Aquel día, tal y como ella había supuesto, fue extremadamente largo y tedioso.Allá a donde iba, Anna era escoltada por más de un guardia, por lo general, por Armin y algún otro soldado de la confianza de Zeth. Otras veces, era escoltada por Svein y Enith, quienes la guiaban por su nueva agenda como la futura reina.Lo primero que hizo aquel día, fue convivir con las Lunas que habían sido invitadas y qué, de momento, se encontraban aisladas en el palacio con ella.Si bien su visita estaba contemplada para los próximos dos días, Arioch había tenido que rendir explicaciones y pedirle a los alfas que extendieran su visita debido al escape del responsable de la desaparición del rey.Sumado a aquello, el propio consejero tuvo que disculparse con todos y prácticamente suplicar por su cooperación, pues durante los interrogatorios, Mendel había perdido todo control, y había comenzado a acusarlos a todos como los responsables de la huida del prisionero.La ira de Mendel era tal, que incluso alg
―Sí, pero ese entusiasmo podría ser peligroso ―dijo Anna negando con la cabeza ―Sandy, ¿podrías encargarte de que Marianne sea discreta? ―le pidió a la joven antes de ponerse su anillo―Si mi señora, por supuesto ―dijo Sandrine antes de apresurarse a seguir a Marianne―Entonces… ―suspiró Anna mirando a Zeth ― ¿A dónde vamos? ―preguntó tomando el paquete de galletas que Sandrine había llevado ―Pensé que no podíamos salir del palacio ――No podemos, pero, como dije, saldremos con Arioch y Mendel, iremos a “inspeccionar” las mansiones de los alfas ―― ¿Las del alfa Pavel, Argenis y Blake? ―preguntó al recordar que eran los únicos invitados que tenían una residencia en Arcadia―Sí, empezaremos con el alfa Pavel, y después con el alfa Blake, espero que con eso a Gael le dé tiempo de hacer el conjuro glamour y a mi tío a volver a la residencia ――Oh, ¿ya hablaron? ―preguntó Anna sintiéndose aliviada por ello―Sí, después de que saqué a Varena del ala suroeste, llamé a Argenis a mi oficina y
Sin más, Anna comenzó a relatarles lo sucedido después de que Castiel y Lowell iniciara su pelea. Les habló de en qué condiciones habían encontrado a Alastor y de cómo lo habían ayudado a salir. También, les contó sobre Ares y de su entrada furtiva al palacio para poder estar con ella.Ante aquella noticia, los tres alfas se ofrecieron a sacarlo de ahí y llevarlo de regreso a Sangre Protectora una vez que ellos mismos abandonaran la isla.A sabiendas de que el palacio no era un lugar seguro para Ares, Anna prometió volver a tocar el tema con él, aunque estaba convencida de que sería en vano, pues el lobato, parecía realmente cómodo con su abuela, además, ella no quería causarles problemas a los alfas en caso de que algo malo sucediera.Al llegar a la zona exclusiva, Anna pudo notar que el lugar estaba repleto de los hombres de Arioch, lo cual, al principio la preocupó, sin embargo, al ver que el capitán Leben y algunos otros soldados del ejército de Máximus estaban presentes, la jove
» Ubicación: Loto de Luna, la mañana tras el regreso de Alastor. «Aquella mañana en la manada Loto de Luna, Dante despertó en la misma cama que había estado compartiendo con su compañera durante su estadía.Al girarse hacia su costado y ver su espacio vacío, Dante volvió a sentir aquel vacío que había estado llenando su corazón desde su separación, por lo que, desanimado, hundió su rostro en la almohada que ella solía usar.Pese al tiempo que había pasado, aquella almohada, aún olía a ella, o más bien, a su champú.―Anna… ―susurró ― ¿Sabes, cariño? Es extraño, los días pasan y no logro acostumbrarme a tu ausencia… ―le dijo a la almohada ―Más bien, todo empeora… No lo encuentro normal ―“Pasamos más de mil vidas esperando por ella… Eso es ¿normal?” ―gruñó Damon, cuya voz, se escuchaba triste y desanimada― ¿Y así será siempre? Por favor, Damon, no podemos estar juntos las veinticuatro horas… ―“Lo sé, pero, no le encuentro otra explicación, y sinceramente, tampoco me apetece pensar en
Olvidándose de la larga ducha que había planeado tomar para volver a poner los pies en la tierra, Dante se duchó lo más rápido que pudo y se preparó para reunirse con Alastor.Al abandonar el baño, Dante se miró una vez más en el espejo y tras convencerse a sí mismo de que había hecho lo correcto, finalmente abandonó la habitación.―Vaya, que cambio tan extremo ―dijo Máximus, quien salía de la habitación de invitados que estaba junto a la de Ares ―Buenos días muchacho ――Buenos días, señor Máximus ―masculló DanteLlamarlo tan informalmente era algo que aún le costaba, sin embargo, les había prometido tanto al rey como Alastor, que lo llamaría de manera casual, sobre todo, al estar en casa.―La verdad es que mi barba ya era un desastre y no me apetecía lidiar con eso ahora, pero no podía quedarme así, se veía muy mal ――Puedo entenderte, me pasó lo mismo cuando desperté en la finca ―rio Máximus ― ¿Vas a algún lado tan temprano? ――Sí, el alfa me pidió que lo acompañase a correr ――Oh…
―Más que voto de confianza, es que realmente veo potencial en ambos, sin mencionar que se complementan bien ―dijo Alastor ―Para prueba, está el periodo en el que ocupaste mi lugar ――Estarás aún más convencido de tus palabras cuando veas todo lo que hizo por nuestra manada durante tu ausencia, ya lo verás hijo, Loto de Luna y Luna Azul, no podrán tener un mejor alfa absoluto que este muchacho ―intervino Adriano, quien entraba por la puerta abierta de la oficina ―Este muchacho se entregó en cuerpo y alma al trabajo ――Puedo verlo ―dijo Alastor colocando sus manos sobre un pequeño montón de documentos que Neilan había preparado para él ―Parece que tus únicas preocupaciones fueron los ataques de salvajes, ¿no es así, papá? ――Así es ―dijo Adriano ocupando el lugar junto a Dante ―El chico dejó todo en orden antes de marcharse, por lo que Neilan y yo apenas intervenimos en el trabajo de Luca, como bien dices, nos centramos en la manada, Elliot, Gino y Jaden, por su parte, se encargaron de
Ante sus palabras, todos los miembros de Luna Azul se apresuraron a acercarse a Dante, quien sonrió al sentirse reconfortado por el cariño de su gente, aun que no pudo evitar notar que algunos optaban por mantener la distancia debido al enorme lobo que se encontraba detrás de él, el cual, observaba atentamente a su alrededor.―Por favor, muestren su respeto al rey licántropo ―pidió Dante girándose en dirección de Maoz, quien se había sentado sobre sus patas traseras ―El rey, Máximus Nicolaou ―Ante sus palabras, el campo entero se llenó de murmullos y jadeos llenos de sorpresa, los cuales, Dante sabía provenían de su gente, pues los de Loto de Luna, ya habían convivido con Máximus la noche anterior.―Se los agradezco ―dijo Máximus cuando todos los guerreros presentes, incluyendo los de Loto de Luna, se inclinaron ante su presencia ―Es un placer conocerlos y el poder estar entre ustedes, por favor, continúen con sus prácticas ―pidió con amabilidadAnte sus palabras, Dante asintió en di
Sintiéndose motivado por la mirada decidida de su contrincante, con una sonrisa emocionada, Dante no tardó en colocarse nuevamente en su postura de ataque.Incontables veces habían sido las que había enfrentado a Alastor, y ahora, podía darse cuenta de que, muchas, fueron las veces en las que el alfa se había contenido.Y es que, en aquel combate, los ojos de Alastor lucían diferentes. Brillaban de emoción y, sin duda, le gritaban que no pensaba perder aquel combate, cosa que él tampoco podía permitirse.Esa noche se convertiría en alfa, por lo que debía mostrarle a su manada y a los guerreros que lo acompañarían a la batalla, que él era digno del puesto y que podían confiar plenamente en él.Decidido a probarse, Dante tomó la iniciativa y se lanzó directamente hacia Alastor, quien no pudo evitar sorprenderse por el cambio del joven, quien siempre solía pelear más a la defensiva.El combate fue extenso, y si bien Dante había logrado derribar a Alastor, ninguno volvió a conseguirlo, po