Amor Volátil

Ariel, no dio a demostrar su inesperada sorpresa ante la pregunta de esa hermosa dama que se encontraba justo detrás de su espalda, por lo que sin llegar a ser ofensivo o descortés por la pregunta de Rubí, el joven CEO, se levantó de la banca de cemento para entonces pronunciar.

— ¡Tome asiento señorita! Creo que se me ha hecho algo tarde, con su permiso.

Rubí se sintió atraída inmediatamente por la manera en la que físicamente y su manera de expresarse; Ariel dejo muy marcado desde ese momento, por lo que no siendo el tipo de mujer que desearía que ese hombre que causa interés en ella se aleje sin intentarlo, se adelantó para no permitir que se marchara del lugar, exclamando con su adorable y dulce voz.

— ¡No es necesario que te retires! Por favor quédate, mi nombre es Rubí, ¿Cómo te llamas? ¿Eres de por aquí? Siento que te conozco de alguna parte pero no se me viene a la mente en este momento.

Ariel manteniendo ese tipo de ansiedad a no empatizar con personas desconocidas y no por tratarse de una mujer hermosa como Rubí, pero Ariel se doblego desde el corazón en ese momento, no evito y contuvo el hecho que la impactante figura y presencia de Rubí, lleno inmediatamente su interior de esa extraña calidez del inconfundible deseo del amor, por lo que entonces Ariel quedándose inmóvil en el lugar de pie, respondió mientras guardaba una de sus manos en su bolsillo.

— Me presento señorita, mi nombre es Ariel Montes y soy el CEO de una de las empresas de autos deportivos más importantes de Guatemala, seguramente ha de ser por ello que siente que me conoce de alguna parte, pero he de imaginarme que usted si es residente de este estado ¿Verdad?

Rubí no dejo de mostrar aun mayor interés al respecto, por lo particular no se trataba de una mujer interesada en hombres millonarios o empresarios, sin embargo eso le recordó el momento en el cual estableció una relación con uno de los hijos de los empresarios del país, siendo Salomón González que se encargó de arrebatarle a esa persona y desaparecerla para que no continuara con esa relación, pero esta ocasión despertó un interés en Ariel, por motivos de trabajo, sin dejar por fuera que su cuerpo se encendió de inmediato por ganarse la voluntad y deseo de Ariel Montes.

— Si claro, soy residente específicamente en Boston, pero por casualidad me encontraba kilometrando a mi niña que nunca me abandona, disculpa que sea muy directa, ¿Me acompañarías a dar una vuelta?

Ariel queriendo controlar su instinto por ella, guardo silencio, tras observar su reloj y llevarse el cabello hacia atrás, respondió con alto orgullo y queriendo no mostrar el inminente deseo que salto por esa hermosa mujer pelirroja y de un indescriptible cuerpo.

— Solo que no permito que una mujer maneje en mi presencia, ¿Podría entonces tomar el control de tu motocicleta? Sera un placer montar su cuerpo, ¡El de la motocicleta por supuesto!

La indirecta estaba planteada y Rubí la capto de inmediato, para posteriormente entregarle las llaves de su vehículo en dos ruedas y montarse en la parte de atrás de la misma.

— ¡Sorpréndeme Ariel Montes! Deseo saber que puedes hacer y experimentar como montas y manejas a mi adorable niña.

No basto más que dejar seguro su auto antes de marcharse del lugar, Rubí se sujetó de la cintura de Ariel, esos dos perfectos desconocidos dieron rienda y marcha a un camino que ni ellos mismos sabían cómo es que podría llegar a acabar esto, solo apareció un detalle al respecto; Rubí no se encontraba sola en el lugar y ella misma no se percató del hecho, los escoltas de Salomón González, se encontraban a escasos metros de ellos, para entonces dar la noticia de lo que Rubí provoco en ese momento.

— Patrón, la señorita Rubí acaba de marcharse con el tipo que se encontró en este lugar, ¿Qué hacemos al respecto?

Salomón se encontraba lleno de rabia y celos por lo que estaba escuchando, a lo que de inmediato respondió y ordeno.

— ¡Persíganla de inmediato y no la pierdan de vista, esa mujer es solo mía y nadie puede poseer lo que me pertenece! La quiero de vuelta y ya saben lo que tienen que hacer con ese tipo que va con ella.

— Si patrón, de inmediato.

Ariel tomo la carretera como si se tratara de una pista de carreras; Rubí no creía la velocidad a la que Ariel se conducía sin titubear un solo instante, la adrenalina que le inyecto en ese momento a Rubí, era más que un incentivo para creer que Ariel era un tipo más que interesante y era precisamente lo que llamo aún más su atención y deseo inmediato, deseando provocar un poco a Ariel, mientras conducía, Rubí acerco sus manos hacia la parte baja de la cintura de Ariel, fue la señal que Ariel en ese momento esperaba para confirmar que ella en verdad estaba dispuesta a cualquier aventura a su lado, por lo que Ariel se dirigió hacia uno de los hoteles más prestigiosos de Massachusetts, lo que impresiono a Rubí en cuanto llegaron al mismo, lo lamentable es que los escoltas los persiguieron y de igual manera se quedaron esperando por fuera del hotel, no sin antes darle aviso a Salomón sobre lo sucedido.

— ¿Qué paso imbéciles, cerraron el camino?

— No Salomón, desafortunadamente ese tipo acelero más de lo debido y su destino era un hotel de la región.

— ¿Cómo así que un hotel? ¡No me digas que esos desgraciados ingresaron a ese hotel a entregarse! Ahorita mismo llego a ese lugar, envíenme la ubicación.

Salomón se encontraba furioso por la situación, para él era más que inaudito que Rubí se marchara a un hotel con un hombre que acaba de conocer, sin saber que a pesar de apenas haberse conocido, el destino y su interior despertaron sentimientos extremadamente fuertes en ambos, que la única manera de descubrí lo que estaba sucediendo entre ellos, era precisamente entregarse a la pasión y descubrir si era deseo del momento o podría ser amor entre ellos, ese amor que solo el verdadero amor puede llegar a sembrar en los corazones de las personas correctas, en aquellos que son considerados el uno para el otro.

Para Salomón significa como mínimo una hora de camino hacia el lugar, por lo que mientras eso sucedida, Rubí se encontraba en la habitación presidencial que Ariel rento en ese momento.

— ¿Qué te hace creer que puedo entregarme a ti, si apenas acabo de conocerte hace no más de una hora? Oh en verdad eres un tipo muy engreído o muy estúpido para considerar que sucederá algo entre nosotros.

Ariel, siendo un joven que en muy extrañas ocasiones reaccionaba de esa manera en específico, o prácticamente ¡Nunca tomaba la iniciativa directamente! Por lo que la situación era más que extraña, eso solo daba a entender que Rubí realmente cautivo su corazón y deseo desde el momento que la vio fijamente. Ahora mientras se desabrochaba el cinturón y dejaba su reloj en la mesa de centro de la habitación, Ariel exclamo con la arrogancia y queriendo ocultar su miedo interno, lo que pensaba de la situación.

— De no haber deseado lo mismo que mi cuerpo pide de ti, con toda certeza ¡No nos encontraríamos aquí y las llaves de tu motocicleta, aun estuvieran en tu bolsillo! ¿Oh me equivoco? Entonces que te hace creer Rubí, que no deseas lo mismo que yo.

Era más que obvio que Rubí a primera vista se enamoró de Ariel y de la manera arrogante con timidez con la que se comportó desde el mismo instante en el que pensaba abandonarla en el parque.

Rubí no perdió más tiempo y se desprendió de su armadura, sucedido lo mismo que en su mente venia repitiendo una y otra vez, antes de llegar específicamente a ese lugar, solo existía algo que Rubí no permitía y era más que importante para ella preguntar antes de caer directamente en el pecado con Ariel.

— ¿Estas comprometido? Quiero ser muy honesta contigo, me encantas, no imagine sinceramente que esto podría llegar a suceder si apenas te conozco, pero hay algo que me empuja a dejarme llevar contigo, pero no podría hacerlo si estas comprometido con otra persona.

Ariel la tomo entre sus brazos y la abrazo a su cintura como queriendo que ella entrara a lo más profundo de su ser, para susurrarle al oído no sin antes acariciar todo su cuello con sus labios y dejar sentir ese fuego intenso que su aliento despedía.

— ¿Me consideras como un tipo que es capaz de traicionar a una mujer de esta manera? No llevaría mis labios a tu piel, sabiendo que en casa me espera esa mujer que ha probado mis besos y mis caricias, no desperdiciaría una sola caricia en cualquier mujer, si en casa tendría todo lo que necesitaría para sentirme amado y deseado, ¿Entonces aun crees que existe alguien fuera de ti?

Rubí no dudo un solo instante lo que Ariel pronuncio, mientras sus manos se encontraban recorriendo esa piel que pedía a gritos ser tomada por ese joven que desbordaba deseo y amor por cualquier rincón de su cuerpo.

Salomón se hizo presente al lugar que le indicaba la ubicación enviada por sus escoltas, la furia de Salomón era inminente y no estaba dispuesto a permitir que Rubí permaneciera por más tiempo en el lugar.

— ¿Pero qué demonios hacen aquí afuera? Debieron haber interrumpido lo que sea que estén haciendo ese par ahí adentro.

— Si Salomón, pero sabes perfectamente que Rubí no nos permitiría que entráramos a interrumpir o invadir su privacidad, no contamos con ese poder entre ustedes, por lo que lo más prudente era que te estuvieras presente para entonces entrar en acción.

— ¡Entonces que están esperando par de imbéciles! Entremos de una buena vez.

La recepcionista del lugar observo a los tres tipos armados al hotel, por lo que los guardias de seguridad les impidieron el paso en el momento, solo que Salomón no era precisamente un pan de Dios, desenfundo su ametralladora y tras ejecutar a los guardias del primer piso, se dirigió hacia la habitación presidencial sin quien los detuviera.

Ariel se encontraba entregándose al deseo de Rubí, los dos cuerpos amándose como la luna con las estrellas, los dos amantes inesperados y sedientos de calmar esa necesidad de amar y sentirse amados, se encontraron en el espacio que el destino les enseño y preparo desde antes de su nacimiento.

— Derrumben esa puerta de inmediato, Rubí no debió haberme hecho esto, pero juro que no lo pasare por alto y le hare pagar al desgraciado que esta con ella.

Los escoltas de Salomón, derribaron la puerta de la habitación presidencial con lujo de violencia, lo que provoco que Rubí saltara de la cama y tomara su arma que nunca abandonaba por nada del mundo, el susto de Ariel fue explosivo, el miedo lo embargo de inmediato y exclamo.

— ¿Pero qué es lo que sucede Rubí?

— ¡No te preocupes Ariel, me hare cargo de esto!

Salomón ingreso a la habitación principal, al observar a Rubí completamente al natural y con Ariel tras ella, exclamo mientras apuntaba a la cabeza de Ariel.

— ¡Así que con este bastardo te has venido a revolcar Rubí! Bueno entonces espero que lo haya disfrutado, pero escogió el peor día de su vida para involucrarse con una mujer.

A lo que Rubí reacciono y respondió.

— Ni se te ocurra Salomón, que en esta ocasión no te permitiré que me arrebates a alguien más de mi vida.

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