teníaPara ambos fue incomodo escuchar ese apodo que solo durante las vacaciones había usado. Lo peor es que esa simple palabra los hacía rememorar cosas que preferían mejor dejar pérdidas en el limbo.- Amm... ¿Qué, qué haces aquí? - pregunt
El hombre que amaba se encontraba en ese lugar acompañado de su hermana. Estaban haciendo el amor. Al verlos Kader no tardó en reaccionar, tomó a Maia del brazo y la hizo girar de forma que les diera la espalda. Pero para ella había sido demasiado tarde, sentía que por dentro su alma se estaba apagando, mientras su corazón se desmoronaba. En cambio el ardía por dentro, le daba rabia que ese par no tuviera ni un poco de moral y se tomarán la libertad de tener sexo a plena luz del día sin siquiera molestarse en poner seguro a la puerta, aún sabiendo que cualquiera podía verlos."Y todavía tenía el descaro de regañarnos por hablar de nuestra inexistente intimidad. ¡Qué hipócrita! _ se quejó para sí.Aunque en realid
Maia no podía creer lo que veía. Frente a ella, en una vieja cama estaba aquella que había descontrolado a su Caramelo en cuestión de segundos. Y quien ahora se convulsionaba a causa de la fiebre. Podía distinguir su cabello ligeramente rizado era de un tono que solo había visto en una persona, el mismo que ahora se encontraba al borde de la desesperación por no poder hacer nada por ella. ¿Y quién no estaría así de asustado? Si es solo una niña, no podía tener más de 7 años. Una pequeña increíblemente parecida al chico que usaba como su novio. No sólo por el cabello, también su tono de piel morena y hasta la forma de sus labios. Sabía que no podía ser su hermana porque hacía 25 años que sus padres habían muerto y el único hermano que tuvo murió junto a su madre. Tampoco podía ser su sobrina o algo parecido, pues él no sabía nada de su familia de sangre y lo sabía porque ella así lo había decidido. Entonce
Pronto llegaron al hospital, donde Colette fue atendida con rapidez, debido a las indicaciones de una Paris con mucho poder. Los tres adultos se quedaron en la sala de espera para saber del estado de la niña. Durante ese tiempo Maia se mantuvo a cierta distancia de la pareja, quienes se abrazaban con notable preocupación, se veía que se querían mucho. No podía negar que la mujer era muy bella, además de ser pelirroja, su cabellera tenía hermosos rizos, tenía una linda figura y su piel pálida combinaba a la perfección con sus ojos grises. Estaba claro que Kader tenía buen gusto en mujeres. En un momento notó que el protagonista de sus pensamientos se ponía de pie y caminaba en su dirección. Se veía que estaba de mal humor, y eso la incomodó. - Tenemos que hablar - sentenció Sin esperar una respuesta de su parte em
Sin que la pareja se lo esperará tomó el cheque y lo puso en la mano de la niña, para luego cerrarla. Sabía que Kader saltaría en cualquier momento, pero estaba preparada para enfrentarlo. Y no se equivocó, apenas Kader vio lo que hizo caminó hacia ella hecho una furia. Con fuerza la tomó del brazo con la intención de hacerla girar, pero no se espero que al hacerlo ella usará su peso y la misma fuerza que Kader había ejercido en ella para empujarlo, haciendo que no sólo la soltará sino que también estuviera a punto de hacerlo caer. - Más te vale no tocar ese dinero o te juró que te vas a arrepentir - lo enfrentó como solo ella sabía hacerlo - te advertí que si no lo aceptaba a la buena seria a la mala, ahora atente a las consecuencias - - ¡¿Qué sucio plan estás tramando en tu mente?! - ya no le importaba estar gritando - te advierto que si intentas hacerle da
Maia salía del gimnasio después de su larga rutina de ejercicios, estaba exhausta, pero ya se había acostumbrado. Caminaba lentamente por la acera en dirección a su auto, sin saber que a la distancia alguien la observaba. Había esperado encontrarse con ella todo el día y ahora que por fin la encontraba libre no dudó en acercarse. Sus pasos eran sigilosos pero constantes, tratando de no llamar la atención de nadie. A pocos metros de su auto logró interceptarla, dándole a Maia el susto de su vida. - Hola Maia - la saludo pareciéndose frente a su vista de la nada - ¡AAAAAHHH! - pegó un grito de terror - ¡¡Dios mío casi me da un infarto!! - - Lo siento esa no era mi intención - se disculpa con pena - Pues créeme que demostraste justo lo contrario - trató de regular su re