Miró su ramo de flores recién envuelto con satisfacción. Aunque no se podía adivinar su estado de ánimo, la expresión en su rostro parecía indicar que estaba de buen humor. Miguel no se atrevió a adivinar qué quería decir con sus palabras.Santiago tomó una cinta adhesiva y aseguró el ramo de flores
La mente recién despejada de Miguel volvió a nublarse.Casi no pudo reaccionar.¿Quién ha desaparecido?—Señor Torres, ¿es posible que la señorita Román haya salido a dar un paseo o esté en el baño y no haya escuchado su golpeteo en la puerta? Espere un momento, tal vez regrese enseguida.A pesar de
En su interior, Miguel se sentía afortunado de que, al extraer información del "diablo", solo había recibido una advertencia verbal y no daño físico real. Pero también era sorprendente cómo este joven amo, que solía actuar con total impunidad, había logrado mantener la fachada de su hermano menor du
—¿Doctor Rodríguez? ¿También estás aquí?Juliana vestía ropa bastante común y parecía muy soleada y amigable.Llevaba en la mano una bolsa de plástico blanco que parecía contener dos cajas para llevar. El cuello de la bolsa estaba empañado por la niebla, dificultando ver su apariencia original.—El
Sin embargo, Juliana no se dio cuenta de que Santiago ni siquiera notaría la billetera, y mucho menos una pequeña nota que sobresalía de ella. Habría sido mejor dejar el papel en la mesa de café para que fuera más visible.—Lo siento, Emiliano. Fui impulsiva al salir sin decirte nada. Lamento que ha
—¿Qué es esto?Juliana ya estaba de nuevo junto al sofá, mirando el ramo de rosas champán en el cubo de basura.Ese ramo era completamente diferente al que compraron por la tarde en el camino costero, que estaba delicadamente empaquetado y era de color rojo.El ramo que compraron apenas tenía dos ro
¿Qué significaba que la persona que le regalaba flores no era Emiliano?¿No estaba él parado frente a ella ahora mismo?Ella frunció el ceño al mirar las hermosas rosas que florecían en la entrada y luego barrió su mirada hacia Santiago, quien no mostraba ninguna expresión en su rostro.Apretaba los
Los golpes en la puerta se volvían cada vez más urgentes, al igual que el tono ansioso del timbre del teléfono en la mesa de centro.Santiago tuvo que dejar el tenedor y levantarse para revisar el teléfono que sonaba sin parar.Juliana no se quedó atrás y se levantó: —Voy a abrir la puerta.—No es