Ante el rostro afligido de Máximus, Anna suspiró y se apresuró a sentarse en una de las sillas frente al escritorio.―Tranquilo, tómalo con calma abuelo ―dijo la joven con amabilidad ― ¿Qué tal si mejor nos cuentas qué fue lo que pasó entre Arioch y tú? Me preocupa eso que dijiste sobre dejarlo morir… Acaso… ¿Sabes por qué te mintió? ――El por qué me mintió, no lo sé pequeña, es algo que no logro entender ―dijo Máximus con evidente tristeza ―De jóvenes, Arioch y yo éramos muy unidos, íbamos a todos lados juntos, e incluso, al ser el mayor, mi padre pensó en nombrarlo rey heredero a él, sin embargo, conforme fuimos creciendo, Arioch fue cambiando de actitud, y mi padre, el antiguo rey, Arsen, cambió de opinión y finalmente me nombró a mí como su heredero… ―― ¿A qué te refieres con que cambió? ―preguntó Anna―Arioch siempre fue un niño amable, era responsable y sumamente dedicado, desde muy joven, mostraba preocupación por todos los isleños, por lo que siempre fue muy querido por todos
Ante la pregunta de su nieta, Máximus asintió lentamente, provocando que Anna jadeara.―Me lo confesó él mismo ―dijo el rey enderezándose en su asiento ―Arioch dijo haberse sentido culpable todo ese tiempo, y como es natural, yo le creí, pues después del ataque, mi hermano pasó mucho tiempo encerrado en su habitación sin hablar con nadie.» Cuando me confesó todo, me explicó que el día en que cumplió dieciséis años y Chaos finalmente se manifestó, él perdió control sobre sus emociones negativas y que, para empeorar su situación, Chaos había nacido con un don, el cual, es el de hablar con los salvajes, algo que descubrió cuando hizo un viaje con mi padre a Sangre Protectora ――Pensé que sólo los licántropos tenían ese tipo de dones ―dijo Emmet―Si bien Arioch no puede considerarse un licántropo puro, él sigue teniendo la sangre de uno ―dijo Máximus clavando sus ojos en Anna―Bueno, ahora que sabemos eso, creo que ya se explica el motivo del por qué, en cada asalto que dimos, el ejércit
Aturdido por lo que acaba de escuchar, Máximus tomó las dos aspirinas que Emmet le había llevado, y tras un largo trago de agua, el rey clavó sus ojos en su nieta.―Anna, mi pequeña, me estás diciendo que mi hermano, Arioch Nicolaou, ¿planea acabar conmigo y mi familia? ――Es lo que creemos, sí ―dijo Anna con tono afligido―Por la sagrada diosa, ¿en qué estás pensando Arioch? ―murmuró Máximus antes de dirigir su mirada hacia el hechicero ―Emmet… ―― ¿Sí, su majestad? ―― ¿Qué necesito hacer para mejorar? ―preguntó con angustia ―Yo… Debo ayudarlos a recuperar a mi hijo y al resto de mi familia ――No necesita hacer nada más que descansar ―dijo Emmet sonriéndole ―Mi compañero y yo hemos conseguido eliminar todo el acónito en su organismo, el resto, depende completamente de usted, ya que, con la ayuda de Amara, su lobo, Maoz, ha comenzado a fortalecerse ―― ¿Amara? ―preguntó Máximus―Es el nombre de mi loba abuelo ―intervino Anna al mismo tiempo que tomaba un abrecartas ―Amara me bendijo
― ¿Quién es? ―preguntó Anna sobresaltándose cuando alguien llamó a la puerta de su ducha, sin embargo, al no recibir respuesta, la joven sonrió ― ¿Eres tú, Emma? ―preguntó con voz quedaComo respuesta, Anna recibió dos toquidos más.―Vale, ya salgo linda ―Apresurándose, Anna se enjuagó la cara, se palmeó las mejillas un par de veces, y se dio una ducha rápida antes de cerrar la llave.Anna ya llevaba una semana y media trabajando en el palacio, y si bien era difícil realizar sus deberes debido al acoso de las criadas de Mendel y Arioch, la joven se había encontrado a varios aliados.El primero y el que más valoraba, era al hijo de Eros Fotia, Nero Fotia, quien al ser el futuro gran beta, trabajaba prácticamente a diario con Zeth, por lo que Nero y ella, pasaban demasiado tiempo juntos.El siguiente dúo, habían sido Aidée y su cachorra, Emma.La lobata tenía once años recién cumplidos. Era dulce y amable, sin embargo, la niña no podía hablar, por lo que, en lugar de ir a la escuela, E
Ante el tono preocupado de Nero, Anna esbozó una pequeña sonrisa al recordar que Gino solía usar un tono similar cuando algo le preocupaba. Pensar en aquello, la hizo preguntarse si Nero y Gino se llevarían bien. ―Puedo cuidarme sola perfectamente ―dijo Anna recuperando su papel ―Perdona, pero si yo no hubiera llegado a tiempo, ese rostro tuyo estaría marcado, sin embargo, no creo que sean las criadas las que preocupen al joven Zeth ―dijo Nero sentándose en la parte lisa de los lavamanos antes de ayudar a subir a Emma ― ¿Hablas de Mendel? ―preguntó Anna ―Precisamente ―dijo Nero ―El consejero podrá ser un mujeriego, sin embargo, creo que tiene su tipo, y tú, definitivamente no lo eres ― ―Pues claro, no soy una perra sin corazón ―dijo Anna con ironía, haciendo reír a Emma y a Nero ―Esa es buena ―dijo Nero entre risas ―Pero me refería a tu edad, se dice que su excelencia no se mete con nadie menor de veinticinco, el hechicero por otro lado, bueno, digamos que tiene un historial bas
―Por favor, joven Zeth, no se preocupe por cosas tan pequeñas, sé que usted tiene cosas más grandes entre manos… ―Ante el doble sentido en la inocente frase de la joven, ella y Zeth soltaron una carcajada, una que, si bien le hizo gracia, provocó que Nero arqueara una ceja.Durante el trayecto, Zeth estuvo haciendo varias llamadas, entre ellas, llamó a su oficina para avisar a su secretaria que llegaría un poco más tarde de lo que había planeado, por lo que pidió que sus citas fueran movidas para otro día.También, Zeth solicitó que John fuese convocado, pues en próximos días, tendría que salir de la isla para realizar un pequeño viaje de negocios, información que sorprendió a Anna.Siendo incapaz de hablar del tema con Zeth debido a que este se mantenía ocupado, Anna optó por disfrutar la vista que la ciudad de Arcanis le ofrecía, lo que, de alguna manera, hizo su viaje más ameno.Cuando finalmente llegaron al centro de la ciudad, por petición de Zeth, Nero se detuvo en un pequeño a
Permitiendo que el joven asimilara la situación, Anna y Zeth guardaron silencio, sin embargo, al ver que el lobo no podía articular palabra alguna, Zeth gruñó.―Nero, ¿puedes escucharnos ahora? ―preguntó Zeth señalando la única silla frente al escritorio―No, yo no podría ―masculló Nero girándose hacia Anna ―Por favor princesa, siéntese usted ―― ¿Escuchaste Zeth? Me habló de usted, a mí, a una criada ―dijo Anna riendo―No… Yo… ¡Lo lamento mucho alteza! ―se disculpó Nero haciendo repetidas reverencias―Ella solo bromea Nero ―dijo Zeth sonriendo ―Sabemos que no eres de ese tipo, ya te acostumbrarás al carácter de Anna, digo, si estás interesado en proteger a tu princesa dentro del palacio ―― ¡Por supuesto! ¡Lo estoy! ―Ante la disposición de Nero, Anna y Zeth sonrieron complacidos.―De verdad, siéntate, Nero ―pidió Anna señalando la sillaPese a lo dubitativo que se sentía, Nero tomó asiento, sin embargo, se aseguró de no darle la espalda a Anna.―Escucha Nero, tanto la identidad de A
Al ver que la preocupación se apoderaba del rostro de Anna, Armin apretó su mano.―Tranquila, debe ser tu compañero, antes de que Zeth dejara el café, lo escuché hablar con Damián ―― ¿El cadete Reed es su compañero? ―preguntó Nero con sorpresa―En realidad, Nero, mi nombre es Dante Benedetti ―dijo el joven al entrar a la oficina― ¿Cómo llegaste tan rápido? ―preguntó Armin frunciendo el ceño ―Incluso si eres su compañero, ser un acosador es algo repugnante ――No la estaba siguiendo ―gruñó Dante ―Sander y yo salimos de los campos para llevarle un paquete a al capitán Lamar, íbamos de regreso al palacio cuando Zeth me llamó ―― ¿Qué escusa usaste para no volver? ―preguntó Gael, quien iba justo detrás de él―Ninguna, estoy en tiempo libre, aún soy un cadete ―dijo Dante dirigiéndose a Anna, quien se apresuró a ir a refugiarse entre sus brazos―Eso pronto cambiará ―dijo Armin ―La verdad es que me cuesta creer que las cosas estén saliendo tal y como se planearon ――No empieces con tu negat