Ragnhild se sentía un poco molesto al notar que muchos paparazis se le amontonaban encima buscando su atención, pero no respondería nada. Vigga se mantenía sería y tratando de caminar junto con su jefe hacia al frente en dónde se encontraba la camioneta, pero Cleo no podía avanzar. Los paparazis la empujaban haciendo que todos se pegaran los unos a los otros, la de cabello rizado comenzaba a sentirse mal, veía como las otras dos personas que estaban con ella ya se estaban montando en la camioneta mientras el chófer apartaba a los paparazis de la puerta.
Ivar y Vigga ya estaban dentro de la camioneta, de sus labios soltaron un sonoro suspiro, pero en ese momento el CEO frunció su ceño al percatarse de que solo estaban ellos… No estaba Cleo en la camioneta, su mirada se dirige hacia la ventana y entre el medio de la multitud no veía a la de cabello rizado. No estaba preocupa
Lucas, aunque no amaba a Cleo no podía abandonarla, ya no era por el dinero o porque ella haría lo que fuera por él. Era algo más enfermo que eso, aquel hombre no podía dejarla porque no soportaría verla con otro hombre que no fuera él. Cleo era hermosa, su palidez, su personalidad y su cuerpo que lo volvía completamente loco. Le encantaba tener sexo con ella todas las noches, claro que se levantaba en la madrugada para despertarla, haciendo que la resistencia que tenía en su trabajo fuera poca. Pero a Lucas no le importaba nada de eso, más bien…No le importaba como se sentía Cleo…Quizás su infancia tenía algo que ver con su comportamiento, desde muy niño le enseñaron que debía de resolver todo a los golpes, pero que a una mujer no se le podía llegar a pegar. Pero, aun así, podía gritarle, podía herir sus sentimient
Cuando Cleo se dio cuenta de que ya estaban lejos de la empresa en dónde trabajaba le soltó bruscamente la mano a Lucas, este aún seguía molesto con ella y no se pensaba disculpar porque él estaba seguro de que quien tenía la culpa de todo había sido su novia. Cleo no sabía que decirle a Lucas, los sentimientos que sentía por dentro eran tantos que no podía al menos sacar alguno.― ¿Me puedes decir que pasó? — Lucas intenta al menos controlarse para que todo se arreglará más rápido, la gente caminaba y ella solo quería llorar en privado.A unos tres metros adelante se encontraba un callejón, sin decirle nada al rojizo teñido camino rápidamente a ese callejón ocultándose de la vista de todas las personas, nadie se encontraba allí, nadie podía verla… Mejor dicho… Cloe no quería que nadi
7:23 AMCleo ya se encontraba entrando a la empresa donde trabajaba, había llegado muy temprano porque no había podido dormir en toda la noche. Tuvo que colocarse maquillaje debajo de sus ojos para que nadie lo notará, pero igual sabía que necesitaba café para mantenerse activa. Al llegar al piso donde compartía oficina con Vigga, no le sorprendió en encontrarla vacía, le daba un poco de calma. Camino a su escritorio de vidrio y dejo sus cosas allí para luego prender la computadora, se sentó por un rato para adelantar el trabajo de su superiora y así hacer que el tiempo volará.Al cabo de unos 20 minutos decidió levantarse para preparar su taza de café, el cual estaba dos pisos más bajo. En su mano mantenía su Tablet para revisar la agenda de su jefe, claro que antes de irse le había dejado una carta a su novio diciéndole que su teléfono
Las horas en el trabajo habían pasado volando, Cleo solo se levantaba de su asiento para buscar una nueva raza de café. Lo cual Vigga supuso que no había dormido en toda la noche o que se levantó en plena madrugada, el sonido de un teléfono interrumpe el silencio de la oficina haciendo que la rubia se sobresaltara, Cleo no le prestaba atención porque se había colocado unos audífonos para escuchar música mientras resumía y subrayaba algunas cosas del informe que tenía que entregar mañana a su jefe.«“— Oficina Ragnhild, ¿En qué lo podemos ayudar?― Señorita Vigga, hemos tenido un percance en una de las fábricas de la empresa. Los choferes que tenían que salir al muelle lo han detenido la policía por no llevar todo el permiso completo, nos dijeron que faltaba el permiso de embarcación… — En ese momento Vigga s
Algunos guardias detenían a varios reporteros que querían pasar el cordón de seguridad que habían colocado, pero aun cuando ellos dos estaban dentro del lugar se podía oír el escándalo que tenían en la entrada, entre gritos, Cleo pudo escuchar una de las tantas preguntas que les estaban haciendo a los dos.«― ¿¡Son pareja!?...»Ella no le importaba esa pregunta tan simple y la cual podía contestar con tanta sinceridad que muchos les hubiera creído, pero lo que si le llegaba a importar era que las fotografías que le habían tirado junto con su jefe se iban a esparcir tan tapido que Lucas lo vería… En la mente de Cleo sabia al 100% como iban a comenzar y a terminar las cosas, para ella se había vuelto una rutina tan monótona que solo faltaba un horario para cada cosa.Primero serían las preguntas con ataque, luego de eso ve
La relación entre Ivar y Emil era un poco complicada y eso solo lo sabía el propio Ragnhild, cuando su propia empresa comenzó a crecer con mucha fuerza, Emil había sido uno de los inversionistas que le dijo que lo ayudaría en todo, pero solo si se convertía en uno de sus socios, Ivar en ese momento estaba sumamente agradecido porque lo necesitaba. El trato entre ellos al principio había sido agradable, no faltaban las bromas entre ellos y las salidas casuales, pero cuando la empresa creció al punto de convertirse en una de las más importantes, el trato de Emil hacia él era diferente. O eso era lo que veía Ragnhild ante sus ojos, su padre una vez le llego a decir que el mejor de los amigos puede sentir envidia hacia la otra persona, hasta un hermano de sangre.Ivar, aunque quería creer que no era envidia lo que tuviera su socio, no lo podía ignorar. Era por eso que muchas veces trataba d
El camino hacia la empresa era un poco tenso, Cleo quería nuevamente disculparse, pero sentía que si llegaba hablar este se molestaría. Ivar no estaba molesto con Cleo, sino con Emil porque pensaba que lo había hecho todo a propósito solo para molestarlo.― Señor, de verdad lamento lo que paso… ― Ivar voltea a verla. No podía desquitar su enojo con ella, no tenía la culpa.― Tranquila, Cleo… Pero te quisiera hacer una pregunta. ― Ella asiente con su cabeza lista para responderle lo que fuera. ― ¿Por qué cuando te llame a tu teléfono no repico?... ― Cleo hace una mueca y desvía su mirada hacia al frente, no creía que tenía que usar su teléfono en el trabajo porque todo le llegaba por correo, no podía decirle que ella misma lo rompió hace ya varios días.― Se me daño hace días, señor… ― Ivar noto co
Cleo, por una parte, estaba feliz y desanimada… Era viernes y el sábado junto con el domingo no trabajaría, solo tendría que mandar unas cosas por correo y ya está, tendría esos días libres. Eso era bueno para cualquiera, además que a su cuenta le depositarían su salario semanal, lo malo era que Lucas también estaría en el apartamento y vería el teléfono que le había dado su jefe. Mientras el autobús se acercaba a donde vivía, no pudo dejar de pensar en que su novio si se molestaría un montón, sabía que vería las nuevas fotos que le tiraron junto con su jefe y que llegara al apartamento con un teléfono nuevo era un poco complicado de explicarle a Lucas.De sus labios soltó un suspiro mientras se levantaba de su asiento para bajarse del autobús cuando se detuvo en una parada, había tomado la decisión de n