En silencio y con los ojos clavados en el dispositivo, todos esperaron ansiosos la respuesta del antiguo rey de Arcadia.Cuando el primer timbre resonó, Anna tragó saliva. Al segundo, Gael y Zeth se aclararon la garganta al mismo tiempo. Al tercero, Ragnar se revolvió nervioso. Al cuarto, Máximus gruñó con fastidio, sin embargo, al quinto, una voz profunda y masculina atendió al fin.― “¿Sí?” ――Hola papá, habla Max ―― “¿Max? Por favor, ¿acaso cree que…?” ――Bajo aquella luna llena de diciembre, Selene aceptó mi juramento, y bendijo mi reinado con la más hermosa lluvia de estrellas… ―recitó Máximus― “Ay por la diosa… Max” ―susurró el hombre al otro lado de la línea ― “¡Eleonor! ¡Eleonor, ven aquí! ¡Es nuestro Max” ―Al escuchar a su padre gritar a todo pulmón, Máximus sonrió divertido.― “¿Max? Hijo, ¿de verdad eres tú?” ―preguntó una mujer, cuya voz, parecía indicar que estaba a punto de llorar―Sí mamá, soy yo, tu Maxi ―dijo el rey en voz baja, sin embargo, aquello no escapó a los
Ante las palabras de Anna y Gael, la habitación se sumió en un breve silencio.―Cuéntanos papá, ¿qué más pasó? ―preguntó Máximus al cabo de un rato― “Creo que lo sabes Max” ―dijo Arsen tras un suspiro ― “Tras su confesión, condené a Nimbrod a muerte por usar magia oscura en mi hijo, sin embargo, sus últimas palabras fueron las siguientes:“Aunque yo muera, no podrás cambiarlas cosas, Arioch fue concebido con el único propósito de eliminar a su propia familia, y por supuesto, el de condenar a los hombres lobo, y solamente porque yo así lo quise. Una vez que el poder del lobo esté completo, comenzará la cuenta atrás, primero, tu familia, después, los de tu raza” ―citó Arsen ―Honestamente, creí que solo blofeaba, pues según Tania, una maldición se elimina cuando su autor muere, por lo que creí que, con su muerte, todo terminaría, pero me equivoqué…» Tristemente, Arioch no mejoró, al contrario, su comportamiento fue empeorando, por lo que fui a buscar a Tania, quien me dijo que Arioch e
Aquella tarde, tras obtener algunas respuestas de parte de Arsen, el grupo de Zeth volvió al palacio prácticamente de inmediato para no levantar sospechas. Sin embargo, nada más poner un pie en el interior del palacio, Zeth y Nero fueron convocados por Arioch, mientras que Anna, se precipitó hacia la sala de música seguida de Sandrine y Dante, quien esta vez, era el encargado de vigilar su sesión.―Lamento llegar tarde maestro ―se disculpó Anna al entrar a la sala―No se preocupe mi señora, la princesa Keren me comentó que hoy estaría cumpliendo con sus deberes, así que, por favor, no se preocupe ―dijo Charles señalando el micrófono donde Anna solía practicar ― ¿Comenzamos? ――Si, maestro ―respondió Anna con una sonrisa antes de dirigirse a su puesto― ¿Tuvo un buen día señorita Carter? ―le preguntó Keren con curiosidad―Sí princesa, finalmente pude conocer el aeropuerto ―dijo Anna con emoción ―También visité la mansión del alfa Pavel y la del alfa Argenis, cuyas residencias están cas
Ante la evidente ira de Arioch, todos los presentes clavaron sus ojos en él, incluso, el propio Mendel, quien frunció el ceño brevemente antes de recuperar su semblante de siempre.―Ari, claro que respeto a nuestra futura reina ―dijo Mendel dirigiéndole una mirada traviesa a Anna, quien, para ocultar su irritación, optó por esconderse ligeramente detrás de Zeth―Guarda silencio ―lo regañó Arioch, lo que sólo provocó que el sonriente hechicero levantara las manos ―Por favor, tomen asiento ―le indicó a Zeth y a Anna señalando los lugares libres a su derecha―Siéntate linda ―le susurró Zeth al apartar una silla para ella―Por cierto, Anya, te ves muy linda esta noche ―la halagó Arioch―Gracias su excelencia ―dijo Anna con una pequeña reverencia―Nunca te lo pregunté Anya, ¿cómo fue que llegaste a Arcadia? ――Bueno, mis padres y yo llegamos en un ferri que partió de Sangre Protectora ―dijo Anna inclinando la cabeza ligeramente―Anya ¿llegaste por el puerto de Arzeth? ―preguntó Idylla―Si
Divertida ante las palabras del hechicero, Idylla hizo todo lo que estuvo en su poder para poder controlar su risa, pues, sabía de sobra que, si todo salía bien, su compañero pronto dejaría la isla con el resto de su familia para preparar el tan esperado golpe de estado.―Mendel, ha pasado un mes, ¿no te estarán engañando? ―preguntó Idylla con preocupación ― ¿Qué tal si ya se han llevado a Máximus lejos de la isla? ――Por favor ―se burló Mendel ―Reina mía, para engañarme, se necesitaría ser mucho más poderoso que yo, lo cual, debería aterrarte, pues ningún hechicero vivo en los sagrados aquelarres es más poderoso que yo ―dijo con soberbia ―La única excepción podría ser un maestro, sin embargo, como bien sabes, Idylla, querida, los hechiceros somos criaturas neutras, los únicos partidarios que ustedes tienen, son los hechiceros de los aquelarres protectores, así que dudo mucho que hayan sacado a Máximus sin que yo me enterase de ello ―dijo juguetonamente mientras meneaba su copa ―Puede
Confundida por su negativa, Anna se separó ligeramente de Zeth y clavó sus ojos en él.― ¿Por qué no? ――Porque ya había pensado en pedírtelo, sin embargo, la discusión de hoy me echó para atrás ―― ¿Qué? ―preguntó Anna retrocediendo varios pasos―Para serte sincero, no tengo idea de lo que voy a hacer una vez que ustedes se marchen, cada noche antes de dormir me hago la misma pregunta… “¿Cómo explicar la desaparición de mi compañera y del prisionero de Arioch?” ―preguntó Zeth negando con la cabeza ―Lo siento Anna, las cosas se complicaron desde que te reconocí como mi compañera, sin embargo, mi única prioridad era la de mantenerte a salvo, y por supuesto, sacarte de aquí junto al alfa y a Dante, la verdad, esperaba que, a estas alturas ya se me hubiese ocurrido algo, pero, si te soy honesto, estoy en blanco ―dijo riendo forzadamente ―De verdad, quería pedírtelo, pero, no sabía como lo tomarías, la verdad, me parecía algo injusto después de todo lo que has pasado… Después de todo lo q
― ¿Cómo sabe eso mi señora? ―preguntó Sandrine horrorizada―Por esto ―murmuró Anna dándose media vuelta para mostrarle su tatuaje ―En él, hay runas de protección, las cuales me protegen de hechizos y maleficios, además, están reforzadas con un hechizo rebote ―― ¿Hechizo rebote? ―preguntó Sandrine sujetándola del brazo al verla tambalearse―Sí… Según entendí, si alguien intenta ponerme un hechizo o una maldición, esta rebotará sobre el autor, supongo que por eso Zeth me dejó, debió haber visto al responsable por la ventana ―― ¿Cree que haya sido cosa del maestro Mendel? ――No ―se escuchó una voz detrás de ellas ―Él y Arioch aún no han regresado ――Dante ―gimoteó Anna antes de correr a sus brazos aún mojada―Tranquila ―le susurró él al cubrirla en un abrazo ― ¿Estás bien cariño? ――Estoy mejor ahora ―sollozó con algo de alivio al sentir los dedos de Dante recorrer su espalda―Aún está caliente ―murmuró con ira al sentir su piel arder justo en la zona del tatuaje ― ¿Aún te duele? ――Sí
Ante la suave y dulce voz de su abuela, Anna sonrió.Si bien la mujer luchaba por mantener su porte grácil y elegante, todo en su rostro gritaba lo preocupada que realmente estaba.―Estoy mejor su majestad, gracias por preocuparse ―dijo Anna con amabilidad ―Dígame, ¿comió algo ya? ¿Quiere acompañarme? ――Se lo agradezco señorita, pero ya comí ―dijo Idylla sonriendo ―Marianne, me quedaré con la señorita Anya un rato, por favor, ve a realizar tus deberes ――Está bien su majestad ―dijo Marianne dedicándole una profunda reverencia ―Señorita Anya, espero que pronto se recupere ―agregó antes de salir de la habitación― ¿De verdad te encuentras bien mi princesa? ―le preguntó Idylla al sentarse en una silla que Sandrine había acercado a la cama―Estoy bien abuela, pero me siento muy cansada ―bostezó Anna ―Además me duele mucho la espalda y no entiendo el motivo, me gustaría poder hablar con Gerard ―se quejó la joven ― ¿Estás segura de que no quieres nada? ―― ¿De qué es el té? ―preguntó Idyll