Diego levantó la mirada para echarle un vistazo.La joven parecía un tanto perdida, mirando su muñeca de manera desconcertada.—Si quisieras escapar, no habrías entrado al restaurante conmigo —respondió Diego, frunciendo ligeramente el ceño—. Mira el menú y elige algo para comer. Si no hay nada que
¿Qué tipo de sentimiento era?Juliana no lo sabía.Lo único que sabía era que, al bajar la cabeza y ver el comunicado en su teléfono, su interior seguía estando extremadamente sorprendido.Desde que Camila regresó con los Garza, aunque en la superficie aún era la hija de los Garza, no sabía cuántas
Juliana se sumió en el silencio de inmediato.En sus recuerdos actuales, no sabía que aún había personas preocupándose por ella en este mundo.Padres, hermanos... esas palabras solían existir solo en sus fantasías.Fantaseaba con un padre que la amara más que Fabio, una madre que la mimara más que F
La voz de la joven aún tenía un toque de sollozo, suave y tierna.Comparado con la voz infantil de algunos años atrás, no tenía nada que envidiarle.Diego sostenía su barbilla mientras la miraba, haciendo un suave clic con la lengua. —Feliciana, eres realmente despiadada.Juliana abrió los ojos sor
La comida fue relajada, con Diego y Javier bromeando y finalmente limpiando la comida de la mesa. Debido a que estaban demasiado llenos, también se sentaron en el restaurante charlando durante mucho tiempo.Juliana ni siquiera se molestó en preguntar sobre la situación en casa. A través de las broma
Javier permaneció en silencio.Sin duda, lo que Diego dijo era la verdad.Anoche, cuando regresó al hotel ya era de madrugada. Originalmente, planeaba levantarse para relevar a Diego durante la noche, evitando que Santiago realmente se llevara a Juliana.Sin embargo, su cuerpo simplemente no pudo ag
Sin embargo, ella, sin darse cuenta, ha roto cualquier barrera y se ha integrado con ellos.Juliana también sabe que esto no se debe solo a alguna extraña conexión de sangre.Si fuera solo por ser hermanos, entonces no habría tantas tragedias familiares en el mundo.Lo único es que olvidó su pasado,
Indudablemente, era como entregar de nuevo al rehén en manos de los secuestradores.Una simple frase fue como una enorme roca que golpeó con fuerza el pecho de Juliana, haciéndola sentir un dolor que le impedía pensar en otra cosa.Guardó silencio por un momento antes de hablar con dificultad: —¿Qu