Julia estaba terminando de vestirse para ir a la Fundación cuando se detuvo delante del enorme espejo de su habitación mirando su vientre y deslizó la mano sobre él preguntándose si ya estaría esperando a su “conejito”, como lo llamaba Hugo.–¡¿¡Dime por el amor de Dios que Hugo no ha cometido la estupidez de preñarte?!!–Exclamó Adara desde la puerta de la habitación y Julia se giró con brusquedad encontrándose con la mirada fulminante de su suegra.Adara había decidido ver a Julia por última vez para ser la primera en humillarla antes de que explotará la bomba mientras que Adela visitaba a Felipe.–¿Qué estás haciendo en mi casa? –Preguntó Julia disgustada apartándose del espejo.–¡¡¡¿TÚ CASA?!!!–Se escandalizó Adara. –¡Eres una zorra descarada y aprovechada!¡¡Esta es la casa de mi hijo!! –Exclamó levantando la cabeza con soberbia.–La casa de mi futuro marido también es mía, y tengo entendido que no tienes permiso para estar aquí. Hugo no te quiere cerca de nosotros y yo tampoco.–¡
Felipe llegó al hospital más cercano a la casa de Hugo donde Hernán le había indicado que estaba Julia. Preguntó en la recepción por la chica y se presentó como su abogado, afirmando que la chica no tenía a nadie más en el país, que él era su único contacto.Él médico que atendió a Julia le explicó a Felipe que ella estaría bien, pero que debería pasar la noche en el hospital y esperar a los resultados de las pruebas que le había hecho. Después él médico lo acompañó hasta la habitación donde estaba la chica y Felipe se quedó pensativo un minuto entero en la puerta antes de entrar, pero estaba decidido a acabar con aquella farsa, entonces entró.Cuando Julia vio a Felipe se alegró porque había llegado al hospital sin su teléfono móvil apenas con la ropa que llevaba puesta y Hernán había desaparecido dejándola sola, lo que no sabía ella es que lo había hecho por órdenes de Felipe.–Felipe, tienes que avisar a Hugo…Adara me ha empujado por las escaleras …y yo…–¡Me parece poco comparado
Kelly miraba alrededor aterrorizada, llorando desconsoladamente. Ella intentaba taparse lo máximo que podía con la camisa que llevaba puesta y por suerte Felipe era muchísimo más grande que ella, entonces la camisa le quedaba como si fuera un vestido. Hacía mucho frío y comenzaba a temblar, pero no sabía si era por aire congelante de la noche o por los nervios que la dominaban por estar en un lugar tan peligroso. No entendía como Felipe podía llegar a ser tan cruel y más le dolía le idea de saber que se había enamorado de una persona que era capaz de herir a otra de esa manera. Kelly sintió que su corazón se hacía añicos al darse cuenta de que el hombre que había intentado violarla una vez, era el verdadero Felipe y había sido tan tonta de perdonarlo para que volviera a hacerla daño sin piedad, sin pensarlo dos veces. Kelly estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien se acercaba a ella, hasta que una mano tocó su hombro sobresaltándola. –¡¡Tranquila c
Felipe llegó a la mansión de Hugo dispuesto a aprovechar su ausencia para sacar todo lo que había de Julia de su casa, pero cuando entró escuchó el sonido del televisor encendido y se fue directo al salón.Felipe se quedó aturdido cuando vio a Diego caminando de un lado a otro por el salón con las manos en la cabeza y en ese momento la imagen de Hugo sentado en el sillón inclinado hacia adelante, apoyando los codos sobre las rodillas y sujetando el mando del televisor como si quisiera romperlo llamó su atención y Hugo giró la cabeza bruscamente para ver a su amigo.Felipe vio que Hugo tenía los ojos rojos y el rostro desencajado por la rabia y la indignación. Estaban viendo las noticias donde comenzaban a exponer las imágenes de Julia en un antro de Buenos Aires mientras que la periodista decía que la futura esposa del mejor jugador de fútbol del planeta, había sido una prostituta.–¿Dónde está mi mujer Felipe? –Preguntó Hugo mirándolo directamente a los ojos y Felipe tragó en seco po
Después de varios días del accidente todo se había vuelto un caos. Felipe tuvo que hacer hasta lo imposible para que el accidente de Hugo no fuera noticia, tuvo que limpiar de las redes sociales todas las fotos y videos que había de ese día, ya que todas personas que presenciaron el accidente , había gastado mucho dinero sobornando periodistas y hasta policías. Con la ayuda de Fernando Palacios logró mantener todo oculto ya que el accidente no había sido tan grave y Hugo estaba bien, pero sería un plato lleno para los periodistas que no dejaban de acosarlo después de la noticia sobre Julia en un antro de prostitución en Buenos Aires.Felipe había llegado a la clínica privada donde estaba ingresado Hugo, para buscarlo. Le darían el alta y lo ideal sería sacarlo de España unos días hasta que pasará la tormenta, pero cuando Felipe entró al hospital y subió a la habitación de Hugo se encontró con Diego en la puerta hablando con el médico visiblemente alterado.–¿Diego que está pasando aq
SEMANAS DESPUÉS.Felipe estaba tirado en el sillón de su salón con una botella de whisky vacía en la mano. Estaba demacrado, descuidado y con una terrible depresión, los últimos días habían sido un infierno. Pasaba el día intentando impedir que Hugo cometiera alguna estupidez y por las noches se dedicaba a pensar en Kelly, no quería recordarla, pero su cabeza lo torturaba constantemente con sus recuerdos. Felipe estaba buscar fuerzas para levantarse para buscar otra botella cuando su teléfono móvil comenzó a sonar otra vez aumentando su dolor de cabeza, entonces decidió contestar la llamada para que lo dejarán en paz de una vez por todas.–¡¡¿Qué es lo que quieres Henri?!!!–Preguntó Felipe con fastidio intentando incorporarse.–¡¡Felipe tienes que venir a mi departamento de Gran Vía, ahora mismo!!–Exclamó Henri alterado y Felipe puso los ojos en blanco.–¡¡Ya te dije que no me interesa ir a tu fiesta Henri, así que déjame en paz!!–Vociferó Felipe sentándose en el sillón mientras tira
BIARRITZ, FRANCIA. El tiempo en Francia aquella tarde estaba horrible, era como si el cielo estuviera anunciando la llegada de una desgracia, y para María Eugenia esa “desgracia” sería una muerte, una que ella estaba deseando que llegara cuanto antes. –¡Señora! – Exclamó Laura el ama de llaves y la persona más cercana a María Eugenia, entrando al enorme salón del pequeño palacio que tenía la familia en Biarritz. – ¡El señor quiere verla! –Anunció y María Eugenia que estaba delante del enorme ventanal mirando el jardín del palacio se giró con parsimonia para verla. –No quiero verlo Laura, solo quiero que me avises cuando esté muerto y nada más. – Habló María Eugenia con vehemencia y Laura la miró con tristeza viendo a la hermosa mujer con una larga melena canosa. A pesar de los años María Eugenia seguía siendo muy bella. –Señora por favor, usted sabe bien que yo sería la última en insistir en que lo vea, pero creo que esta vez es importante. –Aseguró el ama de llaves y María Eugenia
Habían pasado varios días desde que Kelly había tomado la decisión de lo que haría con su bebé, llenando el corazón de su madre de tristeza por ella, porque Aurora entendía los motivos de su hija, pero daría lo que fuera para cambiar la situación que estaban viviendo solo para que Kelly cambiará de opinión.Aurora iba sentada en el autobús de camino a una entrevista de trabajo que habían conseguido para ella, pensando en todo lo que estaba pasando mientras miraba por la ventana con lágrimas en sus ojos, porque estaba dispuesta a apoyar a su hija en todo, pero no quería verla sufrir y sabía que después de la intervención todo el dolor que estaba sintiendo aumentaría .Aurora se puso de pie cuando el autobús estaba llegando su destino, pero cuando se paró delante de la parada en la que debía bajarse, ella miró el mapa de la ruta que había en la puerta viendo cual sería la siguiente parada del trayecto y decidió no bajarse. Aurora pensó que a lo mejor sería una locura lo que estaba a pun