Ragnhild no podía negar el hecho de que sabía que tenía la culpa ante su reputación de estar con diferentes mujeres, se lo había buscado y lo sabía. Al principio lo hacía por capricho sabiendo que el dinero podía mover cualquier cosa, y todas se acercaban a él por eso. Es por esa razón que no le llegó interesar buscar una relación con alguna, y ahora se culpaba por no haberlo hecho. Podía sentir como la soledad muchas veces lo carcomía cuando pisaba aquella mansión que solo estaba siendo habitada por él, su mejor amigo que era su canino y algunos empleados que se quedaban hacer guardia. Aquel afecto amoroso lo había olvidado por completo luego de haber estado al pendiente de su empresa, ya no recordaba como era que alguien lo abrazara, acariciara su rostro o su cabello mientras estuvieran ambos acostados. El CEO no podía negar que muchas veces había imaginado e incluso soñado con el toque de alguien, pero nunca soñaba con un rostro que lo hiciera sentirlo feliz o que su corazón lati
Cleo les contaba a Vigga y a Ragnhild como había sucedido el accidente con Lucas, había comenzado con lo primero, lo cual era que le estaba reclamando sobre si tenía algo con Ivar o porque Vigga lo había visto mal en la ventana. Pero cuando Cleo tenía que hablar sobre cómo comenzó lo fuerte, sintió vergüenza de que ellos los supieran, los ojos de Cleo se cerraron por un momento intentando buscar las palabras adecuadas para contarlo, pero lo que estaba buscando era nuevamente la valentía. Ragnhild miraba cada detalle que estaba haciendo Cleo, en su mente no podía evitar sentir molestia ante el trato que tenía Lucas con ella. Pero también la veía como la persona más valiente que había conocido, Cleo había soportado mucho más de lo que ella se podía imaginar y el hecho de que lo estuviera hablando era aún más valiente. Los ojos azules del CEO miraron las manos pálidas de Cleo, las cuales estaban jugando entre ellas ante su ansiedad.Ivar, sin importarle la presencia de Vigga, toma con s
La sonrisa de Cleo se podía apreciar en su rostro, pero la taza de café que mantenía agarrada y ocultaba sus labios eran para disimular que quería soltar una risa ante la escena mañanera que veía al frente. Ragnhild intentaba darle una pastilla a Gerd, su perro, pero este a cada rato la soltaba o al oler el trozo de carne junto con el medicamento lo dejaba allí. — Gerd, ven aquí. — La voz del CEO sonaba un poco frustrada por sus tantos fallos, pero aunque Ragnhild intentará verse molesto, no lo estaba. Le agradaba tener la presencia de Cleo allí, hace un tiempo que no le gustaba comer en el comedor porque se sentía solo, pero verla allí sonriéndole y contándole varias cosas lo hacía sentirse bien. — Te ayudaré, permíteme. — Cleo se toma el último sorbo de su café mientras se levantaba acercándose hacia Ivar, cuando estuvo cerca del CEO le extendió la mano y este se la dio no sin antes tocar la suave mano de Cleo. — ¿Tienes premios?… — Ragnhild asiente con su cabeza tomando una peque
Los ojos azules de la mujer dejaron salir lágrimas de impotencia al visualizar las fotografías junto con los vídeos que habían salido de la famosa pareja de que se hablaba en el momento, en su corazón podía sentir como este se apretaba ante el dolor que sentía. Su maquillaje se había corrido dejando visualizar un rostro de desamor, Kaira se autolastimaba mirando las fotografías de Ivar con otra mujer que no era ella. Y es que le dolía... Le dolía mirar al hombre que amaba con otra mujer, pero más le dolía que Ragnhild ya no quisiera estar a su lado para ningún contacto entre ambos. Kaira buscaba cualquier cosa para estar al menos cerca del CEO, pero sabía que él evitaba todo contacto con ella.— ¡Mierda!… — La noruega de cabello rubio tiro al suelo su celular en dónde nuevamente aparecieron fotografías de Ivar y Cleo. Kaira no sabía quién era aquella mujer, pero sentía que ella le estaba robando el hombre de su vida, quería saber quién era para sacarla del juego... Karia quería nuev
Había pasado tres días y Vigga no podía dejar de pensar en las palabras de Kaira de aquel día, le había dicho que Ragnhild solo estaba jugando con aquella mujer que salía en las revistas, la cual era Cleo. Kaira le había dicho a Vigga toda esa mentira para conocer a Cleo y que se alejara del hombre de cuál amaba, y vaya que había dejado a Vigga con miles de pensamientos. Vigga al ser la secretaria personal de Ragnhild lo conocía a la perfección, o eso era lo que pensaba ella por la confianza que tenían. Muchas veces ella se tenía que ir a la mansión del CEO solo para decirles a las mujeres con quiénes se acostaba que se fueran y que Ivar les mandaría un mensaje, cosa que muchas veces era mentira. Algunas como Kaira habían tenido la oportunidad de salir con el CEO más de cinco o nueve veces, en las cuales Ragnhild les daba muchas cosas que ellas querían, como joyas, ropa de marca o algunos viajes, solo para tener su compañía. Pero Ragnhild se cansaba muy rápido de ellas por el simple
Cleo no podía evitar sentir vergüenza ante lo que había visto hace solo un par de segundos, pero no podía negar el hecho que también se encontraba un tanto disgustada y con un sentimiento amargo que no podía explicar. Llego a pensar que quizás era porque su jefe no tuvo el respecto de que ella también estuviera viviendo allí, pero no era así. Cleo sentía una pequeña atracción hacia Ivar que no podía negar, el solo haber soñado con él era un claro ejemplo que sentía algo por el CEO…Por otro lado, Ragnhild estaba molesto por el acto tan indecente que había hecho Kiara, le resultaba asqueroso el hecho que no tuviera tan siquiera un poco de dignidad y se respectara. Estaba más que claro que la modelo solamente lo había hecho para llamar su atención y que Cleo también la viera, era una forma de marca territorio. Otro sentimiento que tenía el CEO era que estaba preocupado por lo que pensaría Cleo de él, en su mente se encontraban varios escenarios en donde ella le decía que todo lo que hab
“Las grandes manos del CEO apartaron el cabello cobrizo del rostro de Cleo, ambos se miraban con cierto brillo de excitación en sus ojos que reflejaban al otro. Los labios del noruego comenzaron a besar los pequeños labios de la mujer, la cual correspondía la acción de su jefe. Ragnhild no podía evitar subir de intensidad del beso, mordía con delicadeza los labios de ella haciendo que Cleo soltara leves suspiros de satisfacción. Los dedos de Cleo se dirigieron hacia la nuca de Ivar la cual dejo que sus dedos subieran un poco jugando con el cabello castaño rubio del CEO.― Abre un poco la boca… ― La voz Ragnhild sonaba ronca y demandante, Cleo sonríe de lado abrieron solo un poco su boca, el CEO acaricio con su pulgar los labios húmedos de ella y nuevamente la beso metiendo su lengua en su boca. La lengua de ambos jugaban con la otra, sus respiraciones aumentaba la velocidad al igual que sus pulsos, ambos querían el contacto del otro, necesitaban sentir sus cuerpos pegados.Un fuerte c
En cierta parte Ragnhild sabía que tener a Cleo en la empresa era por su propio capricho, quería tenerla allí solo para verla todos los días y que si en un futuro terminaba formalmente con Lucas él estaría para ella. No podía negar el hecho que en verdad quería algo con Cleo, era algo que, aunque al principio lo intento negar, no pudo. Pero si aquella conexión entre ambos no se hubiera formado igualmente hubiera hablado con Cleo para que formalmente trabajara en su empresa, Cleo hacia un buen trabajo, además que lo había ayudado mucho estando en la mansión del CEO.Vigga en su momento también se lo había dicho personalmente a Ragnhild, a pesar de la amistad de las dos mujeres podían ver todo el esfuerzo y dedicación que Cleo tenía en el trabajo. Esa era una de las tantas cosas que admiraba y le gustaba de Cleo a el CEO, una sonrisa se posó en su rostro al escucharla reír de algo que le estaba hablando Vigga, los tres se encontraban en una cafetería cerca de la empresa dejando que la h