Antonia todavía estaba concentrada en el asunto de Diego y no reaccionó de inmediato. Manuel estaba visiblemente molesto y preguntó: — ¿Qué hombre? Gabriel tenía una expresión sombría y le explicó detalladamente lo que había visto en la puerta, incluyendo cómo el hombre abrió la puerta del coche p
Manuel estaba a punto de estallar en furia, pero fue reprimido por su esposa que estaba a su lado.Antonia se dirigió a Diego con cierta resignación y dijo: —Eres un tonto, ¿sabes? No nos oponemos a que te cases con la señorita Valdés, ¿por qué te apresuras tanto? Si vas solo, ¿cómo crees que verán
—Emiliano, admito que cuidarte en el hospital no es algo que haga con entusiasmo—,dijo Juliana de manera franca, mirándolo a los ojos con seriedad. —Si durante este tiempo de cuidados te has sentido incómodo, puedes decirlo directamente. No es necesario que pongas en riesgo tu salud.Después de todo
Como le había dicho a Sergio antes, él tampoco buscaba su perdón.— La muerte de mi abuelo fue en gran parte por mi culpa, así que en este asunto no discutí con usted. Si quería insultarme o darme unos puñetazos para desahogarse, podía aceptarlo sin devolverle el golpe. Pero creía que esa no era la
— Los Guerrero no son una buena opción. Gabriel, que estaba sentado en el otro extremo del sofá, dio una respuesta directa.— Ni siquiera considerando al segundo hijo de los Guerrero, las relaciones interpersonales dentro de la familia Guerrero son lo suficientemente complicadas. Cuando Feliciana r
Hospital.Después de que los dos hermanos Guerrero se fueron, la habitación del hospital repentinamente quedó en silencio por un momento.La atmósfera se volvió extrañamente tranquila, con un ambiente tenso.Finalmente, Juliana rompió el impasse y se disculpó con Emiliano.— Lo siento, fue mi error
— Entiendo —dijo con una mirada melancólica en sus ojos.No había posibilidad de reconciliación, ¿entonces qué importaba? Solo quería verla. Por lo tanto, tomó su decisión rápidamente.— Ya que dices que es tu deber, entonces continúa, escucharé lo que digas. Me quedaré en el hospital y seguiré las
Juliana mantuvo su mirada en Emiliano sin evitar su mirada. Una de sus manos aún estaba en el pomo de la puerta mientras hablaba con calma.—Tienes los labios agrietados. Asegúrate de beber un poco de agua más tarde. Si no es conveniente, dile a Sergio que use un hisopo para humedecerlos.Después de