El primero en salir de la librería, fue Máximus, quien ni si quiera dudó en adoptar su forma híbrida.Estaba convencido de que, sin duda, muy pocos soldados e incluso salvajes, tendrían el valor de atacarlo en aquella forma.Los pocos lobos que se atrevieron a atacar al grupo eran sometidos con facilidad por Maoz, quien, tras noquear a un enemigo, gruñía con ira, lo que sólo lograba desalentar a otros.Al llegar al edificio, Tahiel y Máximus entraron al edificio sólo para descubrir que el edificio era en realidad un complejo de departamentos y que, en él, aún había gente que corría desesperada en busca de refugio.― ¡Por Selene! ¡Es su majestad! ―gritó un hombre, el cual, llevaba en sus brazos a un niño de no más de dos años― ¿Su majestad? ¿De qué carajos hablas Roger? Deja de decir tonterías, debemos darnos prisa e ir… ―Interrumpiendo las palabras del hombre, el sujeto llamado Roger señaló en dirección de Máximus antes de realizar una reverencia.― ¿Qué…? Majestad… ―murmuró el homb
Ante las palabras tan seguras de Gerard, Máximus asintió y dirigió su mirada hacia las calles por donde se acercaban los convoyes, sin embargo, al ver a lo que se refería el joven hechicero con impedir que aquellos lobos pasasen, el rey jadeó con sorpresa.Como si de una especie de cuento se tratase, de las entrañas de la tierra, pronto comenzaron a emerger grandes ramas repletas de espinas, las cuales, comenzaron a bloquear todas las calles que llevaban al enfrentamiento central.―Demonios, Gerard, eres increíble… ―susurró Máximus al ver como la manzana entera comenzaba a quedar aislada―Lo increíble aquí, es la enorme cantidad de soldados que siguen al consejero Arioch, si le soy honesto, jamás había visto algo así ―dijo Gerard con un suave quejido dolorido― ¿Estarás bien? ―preguntó Máximus al notar que, con cada segundo que pasaba, Gerard iba palideciendo―Si majestad ―dijo Gerard sin abrir los ojos ―En realidad, este conjuro no es la gran cosa, pero ese maldito está conjurando un
Sin entretenerse, Maoz continuó sorteando las escaleras y a los pocos civiles que aún corrían despavoridos por todo el lugar en busca de algún vecino generoso que les proporcionara refugio.Al llegar a la puerta principal, Máximus se sorprendió que, tanto Wyatt como Tasso, vigilaban la entrada al edificio en su forma humana, lo que le indicó que ambos lobos, se habían deshecho de todos sus enemigos, al menos, de aquellos que los habían visto entrar.“Sin duda, mi hijo es un gran alfa…”―Majestad ―dijeron Tasso y Wyatt al verlo acercarse― “Venga, debemos alcanzar a mi hijo, síganme” ―les dijo por medio del enlaceFieles a la indicación de su alfa, Wyatt y Tasso siguieron a Máximus por las pequeñas callejuelas del hermoso distrito de Altalune.Debido a que aquella ocasión Maoz llevaba sobre su lomo al hechicero, Wyne y Tahiel fueron los encargados de que el avance del rey no fuera interrumpido por nadie, incluso, algunos lobos aliados, al verlos pasar, se apresuraban a ayudarlos.Si bi
― ¿Qué sucede Alastor? ―preguntó Wyatt al ver que su amigo y alfa, suspiraba aliviado tras negar con la cabeza―Nada, yo… Gracias por la intervención, necesitaba un respiro ―masculló al mismo tiempo que apretaba su herida― ¿Por qué no dijiste nada antes? ―preguntó Wyatt al ver como el color iba abandonando las mejillas de Alastor ―Quizás…. Quizás debimos haber enviado a los chicos con Iva ――No ―dijo Alastor negando con la cabeza ―Anna desea estar cerca en caso de… Bueno, ya saben… En caso de que algo grave pase ――Y el pequeño Ares no se iría sin ella ―al ver asentir a Alastor, Wyatt suspiró ―Entonces… Recemos porque esté bien y sólo sea cosa del estrés…――Sí… Pero, Tasso, apenas esto termine, por favor, ve a buscar a Iva y tráela aquí ―le pidió Alastor al lobo―Como tú digas muchacho ――Sólo un poco más hermano, ¡resiste! ―exclamó Máximus cuando los alaridos de Arioch empeoraron― ¡¡CÁLLATE!! ―rugió Chaos ―No somos… ――Por favor Arioch, resiste… ――Por la diosa, Alastor, ¿qué clase
Al saber que Alastor no hablaba solo de forma metafórica, Máximus negó con la cabeza.Si al final de todo resultaba que Arioch realmente había herido a su cachorro, comenzaría a replantarse el llamar al consejo.― ¿Qué fue lo que te distrajo hijo? ―le preguntó a Alastor, cuyo semblante, no cambió―Es Iva ―dijo Alastor, negándose a dar más información frente a Arioch―Ella… ¿Está en tu territorio? ―preguntó el consejero―No ―respondió Alastor sin más―Entiendo… ――Termina con esto Arioch ―intervino Máximus ―Acaba con esta guerra ――No puedo, no es tan simple… ―― ¿Y por qué no? ―preguntó Alastor con brusquedad―No me malentiendas Al… Perdón, quise decir, Alastor ―se apresuró a corregirse Arioch al ver que el semblante de su sobrino pasaba de la indiferencia a la ira ―Samael le sugirió a Chaos imponerles una orden a los soldados… ―― ¿Cuál es? Tal vez yo pueda cancelarla ―dijo Máximus―No puedes… ―masculló Arioch ―Ellos no se detendrán hasta que yo muera o hasta que ustedes dos sean cap
Sin saber como rebatir las palabras de su hermano, Máximus suspiró antes de sentarse a su lado.―Dime una cosa Arioch ―pidió Máximus tras un breve silencio ― ¿Lamentas algo de lo que hiciste antes de perder el control? ――Sí ―susurró Arioch ―Lamento mucho haber sido un imbécil y haber elegido confiar en Samael, sobre todo, me arrepiento tanto de haber sido tan horrible con Alastor, él confiaba en mí, me quería, y yo… Diosa, no entiendo como fui capaz de traicionar a mi propia familia ―― ¿Por qué elegiste creer en Samael? ――Cuando reconociste a Idylla, yo quedé relegado, lo que sólo logró despertar los celos de Chaos, quien sintió que nos abandonaste, pues tu atención se centró en tu compañera y en tu futuro reinado, y al ser dominado por aquellas emociones, yo me volví más irritable, sin embargo, tras conocer a Samael y la vida de libertinaje que él vivía, de alguna manera, eso apaciguó la furia de Chaos ―explicó Arioch antes de soltar un amargo suspiro ―A su lado, me sentía complet
Ante las palabras de su hermano, Arioch frunció el ceño y clavó su mirada en él.― ¿Y si intento cancelar mi orden? ―preguntó Arioch ―Así Keren no tendría por qué venir ―― ¿Intentar? ―preguntó Gerard ― Disculpe, pero ¿qué orden les dio a los soldados? ――Chaos ordenó que, sin importar lo que suceda, el ataque no debería detenerse, que los invasores debían ser eliminados, y que el rey y su hijo debían ser capturados, que debían… ―― ¿Qué debían qué? ―preguntó Máximus cuando Arioch no continuó―Que debían ignorar cualquier otra orden… Y que, si yo moría o era capturado, ellos debían abandonar Arcadia ――Vaya, esa es una orden muy exacta… ―suspiró Gerard antes de mirar a Máximus ―Creo que, sin duda, vamos a necesitar la ayuda de la princesa, pero… Bueno, tenemos un pequeño problema ―― ¿Cuál sería? ―preguntó Máximus―No puedo abrir un portal justo ahora, no he descansado lo suficiente y mi magia no se ha recuperado por completo ―respondió Gerard con frustración ―Si tan sólo pudiéramos c
―Sé que lo harás cariño, y no te preocupes por nada, tú familia está para protegerte ―le susurró Máximus al mismo tiempo que acariciaba su cabello―Vamos, date prisa ―le dijo Gerard a Gael ―Cruza ahora o te quedarás sin energía ――Ya voy, ya voy ―dijo Gael, quien se puso de pie con dificultad―Vamos hechicerete, no los hagas perder el tiempo ―dijo Gino al levantarlo por un brazo―Que lento eres ―dijo Lysander, quien lo sujetó del otro―Diosa, no podían dejarlos ir solos, ¿verdad? ―preguntó Gael―Claro que no, basta de dejarnos fuera ―dijo Lysander sonriéndoleAnte las palabras de los dos betas, Gael sonrió y les agradeció por su ayuda, pues él, aún se encontraba débil, y estaba convencido de que el pequeño seguro que había puesto, de poco le hubiera servido si hubiera tenido que cruzar solo.―Esta vez si se cerró solo, ¿verdad? ―preguntó Lysander cuando el portal se cerró detrás de ellos―Sí, el tiempo se agotó ―dijo Gerard, quien se apresuró a sujetar a Gael ― ¿Se encuentra bien jove