Vigga sentía un gran nudo en su garganta ante los recuerdos de su niñez, el causante de su infeliz infancia había sido su padre alcohólico y sus alegrías había sido su madre. La rubia no podía recordar con exactitud cómo habían comenzado los problemas entre sus padres, sentía que había sido antes que ella naciera, ya que recordaba como su padre le decía que ella no era su hija. Vigga odiaba los hombres como su padre…Su padre cada vez que salía del trabajo se gastaba la mitad de su dinero en alcohol, cigarros y en mujeres. Ella recordaba con claridad como algunas veces no tenían para comer y se dormía con hambre porque pagaban el alquiler de la casa donde se estaban quedando, pero aun así su madre se negaba a comer para darle a ella. Su madre prefería mil veces sacrificarse por su hija que cualquier cosa, ella era el claro ejemplo del amor de una madre e hija. Vigga recuerda a la perfección que se obligó a ella misma ser la mejor de su clase y de su escuela para ser alguien importante
Cleo no podía evitar sentirse más tranquila luego de haber hablado con Vigga, pero el sentimiento de angustia seguía allí en su pecho. Era como si ella creyera que Lucas descubriría la conversación que tuvo con su amiga y este iniciara una nueva discusión, y Cleo estaba segura que sería mucho más grande que cualquier otra. Ella sabía que podía en confiar en Vigga, pero Cleo no confianza en ella misma. Muchas veces, cuando llegaba a su límite emocional soltaba verdades sin siquiera llegar a pensar en las consecuencias o también lo llegaba hacer por impulso ante el miedo que sentía por Lucas, no podía evitar odiarse por ser tan débil.Vigga en aquel momento en que supo toda la verdad sobre cómo era la relación de Cleo y su pareja no pudo evitar querer protegerla, así como lo hizo su madre con ella, no quería que la mujer que estaba al frente de ella viviera un infierno. La noruega, aunque no conocía del todo a Cleo, sentía que ella no podía cometer una locura o como lo llamaba ella mism
Cleo no podía evitar tensar su cuerpo al escuchar sobre lo que quería hablar Lucas, llegó a pensar que quería hablar sobre Vigga y que, si le llego a decir algo que no debía, pero no fue así. Sabía por dónde se iba a dirigir la charla, sabía perfectamente las palabras que diría y cuál sería su drama…Lo sabía todo…Sabía cómo era la rutina de su día a día viviendo con Lucas…― Era mi jefe… — Las únicas palabras que logro decir Cleo ya la sabía Lucas, no tenía que ser idiota para saber de quién se trataba, había visto muchas fotos de Ragnhild y conocía como era.― ¿Por qué no me dices algo que no sepa?… — Las palabras que soltó Lucas no eran más que de molestia, sentía que Cleo le estaba ocultando algo. Pero por la mente de la ella estaba buscando la manera de mentirle a su pareja, quería buscar una excusa perfecta en dónde Lucas no dudará de ella.― Ragnhild me había mandado un correo con anticipación diciendo que me tendría que buscar para una reunión con unos inversionistas, necesit
Cleo se detuvo cuando sintió que estaba lo suficientemente lejos del barrio donde se encontraba el apartamento, cuando toco su rostro no pudo evitar sentirlo húmedo ante una delgada capa de sudor junto con las lágrimas que aún caían. Su llanto se mezclaba con bocanadas de aire que intentaba tomar ante lo agitada que se encontraba.Cleo no podía quitarse de la cabeza como Lucas la había agarrado de esa manera, sintió que en cualquier momento la golpearía. Tampoco sacaba de la mente aquel rostro de rabia de Lucas hacia ella, nunca la había llegado a lastimar físicamente y hoy había pasado ese límite. Con suma lentitud comenzaba a subirse la manga de su antebrazo derecho, su frente se frunció ante el dolor que sentía y cuando dejó al descubierto su piel no pudo evitar dejar de verlo.Su antebrazo estaba con una marca roja en dónde si lo mirabas con detalle podías notar como estaba marcada los dedos de Lucas, en algunas zonas se podía apreciar como pequeñas manchas de un fuerte rojo se fo
4:53 am Cleo observó con cansancio como el cielo comenzaba a aclararse, aunque sabía que se encontraba en un lugar seguro, no había podido conciliar el sueño por el hecho de que Lucas le estaba llamando y mandado correos, varios de los mensajes eran de insultos declarando que ella si le estaba siendo infiel con el CEO y que ese dinero que tenía también le pertenecía a él, en otros se disculpa por haberla lastimado físicamente y que volviera a su lado, pero estos eran muy pocos.Ragnhild la había llevado a su mansión y cuando Cleo se dio cuenta pidió que la dejara en otro lado, pero el CEO se negó porque se dio cuenta de varias cosas. Ivar cuando no le interesaba algo simplemente no le tomaba interés al tema, pero aun así llegaba a prestar atención... Y con ello se pudo dar cuenta que a Cleo le estaba pasando algo con aquel sujeto que ya iba visto. Ragnhild le cedió una habitación de invitados cerca de la suya por si necesitaba algo, pero en el momento en que Cleo cerro la puerta de l
Ragnhild no podía negar el hecho de que sabía que tenía la culpa ante su reputación de estar con diferentes mujeres, se lo había buscado y lo sabía. Al principio lo hacía por capricho sabiendo que el dinero podía mover cualquier cosa, y todas se acercaban a él por eso. Es por esa razón que no le llegó interesar buscar una relación con alguna, y ahora se culpaba por no haberlo hecho. Podía sentir como la soledad muchas veces lo carcomía cuando pisaba aquella mansión que solo estaba siendo habitada por él, su mejor amigo que era su canino y algunos empleados que se quedaban hacer guardia. Aquel afecto amoroso lo había olvidado por completo luego de haber estado al pendiente de su empresa, ya no recordaba como era que alguien lo abrazara, acariciara su rostro o su cabello mientras estuvieran ambos acostados. El CEO no podía negar que muchas veces había imaginado e incluso soñado con el toque de alguien, pero nunca soñaba con un rostro que lo hiciera sentirlo feliz o que su corazón lati
Cleo les contaba a Vigga y a Ragnhild como había sucedido el accidente con Lucas, había comenzado con lo primero, lo cual era que le estaba reclamando sobre si tenía algo con Ivar o porque Vigga lo había visto mal en la ventana. Pero cuando Cleo tenía que hablar sobre cómo comenzó lo fuerte, sintió vergüenza de que ellos los supieran, los ojos de Cleo se cerraron por un momento intentando buscar las palabras adecuadas para contarlo, pero lo que estaba buscando era nuevamente la valentía. Ragnhild miraba cada detalle que estaba haciendo Cleo, en su mente no podía evitar sentir molestia ante el trato que tenía Lucas con ella. Pero también la veía como la persona más valiente que había conocido, Cleo había soportado mucho más de lo que ella se podía imaginar y el hecho de que lo estuviera hablando era aún más valiente. Los ojos azules del CEO miraron las manos pálidas de Cleo, las cuales estaban jugando entre ellas ante su ansiedad.Ivar, sin importarle la presencia de Vigga, toma con s
La sonrisa de Cleo se podía apreciar en su rostro, pero la taza de café que mantenía agarrada y ocultaba sus labios eran para disimular que quería soltar una risa ante la escena mañanera que veía al frente. Ragnhild intentaba darle una pastilla a Gerd, su perro, pero este a cada rato la soltaba o al oler el trozo de carne junto con el medicamento lo dejaba allí. — Gerd, ven aquí. — La voz del CEO sonaba un poco frustrada por sus tantos fallos, pero aunque Ragnhild intentará verse molesto, no lo estaba. Le agradaba tener la presencia de Cleo allí, hace un tiempo que no le gustaba comer en el comedor porque se sentía solo, pero verla allí sonriéndole y contándole varias cosas lo hacía sentirse bien. — Te ayudaré, permíteme. — Cleo se toma el último sorbo de su café mientras se levantaba acercándose hacia Ivar, cuando estuvo cerca del CEO le extendió la mano y este se la dio no sin antes tocar la suave mano de Cleo. — ¿Tienes premios?… — Ragnhild asiente con su cabeza tomando una peque