¿Y? — dijo bebiendo sidra — David tampoco se hacía a la idea, porque tenía miedo que la medicina no surtiera efecto… o que haya algún gen que haya quedado maldito y bueno, que el niño saldría con pelos hasta en el c…Entendemos, Sandra — dijo Farrah sonriendo.Entonces, yo… lo engañé, le dije que bebía la medicina y un buen día, ¡zas! — sonrió — David ya no podía esgrimir ningún argumento en contra ante lo inevitable… y ya lo has escuchado hablar de su hijo.Lo que ella trata de decirte Eleanor es que, una vez que este aquí… Carlisle no tendrá más remedio que aceptarlo.No quiero que sea así…Pero no tienes otra opción.¡Como va aceptar un hijo, si apenas me aguanta a mí! — dijo triste — me corrió de la cama… y aparte tomo la medicina, porque llegamos a un acuerdo de… — se puso colorada — no es necesario que les comente nuestros arreglos…¿Te obliga a tomarla? — preguntó dubitativa Farrah.No… nunca lo ha hecho — dijo ella mirándolas. Desconcertada. No sabía a que punto querían llegar
Era un hecho. Eleanor podía hacer con él lo que quisiera. Terminó de convencerse en ese mismo instante, cuando en vez de estar en las reuniones de emergencia con los socios del resort, estaba disfrutando de una soleada media mañana, embardunado en protector solar y tomando un delicioso aperitivo tropical. Eleanor le había prácticamente hecho jurar pasar un rato juntos… y cuando lo miraba y hacía esa sonrisa tan seductora, no había mas palabras. Ella tenía ganada la pulseada.Claro que ella vencía casi todas las mañanas de las dos semanas que llevaban en la isla mágica. Cuando no estaban tirados al sol, se pasaban la jornada caminando o tomando una lancha que los llevara hacia todos lugares exóticos de la zona.La isla elegida para el resort empresarial, estaba ubicada estratégicamente, en el paradisíaco Mar del Caribe, y eso les daba la posibilidad de llegar por bote a cualquier lugar del continente u otras islas. A Eleanor le encantaba el color del mar, y no perdía oportunidad de cam
Ey! — dijo enojado y levantándose de la cama — ¡que yo tengo educación! Si, claro — dijo ella volviéndose hacia el armario — ¿Qué vas a ponerte? ¡Nada extraordinario… ¡NADA EXTRAORDIANARIO! — chilló ¿Tienes esa necesidad de gritar cuando te pones nerviosa? ¡NO! Pero no sabes como me pone de los nervios tu actitud tan… tan… tan… No tengo que darle explicaciones a nadie — se acerco y la abrazó — y tu menos… No sabes cuanto te odio — él se puso serio. Lo sé — se alejó para ir hacia el baño a afeitarse. Eleanor sintió que una piedra de una tonelada se ubicaba en el estómago. Se acercó a la puerta del baño. El ya se había puesto la espuma y comenzaba pasar la maquinilla de afeitar. Carlisle… — él la miró a través del espejo — no… no sé qué ponerme — él sonrió, pero sus ojos seguían igual de oscuros. Estamos en una zona tropical… ponte algo liviano, suave y de colores vistosos… ella asintió y sin poder decir “lo siento, no te odio, te amo,” salió del baño para vestirse. La fiesta
Mira Marianne… yo… Y ahora creo que el momento ha llegado…— se abalanzó decidida hacia el cuerpo de Carlisle e intentó rodearle el cuello con sus brazos, pero Carlisle lo evitó tomándola con rapidez, de las muñecas. No te equivoques… — dijo serio — te aprecio como la hija de mi socio… pero jamás podría verte como una mujer… te veo como una hermana pequeña, Marianne no compliques las cosas… Si, pero no soy una niña… soy una mujer — quiso nuevamente asirlo del cuello para besarlo, pero las manos fuertes de Carlisle lo evitaron — y te quiero… te quiero para mi. Lo siento… creo que nunca te di motivos para que pensaras que entre nosotros podría haber algo Marianne — la soltó — Soy un hombre casado… Pero podrías tener una amante… que tal si yo… — Carlisle rió interrumpiéndola. No me interesas… — La chica estaba a punto de chillar — mira, lo siento, pero nunca me fije en ti como para tener una relación… mi mujer es Eleanor y estando con ella, nunca podría ser capaz de estar con otra m
¡No te hagas el idiota! — chillo, dándole un golpe en el brazo — ¿Dónde quedó esa estúpida premisa de … “No meto los pies en el plato en que como?”… No te entiendo… ¿Estabas o no con Marianne? No lo niegues porque Kalem me lo dijo…. Si, claro que me la encontré… Eres un… ¡Perro! — le dijo y trató de escapar por la playa, pero la arena se le había metido en la sandalia y no podía caminar rápidamente. Carlisle le dio alcance y la dio vuelta para aferrarla a su cuerpo. Que tengo que decir yo, que llego y te veo… Oh si— dijo tratando de desasirse de sus fuertes brazos pero era imposible.— Claro, creo que tienes razón, porque de acuerdo al diálogo que estábamos teniendo ese desgraciado y yo, ¡de seguro nos encontraste en las preliminares del sexo! No te hagas la sarcástica que no estoy para jueguitos de palabras… ¡Yo menos! — chillo — Kalem se me acercó sin que me diera cuenta… Si, de seguro — dijo incrédulo. Cree lo que quieras — dijo a punto de llorar — pero es la verdad… como
Era un hecho. Eleanor podía hacer con él lo que quisiera. Terminó de convencerse en ese mismo instante, cuando en vez de estar en las reuniones de emergencia con los socios del resort, estaba disfrutando de una soleada media mañana, embardunado en protector solar y tomando un delicioso aperitivo tropical. Eleanor le había prácticamente hecho jurar pasar un rato juntos… y cuando lo miraba y hacía esa sonrisa tan seductora, no había mas palabras. Ella tenía ganada la pulseada.Claro que ella vencía casi todas las mañanas de las dos semanas que llevaban en la isla mágica. Cuando no estaban tirados al sol, se pasaban la jornada caminando o tomando una lancha que los llevara hacia todos lugares exóticos de la zona.La isla elegida para el resort empresarial, estaba ubicada estratégicamente, en el paradisíaco Mar del Caribe, y eso les daba la posibilidad de llegar por bote a cualquier lugar del continente u otras islas. A Eleanor le encantaba el color del mar, y no perdía oportunidad de cam
Alguien está llamando a la puerta — dijo Eleanor en una voz cantarina, y mirándolo a través del espejo. Déjalos… — dijo ronroneando — ven a la cama… — Eleanor rió. Estás un poco eufórico. Tú me pones eufórico — rieron. La puerta volvió a ser golpeada. Carlisle… ¿y si es algo urgente? Llamarían por teléfono… — dijo levantando la cabeza y apoyándola en el codo. ¡Descolgaste el teléfono para que no nos interrumpieran! — dijo ella riendo. El puso cara de inocente — bueno… — se levantó — si no vas tú… ¡Diles que no molesten! — casi gritó cuando Eleanor salió de la habitación. La cabaña, a pesar de ser espaciosa y confortable, tenía una sola planta, y casi todas las dependencias se comunicaban directamente con la sala de estar. Eleanor llegó rápidamente a la puerta, para abrirla y encontrarse con Kalem Green. Este la miró de arriba abajo, y simulando la rabia en una trémula sonrisa, la saludó. Kalem… — dijo seria, y acomodándose la bata. — eh… Disculpe que la moleste, señora… — dij
Nombre… — dijo apretando sus manos — es dulce y formal, pero a la vez una fragancia salvaje… erótica — la miró de arriba abajo — igual que tu… Jaja — dijo con sarcasmo. ¿Usted que dice señor Stone? — dijo Paul, sirviéndose una copa y alcanzándole otra a Eleanor. Esta se sonrojó un poco cuando Carlisle se acercó a su cuello y aspiró profundamente el perfume, acariciando suavemente la base del cuello con su nariz. Eleanor estuvo a punto de tirar la copa. Los demás los miraban sonrientes, salvo por Marianne y Kalem. Antes de separarse, le dio un suave beso en la clavícula. Era el primer gesto de ternura que había tenido desde que dijera esa estúpida frase… Lo miró a los ojos tratando de disculparse. El la miró y sonrió de costado. Irresistible — dijo mirando a Paul — Así es mi esposa. ¿Cuál es el nombre Eleanor? — dijo Paul — si es capaz de lograr eso en un hombre… “Ab… — carraspeó tratando de serenar las hormonas — “Absolutely Irresistible”, de Givenchy. ¡Nada menos! — dijo Mildre