Capítulo 1012
Juliana sonrió de inmediato, su rostro hermoso iluminado por una sonrisa aún más radiante.

Ella negó con la cabeza.

—No me atrevería, después de todo, eres mi jefe. No puedo ser tan descortés. Si Diego se entera, seguro que me regañará.

Emiliano levantó la mirada y contempló su rostro sonriente. De
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