― ¿Quién es? ―preguntó Anna sobresaltándose cuando alguien llamó a la puerta de su ducha, sin embargo, al no recibir respuesta, la joven sonrió ― ¿Eres tú, Emma? ―preguntó con voz quedaComo respuesta, Anna recibió dos toquidos más.―Vale, ya salgo linda ―Apresurándose, Anna se enjuagó la cara, se palmeó las mejillas un par de veces, y se dio una ducha rápida antes de cerrar la llave.Anna ya llevaba una semana y media trabajando en el palacio, y si bien era difícil realizar sus deberes debido al acoso de las criadas de Mendel y Arioch, la joven se había encontrado a varios aliados.El primero y el que más valoraba, era al hijo de Eros Fotia, Nero Fotia, quien al ser el futuro gran beta, trabajaba prácticamente a diario con Zeth, por lo que Nero y ella, pasaban demasiado tiempo juntos.El siguiente dúo, habían sido Aidée y su cachorra, Emma.La lobata tenía once años recién cumplidos. Era dulce y amable, sin embargo, la niña no podía hablar, por lo que, en lugar de ir a la escuela, E
Ante el tono preocupado de Nero, Anna esbozó una pequeña sonrisa al recordar que Gino solía usar un tono similar cuando algo le preocupaba. Pensar en aquello, la hizo preguntarse si Nero y Gino se llevarían bien. ―Puedo cuidarme sola perfectamente ―dijo Anna recuperando su papel ―Perdona, pero si yo no hubiera llegado a tiempo, ese rostro tuyo estaría marcado, sin embargo, no creo que sean las criadas las que preocupen al joven Zeth ―dijo Nero sentándose en la parte lisa de los lavamanos antes de ayudar a subir a Emma ― ¿Hablas de Mendel? ―preguntó Anna ―Precisamente ―dijo Nero ―El consejero podrá ser un mujeriego, sin embargo, creo que tiene su tipo, y tú, definitivamente no lo eres ― ―Pues claro, no soy una perra sin corazón ―dijo Anna con ironía, haciendo reír a Emma y a Nero ―Esa es buena ―dijo Nero entre risas ―Pero me refería a tu edad, se dice que su excelencia no se mete con nadie menor de veinticinco, el hechicero por otro lado, bueno, digamos que tiene un historial bas
―Por favor, joven Zeth, no se preocupe por cosas tan pequeñas, sé que usted tiene cosas más grandes entre manos… ―Ante el doble sentido en la inocente frase de la joven, ella y Zeth soltaron una carcajada, una que, si bien le hizo gracia, provocó que Nero arqueara una ceja.Durante el trayecto, Zeth estuvo haciendo varias llamadas, entre ellas, llamó a su oficina para avisar a su secretaria que llegaría un poco más tarde de lo que había planeado, por lo que pidió que sus citas fueran movidas para otro día.También, Zeth solicitó que John fuese convocado, pues en próximos días, tendría que salir de la isla para realizar un pequeño viaje de negocios, información que sorprendió a Anna.Siendo incapaz de hablar del tema con Zeth debido a que este se mantenía ocupado, Anna optó por disfrutar la vista que la ciudad de Arcanis le ofrecía, lo que, de alguna manera, hizo su viaje más ameno.Cuando finalmente llegaron al centro de la ciudad, por petición de Zeth, Nero se detuvo en un pequeño a
Permitiendo que el joven asimilara la situación, Anna y Zeth guardaron silencio, sin embargo, al ver que el lobo no podía articular palabra alguna, Zeth gruñó.―Nero, ¿puedes escucharnos ahora? ―preguntó Zeth señalando la única silla frente al escritorio―No, yo no podría ―masculló Nero girándose hacia Anna ―Por favor princesa, siéntese usted ―― ¿Escuchaste Zeth? Me habló de usted, a mí, a una criada ―dijo Anna riendo―No… Yo… ¡Lo lamento mucho alteza! ―se disculpó Nero haciendo repetidas reverencias―Ella solo bromea Nero ―dijo Zeth sonriendo ―Sabemos que no eres de ese tipo, ya te acostumbrarás al carácter de Anna, digo, si estás interesado en proteger a tu princesa dentro del palacio ―― ¡Por supuesto! ¡Lo estoy! ―Ante la disposición de Nero, Anna y Zeth sonrieron complacidos.―De verdad, siéntate, Nero ―pidió Anna señalando la sillaPese a lo dubitativo que se sentía, Nero tomó asiento, sin embargo, se aseguró de no darle la espalda a Anna.―Escucha Nero, tanto la identidad de A
Al ver que la preocupación se apoderaba del rostro de Anna, Armin apretó su mano.―Tranquila, debe ser tu compañero, antes de que Zeth dejara el café, lo escuché hablar con Damián ―― ¿El cadete Reed es su compañero? ―preguntó Nero con sorpresa―En realidad, Nero, mi nombre es Dante Benedetti ―dijo el joven al entrar a la oficina― ¿Cómo llegaste tan rápido? ―preguntó Armin frunciendo el ceño ―Incluso si eres su compañero, ser un acosador es algo repugnante ――No la estaba siguiendo ―gruñó Dante ―Sander y yo salimos de los campos para llevarle un paquete a al capitán Lamar, íbamos de regreso al palacio cuando Zeth me llamó ―― ¿Qué escusa usaste para no volver? ―preguntó Gael, quien iba justo detrás de él―Ninguna, estoy en tiempo libre, aún soy un cadete ―dijo Dante dirigiéndose a Anna, quien se apresuró a ir a refugiarse entre sus brazos―Eso pronto cambiará ―dijo Armin ―La verdad es que me cuesta creer que las cosas estén saliendo tal y como se planearon ――No empieces con tu negat
Sintiéndose aliviado de no haberse creado una mala imagen ante la princesa, Nero soltó un suspiro y sonrió antes de apresurarse a dejar la oficina para unirse al resto, quienes se habían sentado en una pequeña mesa de acero.―Ah, sobreviviste ―dijo Gael mientras se colocaba su reloj, lo que lo hizo adoptar su apariencia falsa de Gabriel ―Me alegro mucho por eso ――Tengo mis dudas al respecto ―masculló Nero al tomar la taza con café que Anna le ofrecía ―Muchas gracias, Anna ―dijo tímidamente―No hay de qué ―dijo Anna alegremente antes de sentarse sobre el regazo de su compañero, quien la tomó de la cintura y la besó tiernamente en la mejillaTras lo que fueron quince minutos de espera, Armin preparó algunos croissants con queso crema y jamón, lo que, si bien era algo sencillo, bastaron para hacer salivar a Anna.Justo cuando la joven iba a dar su primer bocado, alguien llamó a la puerta trasera, algo que, inevitablemente, la hizo gruñir.―Deben ser ellos ―dijo Dante besando la sien de
Tras decir su nombre, el hombre le dedicó una profunda reverencia.―No, el honor es mío señor Eros ―dijo Anna alegremente, provocando que Eros se irguiera en el acto para dedicarle una sonrisa, sonrisa que poco a poco se desvaneció―Lamento mi indiscreción princesa, pero ¿sabe algo del rey? ¿lo ha encontrado? ――Sí Eros, encontramos a mi abuelo, él se encuentra bien ――De hecho, se nos pidió que los lleváramos con él ―intervino Dante― ¿Habla en serio? ―preguntó Eros con emoción―Sí ―dijo Anna ―Mi abuelo aún se está recuperando, por lo que muy seguramente, su presencia lo alegrarán bastante ――La alegría será mutua ―dijo Eros soltando un suspiro aliviado―Siendo ese el caso, lo mejor es que se marchen ―dijo Gael, quien, en ese momento, se apresuraba a asomarse al local desde la puerta de la cocina ―Tenemos visitas indeseadas ―masculló con fastidio― ¿Joel? ―preguntó Anna― ¿Quién más llamaría a la puerta cuando el letrero en el cristal dice “volvemos enseguida”?―Salgan por el callejó
Tras lamer el rostro de la joven un par de veces, Maoz dirigió su cabeza hacia los recién llegados.Justo frente a él, estaba el que, alguna vez, fue su beta y su mejor amigo.―Majestad ―dijo Eros colocándose sobre una de sus rodillas ―Me alegra tanto verlo con bien ―dijo con la voz ligeramente quebrada al mismo tiempo que llevaba su mano derecha a su pecho e inclinaba la cabezaComo respuesta, Maoz volvió a agitar su cola, por lo que, con suavidad, empujó a Anna con su hocico, provocando que la joven se apresurara a apartarse de él unos cuantos pasos, dándole el espacio justo para que el rey, volviera a su forma humana.―Deja el formalismo viejo amigo ―dijo Máximus con una pequeña sonrisa ―No sabes la alegría que siento al volver a verte ――Max ―susurró Eros antes de ponerse de pie―Puedo saber, ¿qué haces aquí? ―preguntó Máximus con un jadeo, pues Anna, se había apresurado a abrazarlo―Mi hijo, Cole y yo vinimos a buscarte Max ―dijo Eros enjuagándose las lágrimas ―No sabíamos que ya