«Ubicación: Interlunio, la mañana siguiente.»Alrededor de las ocho de la mañana, todos los trabajadores del palacio de Interlunio trabajaban a toda velocidad para preparar lo necesario para la ceremonia de unión que se celebraría aquella tarde en una pequeña capilla, la cual, se encontraba ubicada en los jardines del palacio no muy lejos de los invernaderos.Debido a la destrucción que había dejado el huracán y los ataques rebeldes, todos los criados, iban de un lado a otro intentando reparar los daños causados en el interior del palacio, pues la estructura exterior, había sido gravemente dañada por granadas que los rebeldes habían conseguido del almacén de armamento del capitán Holt.A sabiendas de que nada más que un rey detendría a los rebeldes, Arioch decidió enviar a todos sus invitados a sus respectivos aposentos para que descansaran adecuadamente, pues la ceremonia de unión de Anya y Zeth, se celebraría sin contratiempos aquel día.Como Anna, Keren e Idylla también habían sido
Por fortuna o por desgracia, aquel día transcurrió sin problema alguno.En la capilla, todo estaba listo, los invitados, el sacerdote, y por supuesto, Arioch y Mendel.A diferencia de lo que se esperaría de los invitados, que, si bien vestían sus mejores galas, la mayoría de ellos, lejos de lucir alegres por la unión del futuro rey con su reina, lucían rostros ansiosos, incluso, hasta preocupados.Los aliados de Alastor, incluso habían pensado en intervenir, pero por petición de Anna, terminaron no haciéndolo.El resto, los que no tenían idea de lo que estaba pasando, veían aquella ceremonia como una bendición, pues creían que la calma y el balance entre lobos, por fin volvería a Arcadia.Anna, por otro lado, al no tener noticias de Dante o de su padre en todo el día, había comenzado a dudar de lo que había escuchado la noche anterior. Incluso, comenzaba a creer que su abuela tenía razón.Las dos noches anteriores, las había pasado en alerta máxima y apenas había dormido algo, pues su
Tras su pregunta, el sacerdote clavó sus ojos en Zeth, quien, con suavidad, apretó la mano de Anna.―Lo estoy ―― ¿Y usted? ―le preguntó Landon a Anna―Lo estoy… ―dijo Anna ignorando los deseos que sentía por escapar de aquel lugar― ¿Están decididos a llegar hasta el final de esta ceremonia a sabiendas de que, una vez concluida, ambos serán uno por el resto de la eternidad? ――Lo estamos ―dijeron ambos al mismo tiempo―Siendo así, con la bendición de nuestra sagrada diosa, procedo con esta ceremonia ―dijo Landon sonriéndoles con amabilidadCuando el sacerdote comenzó a recitar una hermosa oración en honor a la diosa, Anna no pudo más y cerró sus ojos para tratar de centrarse en las palabras de aquel hombre, sin embargo, apenas y podía escucharlo, pues los latidos de su corazón eran demasiado fuertes.Ya no había vuelta atrás, al terminar aquella ceremonia, ella y Zeth serían compañeros y nadie había podido evitarlo, ni si quiera su propio compañero, a quien ella había podido jurar qu
―Alastor ―susurró Arioch, cuyo rostro, era una mezcla de emociones― ¡¿Qué haces aquí?! ―rugió Mendel―Vine a recuperar a mi hija y al resto de mi familia ―dijo Alastor dando un par de pasos hacia el frente, provocando que Mendel frunciera el ceño― ¿Qué has dicho? ―preguntó el hechicero apretando los dientes―Te he dicho que sueltes a mi hija, maldito infeliz ―gruñó Alastor, cuyos ojos desprendieron un peligroso brillo plateadoAnte la mirada de Alastor, Mendel dudó y aflojó su agarre en Anna, mientras que Zeth, optó por soltarlo por completo.Aprovechando aquella distracción, Anna cruzó el rostro del hechicero con una fuerte bofetada, la cual, resonó por todo el recinto.― ¡Te dije que me soltaras! ―le escupió Anna con asco, lo que sólo consiguió descolocar a Mendel― ¡Papá! ―exclamó con la voz quebrada al mismo tiempo que echaba a correr en dirección de Alastor ―Estás aquí, realmente estás aquí ―sollozó aferrándose fuertemente a su cuerpo―Por supuesto mi pequeña ―susurró Alastor ap
Sin embargo, ni el alfa, ni Arioch obtuvieron respuestas, sólo recibieron un fastidiado resoplido del hechicero.―Basta, me estoy aburriendo ―dijo Mendel ―Terminemos con esta tontería ―dijo antes de avanzar algunos pasos hacia delante mientras que levantaba su mano izquierda― ¡Oh, no! ¡No lo harás! ―gruñó Gael, quien juntó sus dedos índice y medio y, con un fluido movimiento, trazó una línea de fuego frente al hechicero, la cual, le impidió seguir avanzando― ¿Un híbrido? ―gruñó Mendel confundido, pues aquel hombre, sólo olía a lobo―Oh, soy mucho más que eso asqueroso pervertido ―gruñó Gael, lo que provocó que Mendel apretara los puños con ira―Tío Arioch ―llamó Alastor al consejeroSi bien pronunciar aquellas palabras le quemaban por dentro, como príncipe, sabía que debía hacer un último intento para no involucrar a personas inocentes en aquel drama.―Por favor, sólo entrégate ―pidió con cautela ―Honestamente, no deseo enfrentarte, no quiero que más vidas inocentes… ―― ¡Tonterías!
Aquella tarde en el palacio de Interlunio, el caos finalmente se había desatado.Las fuerzas imperiales, finalmente se habían dividido en dos grupos.El primero, el grupo de soldados leales a Máximus, los cuales corrían directamente a la capilla, donde su príncipe, los había convocado.El segundo, el grupo de los soldados que eran leales al consejero, corrían directamente a la entrada principal del palacio, donde Arioch, los había convocado a todos.―Por Selene, ¿y si la guerra se desata aquí? ―preguntó una angustiada Anna ― ¿Qué haremos con todos los criados? ―preguntó al ver que, a Svein y a Ryder, los seguía una enorme cantidad de hombres y mujeres ―Diosa, los criados no tienen nociones del combate… ――Tranquila Uvita, los llevaremos a un lugar seguro ―se escuchó cierta voz familiar― ¿Gino? ―preguntó Anna en un jadeo al verlo aparecer detrás de Armin con Emma fuertemente aferrada a su mano ―Emma ―le sonrió a la niña, quien la observó confundida ―Claro, no me conoces así ―susurró a
―Lo sé ―moqueó Ares antes de volver a abrazar a Alastor por el cuello ―Pero papá, no podía dejar a mi hermana, sin Dante, ella sería un desastre ――Oye… ―gruñó Anna―Además, conocí a la abuela Idylla y a la tía Keren ―dijo emocionado, ignorando la protesta de su hermana―Lo sé hijo, y me alegra ―dijo Alastor ―Pero lo que hiciste fue muy imprudente, te pusiste en peligro, y no sólo a ti, también a tu hermana, dime, ¿y sí los hubieran descubierto? ――Alfa, perdone que me entrometa, pero, creo que debería darle más crédito al cachorro ―intervino Armin ―Después de todo, Ares se adaptó bien a la situación y se comportó a la altura, incluso durante la tormenta ―― ¡Lo ves! ―exclamó Ares―Vale, está bien, lo discutiremos después ―dijo Alastor antes de centrarse en Armin ― ¿Te encuentras bien, muchacho? ――Sí, nada que unas buenas vacaciones no solucionen ―dijo Armin encogiéndose de hombros despreocupadamente―Sí ese es el caso, tendrás que convertirte en un renegado, tú padre no está content
―Está llamando a todos los habitantes del palacio cariño, tu padre nos asignó la tarea de ponerlos a salvo a todos ―explicó Idylla acariciando la cabeza del niño a la vez que le sonreía a Emma, quien se aferraba fuertemente a la cintura del lobato―Vale mamá, creo que deberías comenzar a explicar la situación ―dijo Keren―Muy bien ―dijo Idylla dando varios pasos al frente ― ¡Escúchenme! ―Ante la poderosa voz de la reina, todos los presentes guardaron silencio en el acto y dirigieron toda su atención hacia ella.―Interlunio pronto se convertirá en el corazón de una batalla, pues mi hijo, Alastor Nicolaou, ha regresado a casa para liberarnos de la enorme telaraña de mentiras que se han tejido en este palacio, lo que mostrará la verdad ante todos los hombres lobo del mundo ―dijo levantando su mano, lo que evitó que la gente la interrumpiera ―Mi nieta ―dijo señalando a Amara ―A quien ustedes ya conocen como Anya Carter, nos llevará a todos a un lugar seguro, por lo que les pido, Lunas, jó