Las palabras frías cayeron, y hubo un momento de silencio en la sala. Los miembros del club FPLS se miraron entre sí, sin saber si deberían empezar a chismorrear o no. Ni siquiera se habían alterado por las acusaciones de soborno para amañar los partidos, ¿cómo es que empezaron a pelear entre ellos?
—¿Qué pasa? ¿Te asusté tanto cuando vine? ¿Pensaste que venía a regañarte?— El gerente no pudo evitar bromear al ver la reacción de Silencia. Tenía una impresión bastante buena de los jugadores de su equipo. Aunque algunos tenían sus defectos, al fin y al cabo, nadie era perfecto, ¿verdad? Mientras
¿Cómo es posible que cuando lo estaba presionando para que cobrara por su trabajo, todo era amenazas y tentaciones, pero ahora solo dice "¿Qué tiene que ver con él"?¡¿Cómo es que ya no tiene nada que ver?! Silencia temblaba con los dedos, deslizó la pantalla del teléfono.El tiempo de respuesta en
Esta sensación... Juliana seguía aturdida, como si intentara encontrar el origen de esta sensación en sus escasos recuerdos. No pudo encontrarlo, pero pensó en una palabra adecuada: ahogamiento. En un vasto y oscuro mar, solo brillaba un faro. Ella se estaba ahogando en él. A punto de ser sepultada.
Juliana reflexionaba sobre su pesadilla anterior. Aunque en el sueño no había imágenes, ahora parecía tener una clara visión en su mente. El estruendo de las olas golpeando el muelle resonaba fuerte, y la luz del faro al girar resultaba deslumbrante. Lo más aterrador era el mar profundo e interminab
Para Juliana, la reversión de la opinión pública no fue una sorpresa en absoluto. La verdad es verdad, y la mentira es mentira. Incluso si se crea algo falso que parezca razonable aprovechando la falta de información, no puede cambiar la realidad original.Lo que realmente sorprendió a Juliana fue q
Juliana se quedó con los ojos bien abiertos. En un instante, acercó su teléfono y miró detenidamente la palabra "bien" que Ignacio acababa de enviar. No era un punto o puntos suspensivos, sino una respuesta clara y directa. Juliana parpadeó varias veces y copió la palabra para asegurarse de que el m
Juliana y Javier estaban charlando con el volumen bajo del altavoz del teléfono. Las mesas cercanas no podían escuchar, y no había nadie al lado de ellos, pero Emiliano, sentado junto a Juliana, había estado escuchando atentamente.Escuchó las quejas suaves e inexplicables de la joven, y con una son