Azami en Peligro

—Gracias no sé qué haría sin ti.

—Le veo más feliz señor Jio y ese milagro que esta radiante.

—Tengo visita y no estoy solo, aparte tú sabes que estaba pronto a casarme pero paso lo que paso y ya no se pudo, el destino me quito a la mujer de mis sueños, siempre tan amigable, sabias que tenía muchas amigas y muchos contactos, y dejó una huella en mi corazón, pero el cáncer la mato, no dejo de pensar en el último contacto que ella me dejo por escrito con una carta que nunca leí dejo un número que me pone tenso, me da miedo saber que hay en la carta, y llamar a ese número tambien, nunca lo hice, lo que sí sé que algún dia tendré que hacerlo —añade soltando un suspiro.

—Tiene que leer esa carta, recuerdo a su futura esposa como si fuera ayer, hay señor Jio sufrió mucho, pero está cuidándolo desde el cielo, ya encontrara un nuevo amor, que ocupe su corazón, aparte que la señorita era muy reservada, le gustaba los vestidos largos, y taparse, siempre fue sagrado para ella, se cuidado tanto para usted.

—Tienes razón era demasiado reservada con todo, amigable, siempre me invitaba a cenar los tiempos de comida con ella, la recuerdo muy educada, tambien la recuerdo como si fuera ayer —añade mientras se dibuja una sonrisa en sus labios.

—Bien prepare la comida desde ya, asi que con permiso debo ocupar su bella cocina, ¿Por cierto la joven que está aquí en su mansión donde esta?, recién acabo de venir y vi su mensaje de que estaría una joven aquí en su mansión por eso pregunto.

—Si se llama Azami, trabajara para mí.

—Me alegro mucho de que tenga quien le ayude con el trabajo —añade.

—Si, bueno esta arriba en el cuarto le llevare su bebida, y que Kimi se encargó de hacer su dia complicado.

—Me imagino bueno ve no le hagas esperar.

Jio se aproximó a las gradas para subirle la bebida mientras Azami se comenzó a sentir muy mal, por lo que ella salió de la habitación se sentía realmente mal, veía todo borroso, se dirigió a las gradas y vio todo negro, perdió la conciencia y termino rodando por las gradas muchas gradas, cuando su cuerpo se detuvo a los pies de Jio, el inmediatamente aventó el mate hasta el piso el cual hizo ruido y la empleada salió corriendo para ver qué pasaba.

Jio la llevo entre sus brazos por suerte el sillón que tiene no estaba muy lejos de su gran mansión, la puso en el sillón y llamo una ambulancia ya que noto ronchas en su piel.

Jio estaba nervioso.

La voz de la empleada intervino.

—¿Qué paso?, Azami, la joven que le paso, ¿Por qué esta desmayada? —Pregunta la empelada.

—No sé, quizá se resbalo por las gradas, más que estas gradas son muy altas, pero no sé qué paso realmente, aparte ya viste esas ronchas rojas no sé qué le pasa, y no respira —añadió con voz ansiosa.

—Azami tiene fiebre, está sudando hay que arrancarle el vestido de una porque tiene mucha fiebre y puede darle convulsiones, ¿Llamo a la ambulancia? —Pregunta La empelada.

—Si ya viene para la mansión, no sé qué pudo haber desatado esas ronchas, tendré que cortar su vestido tráeme una tijera y trapos mojados para bajarle la fiebre, si puede convulsionar por la fiebre y estará peor —añade afligido.

La empelada corrió y fue agarrar unas tijeras para dársela a Jio.

Jio toca la frente de Azami y está muy caliente, él se congelo, intento hacerla reaccionar, pero nada funcionaba.

Jio corto el vestido en dos para que el aire pasara y ella se recuperara, pero nada funciono, hasta que llego la ambulancia, para Jio fue trágico, pero los paramédicos lograron estabilizarla.

Cuando lo ojos de Azami se abrieron ver a tantos hombres viéndola, eso le asusto, cuando se dio cuenta que estaba solo en ropas menores, y los paramédicos hombres, estaban monitoreando su corazón, logro ver una inyección en su vena.

Azami no logro entender que paso, y que rayos estaba pasando, estar en ropas menores, ante tantos hombres para ella es como un delito, ya que ella es reservada, ningún hombre puede verla, y menos sin permiso.

—¡Alejarse de mi por favor, no me toquen, largo de mi, que está haciéndome, necesito una sábana, ¿Mi vestido que se hizo? —Comenzó a preguntar.

—¿Cómo se siente? —Pregunta el paramédico.

—No me toquen, ¿Por qué todos están mirándome? —Pregunta nuevamente.

—¿Sabe cómo se llama? —Pregunta el paramédico.

Azami comenzó a inquietarse, e intentar hacer de las suyas para quitarse la molesta aguja, para querer quitarse la aguja era doloroso y complicado para ella, su mirada se dirigió a la alfombra y eso la distrajo le costó segundos recordar que había pasado, y porque estaba asi, y se dio cuenta que estaba en una alfombra, por un momento solo recordaba que se comió un postre, pero no mucho de lo que había pasado, seguía aturdida, intento incorporarse con ayuda de los paramédicos, ellos solo querían ayudarla, tener una buena intensión, aunque para ella sea difícil, Azami quitaba las manos de los paramédicos negándose a ser ayuda hasta que Jio apareció e intento calmarla.

—Señorita Azami ¡Calma, solo queremos ayudarte no te quites la aguja! —Exclamo rápidamente.

—Señor Jio necesito una sábana, aunque sea, no me gusta que ellos estén viéndome toda, necesito cubrirme —añade muy apenada y con vergüenza bajo la mirada.

Jio se fijó que había una sábana en el sillón doblada, por lo que no dudo en tomarla y ponérsela a Azami para cubrir su piel, ya que para ella es vergonzoso que las mirada de los hombres estén allí 

Jio termino de cubrir su piel con la sabana sin que esta le estorbara.

—¿Usted se llama Azami? —Pregunta el paramédico mientras le chequea el pulso.

—Si, y no me toque —añade con voz molesta.

—Le estoy tomando el pulso, recuerda que fue lo que comió, al parecer lo que le dio a usted es alergia —añade el paramédico.

—Si recuerdo que comí un postre que me dio ella…

Azami hizo pausa sin terminar de decir lo que iba a decir por media a no estar segura.

Jio recordó el postre que Kimi le dio a Azami por lo que su voz intervino.

—¿Te refieres a Kimi? —Pregunta.

—Es la única que me dio el postre señor Jio, su amiga, es que yo soy alérgica al maní, pero al postre no le sentí ese sabor, es que en mi hoja de vida dice que soy alérgica al maní lo puse porque me preguntaban si padecía de una enfermedad …

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