Pese a que en la oficina ya no había nadie, los tres se quedaron inmóviles y en completo silencio, intentando procesar lo que acababa de pasar en aquella oficina.―Z-Zeth… ¿Q-Qué vamos a hacer? ―preguntó Anna con voz queda―No lo sé ―admitió Zeth con un tono derrotado ―No lo sé Anna, no contaba con que perdería la paciencia ―masculló antes de clavar sus ojos en ella ―Perdóname, me equivoqué al decir que eras mi compañera, sólo te puse en un mayor peligro… ―― ¿De qué hablas? ―preguntó Anna confundida ―Zeth, si hablas de los rebeldes, creo que puedo manejar la situación… ――No Anna, no lo dice por eso ―intervino Armin, quien parecía irritado― ¿Por la ceremonia? ―preguntó Anna ―Por lo que entendí, es algo simbólico, ¿no? ―Al ver que tanto Armin como Zeth negaban, el pánico comenzó a apoderarse de ella―Arioch dijo que no era una boda ni una marca ――No lo es ―suspiró Zeth ―Es una ceremonia tan sagrada, que muy pocos sacerdotes en Arcadia pueden llevarla a cabo, ya que, en realidad, es
Sintiendo una opresión en el pecho, Anna avanzó rápidamente por el pasillo.Tenía deseos de salir corriendo y gritar a todo pulmón para quitarse aquella sensación de ansiedad.Durante el tiempo que habían estado en Arcadia, su compañero le había pedido una sola cosa, ¡solo una!Dante había soportado en silencio que Zeth la tratase como su compañera, incluso, contra todo lo que le decían sus emociones, Dante se había comportado a la altura cuando Joel se la pasaba insinuándosele.¿Y ella? Ella solo debía evitar casarse con Zeth, sin embargo, justo en aquel momento, no estaba convencida de poder cumplir con la única cosa que él le había pedido.―Ah, lo lamento, no… No prestaba atención ―dijo torpemente tras chocar con alguien― ¿Sucede algo malo, Anya? ―preguntó KerenAl escuchar aquellas cuatro simples palabras, Anna no pudo controlarse más y se lanzó a los brazos de Keren llorando desconsoladamente.Tal escena, provocó que ambas criadas de Keren soltaran jadeos sorpresivos, sin embarg
Pasadas las diez, Keren no pudo más y se retiró a su habitación.Ver a su sobrina y a su compañero sentirse complacidos con la futura ceremonia y agradeciendo una y otra vez con brillantes sonrisas los constantes brindis y las felicitaciones que les ofrecían los alfas, simplemente rompían el corazón de Keren, pues la princesa sabía que ambos, sólo seguían con aquello por el bien de los demás. “Tengo que hacer algo” ―se dijo tras echarles una última miradaAsegurándoles a Sophie y a Camille que sólo deseaba dormir temprano, Keren subió a su habitación, donde, lejos de dormir, la princesa se paseó por el lugar, intentando encontrar la solución a todos sus problemas.― ¡Por favor! ―exclamó frustrada ―Abuela Selene, dime que puedo hacer ―pidió con frustración antes de dejarse caer bocabajo en su cama― “Keren, nuestro hermano” ―le gruñó Kera― ¿Alastor? Kera, ¿cómo podría ayudarnos Alastor? ―preguntó Keren sin incorporarse ―Para empezar, ¿cómo podría informarle de esto? ―― “Con la caja
En medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ――Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonosSintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, s
Eran alrededor de las ocho de la mañana en la hermosa isla de Arcadia, donde sus habitantes, iban y venían por las calles de los diferentes distritos para cumplir con sus deberes diarios.Al igual que los civiles, en el sagrado palacio de Interlunio, todos sus habitantes habían comenzado a realizar sus tareas desde muy temprano, sobre todo, el ejército imperial, el cual, cumplía con su rutina diaria de entrenamientos y vigilancia, pues, tras el secuestro del rey, esta se había endurecido.Pese a que habían capturado al culpable, el paradero del rey era aún desconocido, por lo que, el palacio, se vigilaba incluso tras sus murallas.Los encargados de aquella tarea, eran los nuevos cadetes, los cuales, eran supervisados por los soldados más experimentados.― ¡Oye! ¡Damián! ―le gritó un joven de tez morena a un joven de cabello oscuro que tenía algunas mechas grises ―Deja de distraerte con las criadas, te meterás en problemas si Aidée te descubre ―― ¿Qué sucede? ¿Acaso te gusta la nueva?
Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ――Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ――Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ――Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ――Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear co
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan
El camino hasta el hangar de Adriano fue largo y en silencio, nadie se atrevía a hablar, ni si quiera el joven Ares, quien aún no terminaba de entender la situación, por lo que, de vez en cuando, le echaba miradas a su madre y a su hermana, quien tenía un semblante preocupado. ― ¡Mira Anna! ―exclamó Ares emocionado ―Es el avión del abuelo ―dijo señalando la puerta abierta del hangar ― ¿Te habías subido antes? ―le preguntó Anna con curiosidad ―No, ¿nos sentamos juntos? ―preguntó el cachorro con emoción ―Claro que sí hermanito ―dijo Anna en un susurro antes de mirar a su madre, quien asintió lentamente mientras acariciaba su vientre Iva estaba nerviosa, pues volar en su estado no era la mejor opción, sin embargo, ella no quería perder ni un solo minuto más, pues su vínculo con Alastor se encontraba sumamente débil. Al llegar al hangar, tuvieron que esperar unos pocos minutos para que el piloto terminara de preparar todo lo necesario y confirmara el permiso de aterrizaje en G