Nick se movió en busca del calor de su amante, no obstante, la cama estaba vacía y el lado donde Benjamín debía estar, estaba frío.El joven abrió los ojos y por un momento se sintió utilizado, pensó que Benjamín solo había tomado lo que deseaba de él y luego se había marchado sin despedirse. Pero la idea se borró de su cabeza al darse cuenta de que había una nota sobre la almohada.Delicioso pecado…Perdóname por marcharme sin despedirme, pero te veías demasiado lindo dormido que creí sería un crimen despertarte, pasaré por ti a la hora de salida. Hay una emergencia en el caso de Brooke Gibson.Piensa en mí.Tuyo. Benjamín Davis.Nick sintió mariposas en el estómago al leer la nota, era breve pero muy sustanciosa. Con la sonrisa más grande y tonta del mundo, Nick se dirigió al cuarto de baño, debía ir a la oficina y esperar una eternidad para volver a ver a Benjamín mientras él no iba a olvidarse de él, su dolorida entrada no se lo permitiría.Mientras tanto, Benjamín entró como un
Benjamín cerró los ojos al escuchar la confesión de Nick, ¿creía que se estaba enamorando? ¡Joder! Él estaba seguro que ya estaba enamorado del muchacho imprudente.—¿Crees que te estás enamorando? —preguntó.Nick por un momento pensó que su confesión echaría a perder lo que sea que tenían, no sabía si responder con la verdad o inventar alguna mentirilla que le permitiera salir indemne del asunto.—Sí, eso creo —confirmó.—¡Oh! Creo que no estoy haciendo las cosas bien, Nick —dijo con un tono de voz bajo y ronco.—¿Qué cosas? —preguntó el muchacho retrocediendo paso a paso hasta que su cuerpo chocó contra la pared de su habitación.—No me he esforzado lo necesario para que estés seguro de lo que sientes. Quizás… una nueva ronda de placer te haga reconsiderar ese “creo” por un “estoy enamorado” —pronunció mientras apartaba la camisa de uniforme de su cuerpo.Nick tragó el nudo que se formó en su garganta. Ver a Benjamín desnudo, era sin duda una de las cosas más hermosas del mundo mund
Nick gruñó mientras era arrastrado por Benjamín escaleras abajo, el vibrador en su interior se movía con ímpetu, Nick pensaba que iba a explotar de placer de un momento a otro. Sin embargo, Nick se quedó de piedra al ver el sótano, el lugar que él catalogó como “inhabitable” pocos días atrás.Benjamín se paró detrás del muchacho, llevó sus dos grandes y fuertes manos a los hombros del joven y le susurró a su oído.—Bienvenido a mi mundo, Nick…Nick tragó el nudo formado en su garganta, deslizó la mirada por el sitio. Todo parecía sacado de una película erótica.—¿Tienes miedo Nick? —la voz de Benjamín se escuchó casi lejana mientras el muchacho continuaba inspeccionando el sitio con la mirada.Había fustas, consoladores de todos los tamaños. Nick apretó las piernas y el vibrador se movió en su interior… ¿Era ese pequeño artefacto parte del arsenal de Benjamín?, la respuesta llegó a Nick de manera instantánea. Sí.«Ponte en cuatro, Nick», el muchacho tembló al recordar la orden del ofi
Benjamín apartó los recuerdos y la mirada de la puerta por donde había salido Gary Astor, de momento el tipo no era su prioridad, pero solamente por el momento…—¿Cómo estás? —preguntó Benjamín.El policía sabía que era la pregunta más estúpida que pudo hacerle al hombre…—Bien, supongo —respondió sin verlo.—No soy tu enemigo, Brooke, puedo ayudarte —se ofreció.Brooke le devolvió la mirada. Benjamín tuvo que hacer acopió de toda su fuerza de voluntad y de su entrenamiento para no gemir de dolor.El hombre tenía el miedo y el dolor tatuados en el rostro y en sus ojos una devastación total.Benjamín dio un paso atrás, aquella mirada solamente lo había visto una vez, una puta vez en la vida y esa fue la última vez que había visto a Darío con vida.El dolor casi le hizo tambalearse…—Supongo que… ¿Sabe lo que pasó? —preguntó Brooke apartando la mirada.Benjamín no había abierto el resultado de los análisis, pero por el rostro del muchacho no tenía que ser un genio para deducirlo.—¿Fue
«Sí»Aquella simple y poderosa frase desató el deseo y la pasión en el cuerpo de Benjamín. El hombre necesitaba tener todo de Nick, necesitaba olvidar el día de mierda que había tenido, olvidar el pasado y concentrarse en el presente, en este momento que tenía con su chico. Benjamín se cerró a todo pensamiento, deslizó los labios por el cuello de Nick mientras sus manos iban abriéndose paso por su ropa.Nick tembló de pies a cabeza al sentir la mano de Benjamín acariciar su dura polla. Fue rápido, su erección fue casi instantánea.—B-Benjamín —tartamudeó Nick.—¿Nervioso? —preguntó deslizando su lengua una y otra vez por el largo del cuello del muchacho, erizando la piel de Nick, dejando rastros de saliva a su paso.—Un poco —aceptó el joven con voz temblorosa. Aun así, confiaba en Benjamín.—Estoy a cargo, cariño, jamás te haría daño —le aseguró antes de alejarse y apartar sus manos del cuerpo de Nick.—Desnúdate para mí —ordenó cambiando su tono dulce por un tono de voz demandante.
Nick se movió, buscando el calor de Benjamín, sin embargo, se encontró completamente solo en la cama.El muchacho gimió con frustración, su despertar era atípico, él esperaba tener el calor de Benjamín a su lado. Estaba siendo sentimental, pero le importaba tres pepinos, total nadie estaba para verlo o juzgarlo.Nick se rindió, abrió los ojos y barrió la habitación con la mirada. Él se incorporó ligeramente. Un gemido abandonó sus labios, estaba dolorido y satisfecho, muy satisfecho.—¡Mierda! No podré ni sentarme —murmuró, pero recordar lo que habían hecho la noche anterior le hizo sonreír.Por supuesto que eso no le quitaba la sensación de escozor que tenía entre las nalgas y pensar que estaría sentado la mayor parte de la mañana no le hizo sentir mejor.Nick se dirigió a la ducha, tenía que asistir a la boda de Sebastián y Oliver, no podía faltar. Era una pena que Benjamín no pudiera venir con él, pero él tenía trabajo que hacer de lo contrario, ¿Por qué otra razón iba a dejarlo so
Benjamín entró a la oficina de la estación de policía, como un torbellino. Ignoró el llamado de Richard y otros compañeros, no quería saber nada de lo que tenían para decirle. Él solo deseaba comprobar que las palabras de su padre eran amenazas vacías, quería pensar que su padre mentía. Pero al abrir su casillero se dio cuenta de que la amenazas eran reales, que nada era una maldita mentira. Su pistola no estaba en su lugar.—¡Maldición! —gruñó golpeando la pared con su puño, sin importar el daño que podía hacerse en el proceso.Su padre lo tenía en sus manos.—¿Qué demonios te pasa? —preguntó Richard detrás de él.La ira ardió con desenfreno en el interior de Benjamín, sin mediar palabras tomó a Richard del cuello y lo estampó contra los casilleros.—¡Fuiste tú! —gritó con la ira ardiendo en sus ojos.—N-no sé de qué me hablas —tartamudeó el agente.—No te hagas el idiota, Richard, sabes muy bien de que hablo, ¿Dónde está mi pistola? ¿A quién se la entregaste? —le cuestionó mientras
Nick se levantó de la cama, se sentía dolorido por la reciente actividad, pero por alguna extraña razón, sentía que había algo que no estaba bien con Benjamín, su encuentro sexual había sido explosivo, pero sintió que fue con prisas, como sí él deseara apartarse de él.Nick negó, quizá estaba viendo pajaritos donde no había ni un solo nido, se dirigió al baño, una ducha larga le ayudaría a relajarse y olvidarse de los malos pensamientos, una hora después subió a la cocina, preparó la cena para Steven y Enrique, los dos últimamente pasaban mucho tiempo juntos. No era que el primo de Benjamín fuera peligroso, porque no lo era. Steven había demostrado que podía confiar en él.El joven se recriminó, no tenía ningún buen pensamiento y él no era así.—Deja de llamar la desgracia, Nick, nada está fuera de su sitio —gruñó con enfado.Estaba comportándose como un verdadero tonto…Eso pensó hasta que el timbre de la puerta sonó, Nick arrugó el entrecejo. Ellos nunca recibían visitas, Enrique, S