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Encuentro Inapropiado

Ariel estupefacto por la situación que se estaba presentando en el lugar, no imagino que algo de esa magnitud llegara a ocurrir de pronto y con tipos armados entrando por la fuerza a la habitación y aun pero, que Rubí conocía a la persona que le estaba apuntando a la cabeza, por lo que Ariel tras escuchar a Rubí, este le pregunto con la seriedad del caso.

— ¿Qué es lo que esta sucediendo Rubí y porque conoces a ese tipo? No me digas que es tu marido.

Rubí escupió al suelo y respondió la interrogante de Ariel.

— ¡Mi esposo! Hay por favor, esta desagradable y poca cosa de Salomón González no puede ser mi esposo, es un simple mensajero de la persona para la que trabajo, así que no te asustes ni creas que te he mentido en cuanto a tener un compromiso con alguien, pero creo Ariel que se nos arruino la tarde y no llegaremos a ningún acuerdo con esta rata.

Antes las declaraciones de Rubí, no dejaba muy clara la situación para Ariel del todo, por lo que le quedaba por preguntar lo que sería aún más que necesario para Ariel en ese momento desagradable y lleno de dudas.

— Entonces si no es tu esposo y solo un mensajero como lo mencionas, exactamente ¿A qué es lo que te dedicas Rubí? Porque claramente esto pareciera más como un encuentro entre mafiosos.

No se encontraba en lo absoluto equivocado el CEO de los autos deportivos, pero Rubí no sería precisamente la persona que se lo haría saber y Salomón sabiendo que no era prudente bajo ninguna circunstancia que se diera a conocer tal detalle, bajo las armas para tranquilizar el ambiente y entonces pronunciar con más calma.

— ¿Perdón, has mencionado mafiosos? Podría verse como eso, pero la verdad es que no es específicamente eso, su cara se me hace conocida joven ¿Quién eres? Rubí dime tu ¿Quién es ese joven?

Rubí observando que Salomón estaba bajando la guardia y mostrando interés en Ariel, fue precisamente ella que respondió.

— En efecto Salomón, se te hace conocido porque es el dueño de las empresas que comercializan autos deportivos modificados, ¡Ahora si puedes reconocer su rostro! Por lo que te recomiendo que te disculpes y salgas de inmediato de este lugar, porque me imagino que la policía viene en camino y de seguro no solo han de haber dormido al personal de este lujoso hotel, así que les recomiendo que se larguen de inmediato.

Rubí estaba en toda la razón y los agentes policiales se encontraban en camino tras la denuncia interpuesta por uno de los colaboradores del hotel, así que antes de marcharse del lugar, Salomón dejo claro una sola cosa.

— No tardes en llegar y no tolerare que vuelvas a provocar una circunstancia de esta Rubí.

— Solo vete Salomón. — Exclamo Rubí con el arma desenfundada y sus deseos por Ariel aun en auge, pero la situación estropeo todo lo que estaba sintiendo y viviendo hace unos momentos de pasión entre ellos, por lo que en ese momento, nada de lo que Rubí explicara, sería suficiente para el desconfiado y muy amante de la moral, el CEO Ariel Montes.

— Entonces Rubí, ¿Tienes alguna explicación coherente a todo esto? — Volvió a preguntar y exclamar Ariel, mientras tomaba sus pertenencias con la incertidumbre de lo que hace tres minutos sucedió en la habitación.

— Solo digamos que no tengo excusa y que sería muy imprudente de mi parte involucrarte en algo que no debo, será mejor que no nos volvamos a ver y no puedes imaginarte cuanto siento lo que ha sucedido, sinceramente Ariel, me atraes y siento que hasta me enamore perdidamente de ti, pero no estoy dispuesta a perderte e involucrarte en problemas que como lo mencionaste anteriormente, ¡Parece que todo esto se tratara de la mafia! Así que lo siento guapo, pero es mejor que nos dividamos, ¡Por cierto! Disfrute mucho el momento que no logramos acabar.

— Espera, no te puedes ir solo así, la verdad es que también llegue a sentir lo mismo que tú de mí, no desaparezcas, ¿Podrías darme aun así sea un número telefónico?

— No bon bom, ahora sé quién eres en verdad, te buscare ¿Cuándo? No lo sé, pero lo cierto es que puedes esperarme que llegare por ti cuando menos lo esperes.

Rubí desapareció del hotel, Ariel solo aprecio el momento en el cual ella se marchó en su motocicleta con la promesa que lo buscaría cuando menos lo esperara, así que después de todo Ariel no se libraría de Rubí si de fácil.

Dos días más tarde…

Ariel aún se encontraba en Massachusetts, después de contar con lujo de detalles lo sucedido con Rubí en ese hotel a su primo Anesha, no se separaron en lo absoluto, recibieron el lote de autos deportivos que se llevaría hacia Guatemala, para luego comercializarlos a su manera y estilo, ¡Solo que aún quedaba algo por hacer! Anesha estaba pendiente con Ariel de llevarlo a una casa de citas más que exclusivo y que prácticamente nadie salía del lugar sin antes haber encontrado la felicidad y la satisfacción total, era la casa de citas más exclusivo donde las mujeres que trabajaban en el lugar, todas eran ejecutivas de alto calibre, ¡Incluso algunas trabajaban en el despacho de gobierno!

— Antes que vueles de regreso a Guatemala, te llevare al lugar que te prometí, te juro que te hará olvidar esa mujer que conociste hace unos días, no tendrá punto de comparación alguna.

— Sabes Anesha, la verdad es que no siento que sea necesario, prefiero quedarme en casa y descansar.

Al fin, Anesha logro convencer a Ariel y juntos se marcharon a esa casa de citas, mismo lugar que sería visitado por unas cuantas personas que no eran precisamente “Ejecutivos”

Antes de la llegada de Ariel y su primo Anesha al lugar Rubí debía de cumplir con el trabajo que David Selvanegra le encomendó y por el cual se encontraba en la ciudad, precisamente Rubí debía de estar en esa casa de citas, debido a que asistiría el cliente que tenía cuentas pendientes con David; Tras haber hecho las investigaciones pertinentes, Salomón, compro la voluntad de la dueña del lugar para que Rubí se hiciera pasara por una de las trabajadoras del lugar, ¡Todo era una trampa para la persona que debía pagar esa noche las cuentas con David!

Salomón expuso el plan que se llevaría a cabo, ¡Nada podría salir mal! Todo el plan era simplemente cerrar el lugar y que Rubí se encargara del resto, era el plan perfecto para la mujer perfecta para ese trabajo.

Siendo las 21 horas en la casa de citas, Rubí se encontraba en la sala de espera, lugar donde se suponía que llegaría primero la persona que estaban esperando, pero de pronto…

— Mire señora, ¡Soy cliente exclusivo y no puede negarme la entrada! ¿Cuánto es lo que quiere por la chica nueva? Supe que hoy traerían una chica nueva y según cuentan es pelirroja y de un cuerpo escultural.

Anesha no se encontraba conforme debido a que le negaron la entrada al salón exclusivo del lugar, era más que obvio que no sabía el peligro que corría al quedarse en el lugar y la dueña de igual manera no se lo podría prevenir, así que los escoltas de Salomón, se apersonaron al lugar para expulsar a Anesha del lugar, momento en el que Ariel se hizo presente y negocio con la dueña.

— Disculpe, la verdad es que es mi primera vez en un lugar así, estoy interesado en comprar si así se puede llamar, la oportunidad para estar con la mujer que esta por primera vez en este lugar, ¿Cuánto quiere por la oportunidad? ¿Cincuenta mil, ochenta mil o es que acaso quiere cien mil? ¿Cuál es su precio? Estoy dispuesto a pagar lo que sea por una mujer que no ha sido tocada por alguien más en este lugar.

Anesha se le quedo viendo a Ariel de una manera desorbitante, por lo que de inmediato exclamo.

— ¿Pero qué haces? Eso es demasiado dinero, con eso puedes comprar el lugar entero.

— ¡Es mi primera vez en un lugar así y por lo que veo será la última vez! así que no me importa cuanto tenga que pagar, no me iré de aquí hasta que no me acepten o den su precio.

La dueña del lugar conociendo lo peligroso que se pondría el lugar más tarde y que posiblemente se podría echar a perder el plan estipulado, no le importo y se dejó llevar por la codicia, así que salió de inmediato a comentarle a Salomón lo que estaba ocurriendo, sin saber de quién en específico se trataba.

Salomón no debía salir de la habitación en la que se encontraba para dar el gran golpe esa noche, debido a que la persona que estaba esperando, conocía a la perfección a Salomón, mas no a Rubí, así que Salomón no se expuso en salir para cerciorarse de quien se trataba y solo le propuso a Rubí un trabajo extra.

— Sabes perfectamente que detesto que te involucres con hombres ajenos, aunque no seas de mi pertenencia, pero esta es una oportunidad, ¿Qué dices si solo le haces creer al idiota ese que desea una oportunidad contigo y luego lo eliminas? Cien mil es una buena cantidad.

— ¡No lo sé Salomón! No acostumbro hacer eso con las personas y lo sabes perfectamente, lo que puedo hacer es recibir el dinero y dejarlo inconsciente, creo que sería más justo.

— Entonces que así sea.

La dueña del lugar salió corriendo a dar aviso a Ariel, pero en el camino la información y el precio aumento repentinamente para beneficio de la dueña.

— Bueno joven, si está dispuesto a pagar ciento cincuenta mil por la doncella, con mucho gusto se la damos como exclusiva.

Anesha escuchando la desorbitante cantidad que estaban solicitando por la exclusiva, menciono inmediatamente.

— ¡No primo! No vale la pena pagar eso por una mujer de estas, además nadie te garantiza que alguien de aquí no la ha tocado antes, es solo un juego mental.

Pero Ariel no se dejaba vencer en su orgullo y prepotencia, así que respondió sin tomar en cuenta lo que Anesha menciono.

— ¿Acepta tarjeta de crédito?

No fue más, Ariel fue conducido hacia la habitación donde se encontraba la persona que dos noches anteriores estuvo entre sus brazos y por amor, ahora sería por dinero, solo que ninguno de ellos sabia ¡Exactamente quién era quien!

Rubí se tapó el rostro momento antes que Ariel ingresara a la habitación, y, de espaladas a la entrada principal, escucho cuando se abrió la misma y sin escuchar una sola voz del hombre que estaría con ella esa noche, se dio la vuelta para conocer al hombre que fue capaz de pagar ciento cincuenta mil por un cuerpo.

Ahí se encontraba Ariel, de pie frente a ella y con la camisa a medio desabrochar, desabrochando el reloj de su muñeca, y preparado para la acción, acción que solo tenía un propósito, ¡Tratar de olvidar a Rubí! Sin saber que esa misma mujer estaba ahí justo en la misma habitación.

Entonces Rubí lo vio y no pudo ocultar su asombro al observar a Ariel en la habitación, exclamando entonces a voz alta.

— ¿Ariel, pero que demonios haces aquí?

Ariel quedo enmudecido al momento de escuchar la voz de Rubí, observar el cuerpo escultural de Rubí en esa misma habitación, lo dejo impactado, Ariel no supo salir de asombro inmediatamente, mas sin embargo devolvió la pregunta de igual manera.

— Más bien ¿Qué es lo que haces aquí? Ahora entiendo, es a esto a lo que te dedicas y seguramente Salomón es tu proxeneta.

Rubí enloqueció inmediatamente por la situación que se le estaba presentando, así que lo tomo del brazo y tras plantarle un beso enorme y apasionado en sus labios, exclamo.

— No Ariel, no soy una mujer de esta vida, solo que no puedo explicarte y siento mucho que el maldito destino te haya vuelto a poner en mi camino en circunstancias muy difíciles de entender, ¡Te ruego que te marches de inmediato de este lugar! No puedes permanecer en este lugar un solo segundo más.

— ¿Pero porque no? Nuevamente ¿Qué es lo que está sucediendo? No me marchare de aquí sin que me expliques lo que sucede en verdad Rubí, no me marchare de aquí sin ti.

Ariel no se marcharía del lugar, entonces Rubí sin mayores explicaciones y sin poder mencionar de más lo que sucedía en verdad, le hizo saber nada más algo que cambiaría el pensamiento de Ariel.

— Lo siento Ariel pero no puedes quedarte y no puedo marcharme contigo, quieres una respuesta, entonces la tendrás, ¡Trabajo para la mafia y estoy a punto de asesinar a una persona! Así que por favor lárgate de aquí inmediatamente, no me perdonaría que te suceda algo, ¡No a ti Ariel, no a ti Ariel Montes!

Se escucha el sonido de la puerta, uno de los escoltas le susurra a Rubí creyendo que ya realizo su trabajo por dentro de la habitación.

— ¡Rubí, el cliente que estábamos esperando ha llegado! Es momento de la acción.

Entonces Rubí exclamo.

— Es demasiado tarde Ariel.

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