Ante la voz del niño Byron recuperó su forma humana para estudiar la situación.Fuera de la finca del rey, se estaba librando una feroz batalla entre los jóvenes alfas y algunas Lunas contra el ejército imperial del consejero Arioch.Hasta ese momento, los jóvenes alfas habían mantenido a sus rivales a raya, sin embargo, la cantidad de lobos era demasiada como para poder controlarlos a todos, por lo que no le extrañó que la barrera protectora terminara cediendo.― ¡Jasper, ve por Gael y llévalo adentro! ¡Escuadrón B, cúbranlo! ―le ordenó Byron al lobo de Jared, el cual corrió directamente hacia Gael siendo seguido por seis lobos más ―Ella, cariño, tú ayuda a la Luna Dubois y lleva a Anna y a los chicos al interior de la finca――Como digas ―respondió Ella, quien corrió en dirección a Anna ―Lleve a los cachorros, yo me encargo de mi joven alfa ―le dijo a Raine―Vale, vamos ―respondió Raine, quien tomó la mano de los dos niños y se apresuró a correr a la puerta principal―No temas, los g
Al escucharlas, Armin sonrió.Pese a que se encontraban en plena guerra, él podía sentir el alivio de la familia real.Y es que, con cada minuto que pasaba, con cada enfrentamiento que sucedía en la isla, la familia real poco a poco comenzaba a recuperar lo que le pertenecía, sobre todo, se habían comenzado a recuperar los unos a los otros.―Mi princesa ―susurró Idylla, quien se sentó junto a Anna una vez que Armin la depositó sobre una de las camas del refugio ―Fuiste muy valiente… ――Abuela ―la llamó Ares― ¿Qué sucede mi pequeño? ――Mi hermana mató a muchos soldados, crees que… ¿Crees que la gente pueda llegar a pensar mal de ella? ―preguntó Ares con timidez ―No fue su culpa ――La gente no pensará mal de ella cielo ―respondió Idylla ―Ella luchó para protegernos… ――Pero, ella… ――No importa como lo pongas joven príncipe ―intervino Joel, quien había ocupado un lugar en un sillón cercano junto a su hermano y a Alice, quien había comenzado a sacar utensilios de un botiquín que se enc
Mientras que en la finca se libraba una feroz batalla, en el palacio de Interlunio, Alastor y Dante tenían sus propios problemas, pues si bien ya habían alcanzado a sus objetivos, aún no lograban escapar del interior del palacio.Debido a las infernales llamas, salir por el mismo lugar por el que habían entrado resultó imposible, por lo que, en ese momento, ambos corrían por el cuarto piso del palacio, directamente a una torre de vigilancia.― ¿Cómo te sientes, Dante? ―preguntó Alastor, quien llevaba sobre su espalda a Varena, quien, a su vez, sujetaba un paño húmedo sobre la nariz y boca de Alastor―Estoy mejor ―dijo Dante, quien llevaba a cuestas a un semiconsciente Holt, lo cual, dificultaba su avance por aquel infierno― ¿Cómo va la ira? ―preguntó Alastor señalando con la cabeza una habitación que aún se encontraba a algunos metros de ellos―Ha desaparecido por completo ―masculló Dante, quien le dirigió una rápida mirada a Alastor, más específicamente, a un pequeño rasguño sobre s
Sin decir nada, Varena asintió antes de buscar al lobo de Svein, el cual, se encontraba encabezando al grupo a la vez que se abría camino entre los lobos espectrales que seguían apareciendo.―Espero que salgamos pronto de aquí, de lo contrario, comenzarán a superarnos ―dijo Holt en un quejido al intentar erguirse ―Si tan solo pudiera transformarme ―― ¿Tan mal te dejaron unos meros civiles? ――No fueron civiles, fueron los hombres de Norbert ―gruñó Holt― ¿Los hombres del capitán? ―preguntó Varena con incredulidad―Sí ―respondió Holt con simplezaNo quería recordar aquella tarde, sin embargo, cada que cerraba los ojos, visiones del sorpresivo asalto inundaban su mente.Aquel día, había sido un infierno para él.Aburrido de su trabajo de vigilar aquella vieja finca, Holt volvió un par de horas antes de que su turno terminara y se dirigió a la ciudad para comprar un par de botellas de su vino favorito, el cual, no tuvo la fortuna de probar, pues, nada más poner un pie dentro de su base,
Aturdido por las palabras del demonio, Alastor se giró hacia Dante, lo que sólo le permitió ver reflejada su propia sorpresa y confusión en el rostro del joven.Sí. Habían comenzado a dar por hecho que Arioch estaba siendo manipulado por el hechicero, pero sin duda, ninguno esperaba que el propio lobo estuviese involucrado en su comportamiento.― ¿Cómo puede ser Chaos el responsable? ―preguntó Alastor―Por supuesto no es su culpa, al menos, no enteramente ―respondió Paimon ―Chaos es un cachorro que fue forzado a nacer, por ende, la criatura llegó a este mundo sin un propósito, se podría decir, que sólo era y es un cachorro perdido que encontró refugio en un hombre que lo ha estado engañando todo este tiempo, además, que el pobre cargue con una maldición de ira incontrolable no ayuda a su situación en absoluto ―explicó antes de dirigir su mirada hacia la entrada del palacio, justo por donde comenzaban a escucharse algunas voces―Esa maldición sólo nos afecta a los licántropos ―dijo Ala
Ante su sincronía, padre e hijo se miraron divertidos, incluso, algunas risas se escucharon detrás de ellos.―De acuerdo ―dijo Máximus cuando Einar y el resto se marcharon ―Ahora explícame que fue lo qué pasó aquí ―Soltando un amargo suspiro, Alastor asintió y comenzó a relatarle todo lo que había pasado desde la aparición de Paimon, incluso, repitió una a una las palabras que el demonio le había dicho, lo que provocó que Máximus frunciera el ceño.― ¿Debemos matar al lobo de Arioch? ―preguntó el rey ―No lo sé hijo, no sé si debamos confiar en las palabras de un demonio, además, para hacer eso necesitamos a un hechicero y los que conocemos están ocupados ahora mismo, creo que deberíamos continuar con lo planeado, algunos de tus aliados están por alcanzarnos, si Arioch se marchó a Altalune, creo que no deberíamos perder más tiempo ――Espera, ¿algunos? ¿Qué pasó en Arcanis papá? ―preguntó Alastor con preocupación―Cuando llegamos a la ciudad, el líder de la resistencia me estaba espera
Cuando Dante se marchó, Alastor no tuvo que esperar mucho por la llegada del resto de sus aliados, por lo que comenzó a explicar los pasos a seguir a todos los presentes.Entre ellos, estaban los alfas Giovanni, Caden, Félix, Elías, Fallon, Andrea, Antón y aquellos reclutados por Basil, quienes eran los alfas, Henry, Ezra, Guy, Minoru y Pablo.Sumado a ellos, estaban los alfas Fazio, Luc, Rayner, Hoder, Stewart y Daiki.Todos y cada uno de ellos con sus respectivos guerreros.― ¡Príncipe Alastor! ¡Príncipe Alastor! ―comenzó a gritar un joven soldado que corría en su dirección por los abarrotados jardines del palacio― ¿Sander? ¿Hijo? ―preguntó Ragnar tras volver a su forma humana― ¡Papá! ―exclamó Sander, quien? por un breve momento, se olvidó de su misión y corrió a los brazos de su padre― ¿Estás bien? ―preguntó Ragnar sujetando el rostro de su hijo―Sí, tranquilo, estoy bien ―dijo Sander sonriéndole antes de girarse hacia Alastor, quien se acercaba a ellos con Máximus detrás de él
Con Anna y Gael inconscientes, y con una especie de tormenta azotando en el exterior, Alastor temió que Ares tuviera un ataque de pánico, por lo que decidió hablar con su cachorro hasta alcanzar a Dante.― “Cachorro, ¿me escuchas?” ―― “¿Papá? ¿Dónde estás?” ―preguntó Ares ― “Tengo miedo… Mi hermana no despierta…” ―― “Tranquilo hijo, ella estará bien” ―intentó calmarlo Alastor― “¿Dónde estás papá?” ―― “Estoy cerca, no temas, además, la tormenta pronto pasará” ―― “Vale” ―― “Dime, ¿qué haces justo ahora mi campeón?” ―le preguntó Alastor con cariño― “Ella, Emma y yo, estamos ayudando a mi abuela, aunque… Mis manos tiemblan mucho” ―― “¿Con qué estás ayudando a tu abuela?” ―― “Estamos ayudando a los heridos y repartimos vasos con agua…”― “¿Ayudas a tu manada y a la gente de Interlunio pese a la tormenta?” ―preguntó Alastor con genuina sorpresa, pues usualmente, su hijo se congelaba ante el estruendo de los truenos― “¡Sí!” ―exclamó Ares con emoción ― “Y también estoy ayudando a lo