A pesar de la distancia,
Sigo aquí pensando en ti.
SAMANTA
—Se marchó, ¿cierto? —pregunté en medio del llanto que habíamos desatado John y yo al decirle que había recordado todo—. Se volvió a ir sin decir nada como aquella vez, ¿no es verdad?
—Lo siento mucho —respondió lamentándose—. Pero debes entender que estaba muy dolido; lo hizo sin pensar —acotó, frotando mi hombro mientras el corazón se me partía en trizas.
—Entonces, no es para mí —suspiré, separándome de John y secando mis lágrimas con el dorso de mis manos.
—Solo fue un malentendido que puede resolverse diciendo la verdad, pequeña. ¿Dejarás que un hombre con malas intenciones te separe de Rick? ¿Qué se salga con la suya?
El amor que se tuvieron,Fue el amor más fiel.Aunque ninguno de los dos, lo supiera a tiempo.SAMANTA—¡¿Embarazada?! —oí tras el médico, quien volteó para que la figura de Frank materializara a su voz—. ¿Estás embarazada? —volvió a preguntar mientras su cara palidecía.—¿Es usted responsable de la joven? —indagó el médico, dirigiéndose a Frank.No pude decir nada. Ni aclarar ni afirmar nada de lo que el matasanos preguntaba porque estaba en shock, sorprendida, enmudecida como si me hubiera tragado mi propia lengua.—¿Está seguro de lo que acaba de decir? —Linda se adentró en el cuarto, tomando de mi mano el papel y mirándolo con el ceño fruncido—. ¿No existe probabilida
Tú y yo,somos pasado.SAMANTA4 meses y medio después…Incansablemente había tratado de contactarme con Rick, pero no había recibido razones de su parte. Sabía que se encontraba residiendo en Barcelona y que por ese motivo había decidido delegar su responsabilidad en el proyecto a Miguel. Sin embargo, aunque mis recados fueron diarios en insistentes, jamás respondió a ninguno de ellos.Aun así, no pensaba bajar los brazos esta vez, ya que se trataba no solo de mi felicidad, sino también del futuro de mi hijo.Hace cuatro semanas tuve la gran noticia de saber que el bebé que cargaba en mi vientre desde hace seis meses, sería un niño. Había llorado mientras el ginecólogo que llevaba mi embarazo lo anunció, mostrándome en la pantalla la silueta d
Aunque las mentiras no sean buenas,a veces ayudan.JOHNHabía cometido una estupidez llevado por la rabia y Sam me mataría. Pero ya estaba harto de que Rick se hiciera le desentendido en cuanto a su responsabilidad. Sin embargo, me pareció que en absoluto estaba al tanto ni de media palabra que le había insinuado en la cara y eso me desconcertaba.¿Podría ser posible que aquella mujer jamás le hubiera mencionado sobre el estado de Sam?¿Qué Rick no supiera que mi sobrina estuvo embarazada?¡Por Dios!Me estaba volviendo loco con ese encuentro, además de los tres chiquillos que me tenían dando vueltas por todo el hotel con sus travesuras.Jamás imaginé que precisamente aquí me encontraría a Rick. Había costado mucho convencer a Sam de acompañarme; me hab&ia
No soporto el llantono soporto el engaño.RICKHabía confesado mis más profundos sentimientos, esperando conmoverla hasta los huesos y tener la oportunidad de que al menos me escuchara. Sin embargo, ella se volteó y estampó su palma en mi mejilla que comenzó a arder.—¡¿Así que me amas?! —Inquirió furiosa, temblando en todo su ser mientras presionaba sus manos en puños—. Después de haberme abandonado en la calle, bajo la lluvia y suplicándote que me escucharas; ¡¿ahora dices que me amas?! —Volvió a preguntar apuntándome con un dedo—. A pesar de haberme humillado muchas veces para estar a tu lado, que me manipularas y lograras que yo, por mi propia cuenta abandonara todo por ti, para luego largarte y dejarme a mi suerte la primera vez; ¿ahora dices que me
Cuando te vi frente a mí,sabía que tu amor era imposible.SAMANTAHabía corrido prácticamente de la playa, huyendo de todo lo que aquel hombre había causado de mis adentros.Me había prometido hace mucho tiempo que no volvería a llorar por él, pero me fue imposible contener las lágrimas al escuchar aquella estúpida confesión de amor que llegaba demasiado tarde.La experiencia más amarga de mi vida fue haberlo conocido, haberlo amado y haberme entregado de un modo en que todo lo que le di, no tenía manera de recuperar. Me había dejado una enorme desilusión, un vacío inmenso que nunca llenaría con ese tipo de amor, pero que fue reemplazado por el amor de madre que sentía por mi pequeño.Intenté simular que ya no me importaba, que no deseaba saber más
Todo extraña mi piel,en las noches de agoníaclamando placer.SAMANTACuando la cordura regresó a mí y comprendí lo que buscaba, que reaccionara a su beso para comprobar sus propios dichos, aflojé mi cuerpo y abrí los ojos sin mover la boca u otro músculo que pudiera delatarme. Lo dejé hacer, tal y como John me aconsejó, sin ponerle trabas pero también, sin reaccionar como él quería.Momentos después, pareció rendirse al fin y fue bajando la intensidad de su beso y aflojando su agarre. Se separó despacio y me miró a los ojos con una expresión de decepción. Yo sin embargo, lo vi con frialdad para que se convenciera de una vez que ya no sentía absolutamente nada por él, aunque por dentro me estaba quemando, muriendo literalmente porque siguiera y jamás se
Atrapado en las garras de la maldad,por amarte ciegamente.SAMANTAAl día siguiente, acudí con normalidad a la oficina. Sofi se había convertido en mi mano derecha, tal y como lo había sido para John y siempre esperaba por mí en la puerta de mi despacho.—Buenos días, Sofi —saludé cordial, aunque apagada. Lo ocurrido en la noche me había envuelto en un insomnio que me tuvo pensando en la situación hasta la madrugada.—Buenos día, Sam —me tendió el habitual café de las mañanas e ingresó tras de mí en la oficina.Me detuve de repente, admirando el enorme ramo de flores rojas que reposaba sobre mi escritorio.—¿Qué es esto, Sofi? —indagué sorprendida.—Te enviaron flores —respondió como si fuera lo m&aac
Y te robé de la boca un beso,el último beso antes de partir.RICKCuando aquella riña verbal de confesiones terminó, sentí por un lado que un enorme peso había desaparecido de mis hombros. Sin embargo, por el otro, mi alma penaba porque Samanta había afirmado con convicción que no regresaría conmigo.Decirle al niño toda la verdad fue fácil; algo que al menos le dio un matiz de color a mi vida.Erín aceptó de buena gana tener un hermano y fue acostumbrándose a medida que ambos compartían horas de juego o salidas, pero con Samanta se comportaba distante, a pesar de que con absoluta sinceridad me confesó que no le caía mal, pero que extrañaba a Marina.Era de esperarse. Sin embargo, tuve que explicarle todo lo que ocurrió y lo que había hecho ella para que