Mundo de ficçãoIniciar sessão
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Capítulo 10.6: Te echo de menos.
Molesto por el atrevimiento del joven por haber escaneado a su compañera, Dante soltó un gruñido irritado, lo que solo hizo que Castiel apresurara el paso.― ¿Te puedes creer el descaro? ―preguntó Dante quedamente, lo que hizo reír a Sandrine, John y Nero―Tranquilo cariño, yo dirigí su atención hacia mi ropa, no te molestes por favor ―le pidió Anna antes de tomar su mano para guiarlo por el camino ―Venga, no se queden atrás ―les dijo a los demásAnte el rostro irritado de Dante, John y Nero volvieron a reír, pues pese a las palabras de Anna, Dante continuaba con la mirada fija en Castiel, quien hacia lo posible por no girarse.Sandrine, por su parte, parecía divertirse ante la imagen de Anya, una joven omega que se suponía era la compañera del futuro rey, tiraba de la mano a su escolta, quien no ponía ninguna resistencia pese a su mal humor.― ¡Bienvenido joven alfa! ―lo saludó una mujer cuando Castiel abrió la puerta para que todos pudieran entrar―Hola Lina ―la saludó Castiel ―Escu
Capítulo 11: Poderes sellados.
Ante la pregunta de la joven, Anna sacudió la cabeza y se apresuró a sonreírle.―Estoy bien Sandy, ¿por qué lo preguntas? ――Usted… Parece desanimada ―dijo Sandrine antes de colocarse detrás de Anna para comenzar a recoger su largo cabello ―Está haciendo calor, le haré una coleta para que no sude demasiado ――Gracias ―dijo Anna quedándose quieta para facilitar el trabajo de la joven ―Estoy algo desanimada porque extraño a mi compañero, es decir, sí, estamos juntos, pero, desde el comienzo, todo entre nosotros ha sido complicado ―― ¿Cómo conoció al alfa? ―preguntó Sandrine con curiosidad―Oh, Sandy, fue algo tan vergonzoso ―dijo Anna soltando un quejido ―Fue una mañana en la que yo llegaba tarde al instituto, como cada vez que me iba sola ―masculló ―Él había ido al instituto a llevarle unas tablets a sus hermanos, sin embargo, fue su beta quien se bajó entregárselas, por lo que él se quedó en su camioneta atendiendo sus propios asuntos.» Como yo ya me había resignado a llegar tarde,
Capítulo 11.2: El llamado de la Diosa.
―Es correcto ―dijo Castiel asintiendo ―Mi padre envió su consentimiento al primer alfa cuando, tras terminar el proyecto, comenzamos a notar que Luna Sagrada estaba siendo reconstruida ―dijo con alegría ―Obviamente, en un inicio, todos pensamos en mi tío Duncan, sin embargo, cuando él volvió con la tía Noa y sus cachorros, se mostró tan sorprendido como nosotros, por lo que finalmente entendimos que se trataba de mi tío Zeth ――Le dije que debía avisarles ―masculló John, quien caminaba de la mano con Sandrine―El abuelo dice que todos tenemos nuestro tiempo, así que decidimos no presionarlo ―dijo Castiel encogiéndose de hombros ―Aun así, quise confirmar nuestra teoría, por lo que me colé en varias ocasiones al territorio para intentar hablar con alguien, sin embargo, al notar que los lobos que estaban trabajando en la reconstrucción eran guiados por Darío, decidí hacer caso al abuelo y volver a casa, pues sin duda, se trataba del tío Zeth ――Claro, Zeth me dijo que los primeros superv
Capítulo 11.3: Relación secreta.
Recordando que debía de ser más discreta, Anna apartó su mano de la mejilla de Dante, lo que provocó que el joven soltara un triste suspiro.―Si ella los está esperando, lo mejor será que no nos entretengamos más ―dijo Bemus poniéndose de pie rápidamente ―Cuando termine su visita, la llevaré a Jericó, a Artemis y a Ginebra les gustará escuchar lo que tiene que decir sobre Zeth ―dijo alegremente―Gracias señor Bemus ―dijo Anna sonriéndole―No agradezca ―dijo el hombre con cariño antes de girarse a Castiel ―Venga muchacho, llévanos hasta el puente, caminaremos el resto del camino ―Ante las palabras del hombre, Sandrine recorrió con la mirada el largo camino que Bemus les había señalado antes. Sin duda, para todos los presentes caminar todo aquello iba ser pan comido, incluso, hasta cierto punto ella se sentía capaz de lograrlo, sin embargo, estaba convencida de que el regreso iba a ser otra cosa.―Tranquila, te traeré en mi lomo ―le susurró John al oído al ver su rostro preocupado ―Ade
Capítulo 11.4: Idylla y Bemus.
Al ver como Bemus se sacudía un escalofrío, Castiel soltó una carcajada, pues ciertamente su abuela era una mujer sumamente posesiva.―Vale, les contaré sólo si prometen no contárselo a nadie más ―dijo Bemus ―No es nada del otro mundo y tampoco es una historia muy larga, sin embargo, lo que sí lo es, es el camino al templo, lo que les dará tiempo suficiente para presionarme… ――Te juro que yo no diré nada ―dijo Castiel fingiendo cerrar una cremallera en su boca―Nosotros tampoco ―dijeron Dante, Nero y John―Yo tampoco señor ―dijo Sandrine cuando el hombre clavó sus ojos en ella― ¿Qué me dice usted? ―le preguntó Bemus a Anna cuando esta, se recostó nuevamente sobre el hombro de Dante―No diré nada señor, pero, creo que será bueno tener las dos versiones para cuando mi abuela me cuente la suya ―dijo Anna sonriéndole ―Ella dijo que me la contaría después ――De acuerdo ―dijo Bemus riendo divertido ―Les contaré todo tal y como pasó, por favor, no permita que Idylla le mienta ―dijo mirándo
Capítulo 11.5: Idylla y Máximus
Ante la pregunta de su nieto, Bemus sonrió y se encogió de hombros.―Yo jamás le dije nada, sin embargo, tu abuela siempre ha sido una mujer muy lista, por lo que no tengo dudas de que lo llegó a sospechar, pero, si lo supo o no, ella nunca dijo nada ―dijo el hombre aminorando el paso para poder quitarse su saco ―Aquella noche, Idylla y yo volvimos solos a la mansión que la familia Makris tiene en Arcadia, ahí, ella me dijo que debíamos terminar, pues, según sus propias palabras, yo merecía tener una Luna con loba, ya que yo estaba a un escaso año de mi nombramiento y, tristemente, Idara continuaba sin querer mostrarse, así que Idylla decidió que lo mejor para mí y para nuestra manada, era que yo aceptara a mi compañera, pues Lea, era la primogénita de un alfa, lo cual, sin duda, era mucho mejor que la hija de un beta ―dijo con amargura antes de girarse a Anna ―Sus palabras, no mías… ―― ¿Y usted simplemente aceptó? ―preguntó la joven, quien se aferraba fuertemente a Dante, pues la al
Capítulo 11.6: Altair Moretti.
―Para serle honesto, sí, lo conozco muy bien ―dijo Bemus antes de retomar su camino ―Tengo negocios con él, de los cuales, los relacionados con nuestra manada, los maneja Argenis con Altair Moretti ―dijo riendo― ¿Altair Moretti? ―preguntó Nero, quien, gracias a Cole y a Anna, ahora conocía toda la historia detrás de Alastor ― ¿El alfa Moretti tuvo otro hijo? ――No ―respondió Dante ―Altair Moretti, es el pseudónimo que el alfa Alastor utiliza de vez en cuando para realizar negocios en el extranjero ――Pero ¿por qué cambiar su nombre sólo para eso? ―preguntó Castiel―El chico era desconfiado, por lo que prefirió que su nombre real no saliera de Idania ―dijo Bemus despreocupadamente ―Al menos, eso por un tiempo, pues cuando Adriano dividió su compañía, Alastor decidió presentarse con su propio nombre, aunque, algunos negocios, optó por mantenerlos bajo aquel pseudónimo, sobre todo, con nosotros ―― ¿Y eso por qué? ―preguntó Castiel aún más confundido―Supongo que para mantenerse fuera d
Capítulo 12: Perder el camino.
Si bien la petición del hombre a simple vista parecía sencilla, todos sabían de sobra que conseguir aquello, no iba a ser una tarea fácil.En primer lugar, debían recuperar a Alastor para poner en marcha su verdadero plan, sin embargo, recuperarlo, no estaba resultando ser algo sencillo.En segundo lugar, si todo salía bien, debían enfrentarse a Arioch y a su ejército, el cual, según lo que Alastor había descubierto, ahora superaba con creces el de Máximus, pues, debido al paso de los años y a su larga ausencia, este, poco a poco se había ido desintegrando.En tercer lugar, y el más importante, era el enfrentamiento y la captura de Mendel, un hechicero poderoso que dominaba las artes oscuras y que, muy seguramente no renunciaría a la vida que había conseguido hacerse en el palacio.Sin duda, cumplir el deseo de Bemus no iba a ser algo fácil, sin embargo, con una increíble seguridad, Anna clavó sus ojos en el antiguo alfa y asintió lentamente.―Es una promesa señor ―dijo Anna con una b
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