Capítulo 0357
En la pequeña canasta solo había un par de peras, claramente recién recolectadas, justo cuando Juliana y Sonia llegaron.

—Vine a verte a ti y a Ánsar después del desayuno.

Juliana, siempre dulce, abrazó a señora Lago y pellizcó las mejillas de Ánsar.

También presentó a Sonia a Antonia.

—Ella es mi n
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