Juliana no sabía cómo llegó a la orilla.Presionada por las aguas profundas que la sumían y luego impulsada hacia arriba por la flotación.En el agua, sin un lugar donde apoyarse, pensó en un momento que sería enterrada en las frías aguas del lago.El agua fresca que la envolvía desde todas direccio
Cuando él la agarró en el agua, ella pensó que él estaba tratando de vengarse y sumergirla por completo.Pero inesperadamente, cuando ya no tenía fuerzas, Santiago la sacó del agua.Sin embargo, en este momento no tiene energía para reflexionar sobre estas cosas.Solo quiere dormir bien, está realme
Los Román enviaron a muchas personas, y del lado de Emiliano tampoco se quedaron de brazos cruzados.Riobela era originalmente el territorio de los Torres, y no hace falta decir que tenía a su disposición a muchas personas.Montenubes también fue un proyecto de inversión de Grupo Torres. Aunque Fabi
—¿Estás seguro, Adrián?— preguntó Diego, expresando ciertas dudas de manera tentativa.Tanto Gabriel como Diego consideraban a los jóvenes detrás de ellos como de menor experiencia, especialmente a Adrián, quien, según ellos, era un estudioso que siempre estaba en el laboratorio y que, según su perc
Al caer la tarde, Juliana no tenía idea de dónde se encontraba.Solo sabía que estaba como un trozo de madera flotando, balanceándose en el agua, como si estuviera en una montaña rusa en un parque temático, tan sacudida que no se atrevía a abrir los ojos.No sabía cuánto tiempo pasó, pero finalmente
—Santiago?Finalmente, Juliana se acercó valientemente. Su sombra proporcionó cierto alivio del sol, y él, siguiendo su instinto, se inclinó hacia ella.Juliana quedó atónita; su peso entero la presionó y casi la volcó.—Oye!Juliana lo empujó hacia atrás con fuerza, y Santiago cayó hacia el otro la
Cuando Juliana regresó a la cueva, el hombre que yacía en el suelo estaba comenzando a recobrar el conocimiento.Estaba ardiendo en fiebre, cada movimiento suyo parecía un tormento.Al escuchar el ruido proveniente de la entrada de la cueva, levantó lentamente la cabeza y apretó el cuchillo que sost
El tono insolente provocó una mirada fría de Juliana, pero Santiago no esquivó su mirada. En su voz débil, se podía percibir incluso cierto placer.Tomó una castaña de su lado y, sin comerla, la pellizcó mientras hablaba de manera ambigua.— O tal vez, ¿la señorita Román ni siquiera planeaba irse? ¿