―Más que voto de confianza, es que realmente veo potencial en ambos, sin mencionar que se complementan bien ―dijo Alastor ―Para prueba, está el periodo en el que ocupaste mi lugar ――Estarás aún más convencido de tus palabras cuando veas todo lo que hizo por nuestra manada durante tu ausencia, ya lo verás hijo, Loto de Luna y Luna Azul, no podrán tener un mejor alfa absoluto que este muchacho ―intervino Adriano, quien entraba por la puerta abierta de la oficina ―Este muchacho se entregó en cuerpo y alma al trabajo ――Puedo verlo ―dijo Alastor colocando sus manos sobre un pequeño montón de documentos que Neilan había preparado para él ―Parece que tus únicas preocupaciones fueron los ataques de salvajes, ¿no es así, papá? ――Así es ―dijo Adriano ocupando el lugar junto a Dante ―El chico dejó todo en orden antes de marcharse, por lo que Neilan y yo apenas intervenimos en el trabajo de Luca, como bien dices, nos centramos en la manada, Elliot, Gino y Jaden, por su parte, se encargaron de
Ante sus palabras, todos los miembros de Luna Azul se apresuraron a acercarse a Dante, quien sonrió al sentirse reconfortado por el cariño de su gente, aun que no pudo evitar notar que algunos optaban por mantener la distancia debido al enorme lobo que se encontraba detrás de él, el cual, observaba atentamente a su alrededor.―Por favor, muestren su respeto al rey licántropo ―pidió Dante girándose en dirección de Maoz, quien se había sentado sobre sus patas traseras ―El rey, Máximus Nicolaou ―Ante sus palabras, el campo entero se llenó de murmullos y jadeos llenos de sorpresa, los cuales, Dante sabía provenían de su gente, pues los de Loto de Luna, ya habían convivido con Máximus la noche anterior.―Se los agradezco ―dijo Máximus cuando todos los guerreros presentes, incluyendo los de Loto de Luna, se inclinaron ante su presencia ―Es un placer conocerlos y el poder estar entre ustedes, por favor, continúen con sus prácticas ―pidió con amabilidadAnte sus palabras, Dante asintió en di
Sintiéndose motivado por la mirada decidida de su contrincante, con una sonrisa emocionada, Dante no tardó en colocarse nuevamente en su postura de ataque.Incontables veces habían sido las que había enfrentado a Alastor, y ahora, podía darse cuenta de que, muchas, fueron las veces en las que el alfa se había contenido.Y es que, en aquel combate, los ojos de Alastor lucían diferentes. Brillaban de emoción y, sin duda, le gritaban que no pensaba perder aquel combate, cosa que él tampoco podía permitirse.Esa noche se convertiría en alfa, por lo que debía mostrarle a su manada y a los guerreros que lo acompañarían a la batalla, que él era digno del puesto y que podían confiar plenamente en él.Decidido a probarse, Dante tomó la iniciativa y se lanzó directamente hacia Alastor, quien no pudo evitar sorprenderse por el cambio del joven, quien siempre solía pelear más a la defensiva.El combate fue extenso, y si bien Dante había logrado derribar a Alastor, ninguno volvió a conseguirlo, po
En medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ――Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonosSintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, s
Eran alrededor de las ocho de la mañana en la hermosa isla de Arcadia, donde sus habitantes, iban y venían por las calles de los diferentes distritos para cumplir con sus deberes diarios.Al igual que los civiles, en el sagrado palacio de Interlunio, todos sus habitantes habían comenzado a realizar sus tareas desde muy temprano, sobre todo, el ejército imperial, el cual, cumplía con su rutina diaria de entrenamientos y vigilancia, pues, tras el secuestro del rey, esta se había endurecido.Pese a que habían capturado al culpable, el paradero del rey era aún desconocido, por lo que, el palacio, se vigilaba incluso tras sus murallas.Los encargados de aquella tarea, eran los nuevos cadetes, los cuales, eran supervisados por los soldados más experimentados.― ¡Oye! ¡Damián! ―le gritó un joven de tez morena a un joven de cabello oscuro que tenía algunas mechas grises ―Deja de distraerte con las criadas, te meterás en problemas si Aidée te descubre ―― ¿Qué sucede? ¿Acaso te gusta la nueva?
Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ――Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ――Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ――Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ――Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear co
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan
El camino hasta el hangar de Adriano fue largo y en silencio, nadie se atrevía a hablar, ni si quiera el joven Ares, quien aún no terminaba de entender la situación, por lo que, de vez en cuando, le echaba miradas a su madre y a su hermana, quien tenía un semblante preocupado. ― ¡Mira Anna! ―exclamó Ares emocionado ―Es el avión del abuelo ―dijo señalando la puerta abierta del hangar ― ¿Te habías subido antes? ―le preguntó Anna con curiosidad ―No, ¿nos sentamos juntos? ―preguntó el cachorro con emoción ―Claro que sí hermanito ―dijo Anna en un susurro antes de mirar a su madre, quien asintió lentamente mientras acariciaba su vientre Iva estaba nerviosa, pues volar en su estado no era la mejor opción, sin embargo, ella no quería perder ni un solo minuto más, pues su vínculo con Alastor se encontraba sumamente débil. Al llegar al hangar, tuvieron que esperar unos pocos minutos para que el piloto terminara de preparar todo lo necesario y confirmara el permiso de aterrizaje en G